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Murió Fruto Vivas, el arquitecto que transformó fantasías en casas

El arquitecto venezolano falleció en la madrugada del 23 de agosto a los 94 años

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Cuando se decía que una casa era de Fruto Vivas y, aún sin verla, se sabía que sería onírica, una fantasía construida con ladrillos. Este arquitecto venezolano, con imaginación de artista, hacía diseños únicos circulares, que parecían flotar, laberintos concatenados, con la naturaleza incorporada, pero todos funcionales.

José Fructoso Vivas Vivas murió hoy 23 de agosto a los 94 años. Nació en La Grita, estado Táchira, el 21 de enero de 1928. Estudió arquitectura en la Universidad Central de Venezuela y se graduó en 1953. Desde joven se destacó por su talento, que se consolidó al trabajar, apenas dos años después de terminar la carrera, con el brasileño Oscar Niemeyer, gran exponente de la arquitectura moderna.

Obras de Fruto Vivas

Entre las obras de Fruto Vivas destacan el Club Táchira, en Colinas de Bello Monte en Caracas; la iglesia del Santo Redentor en Táchira y el Museo de Arte Moderno de Caracas.

Fruto Vivas
Vista del Club Táchira. El arco lateral se abre majestuoso sobre la vista de Caracas. Foto cortesía guiaccs.com

Otras obras son los hoteles La Cumbre, en Ciudad Bolívar y Moruco en Mérida; el Palacio Municipal de Girardot en Maracay; la plaza Mayor de San Cristóbal; y la Flor de los 4 elementos, una de sus últimas obras, que está en el Cuartel de la Montaña, en Caracas.

Fruto Vivas

En 2000, construyó el pabellón de Venezuela para la Exposición Universal de Hannover. Fue el segundo pabellón más visitado de la feria, después del de Alemania. Se tratò de una enorme flor de acero movible que se abría sobre la estructura que recibía los visitantes. Los pétalos, de 18 metros cada uno, se abrían o cerraban según el clima.

La flor del pabellón de Hannover abierta. Foto cortesía Facilguia

La terraza del pabellón, abajo de la flor, era plana, simbolizando un tepuy, y adentro se exponía la biodiversidad de Venezuela.

Tenía grandes ideas que no se lograron desarrollar, como el teleférico solo de personas entre tierra firme y la Isla de Margarita o el proyecto del Parlamento Indígena de las Américas que entregó a Oscar Niemeyer en Brasil, en 2010.

Fruto Vivas deja un legado visible y permanente, construido desde mediados de los años 50. Entre los premios recibidos están el Premio Nacional de Arquitectura en 1987 y el Doctor Honoris Causa de la Universidad Central de Venezuela, su alma mater, en 2009.

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