Cinemanía

"No te sueltes": el terror de lo que no se cuenta

“No te sueltes” lucha contra las grandes franquicias de terror y los estrenos más populares, apostando a un tipo de historia tensa e incómoda, para un público adulto, que sorprende por su solidez y por la actuación de su estrella principal 

no te sueltes
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En “No te sueltes” de Alexandre Aja, el terror está en lo que no se muestra directamente  en pantalla. Una decisión arriesgada en una época de monstruos que babean en primer plano y escenas en las que la sangre salpica a la cámara.

El director, experto en espacios pequeños y relatos que se acercan más a lo atmosférico que lo evidente, apuesta fuerte desde la primera secuencia, en la que establece el tono de la cinta. El miedo que impregna está en todas partes, como una contaminación silenciosa e imparable. Y se vuelve cada vez peor, de una forma perniciosa que solo puede equipararse a un contagio. 

Para lograrlo, «No te sueltes« cuenta poco. Samuel (Anthony B. Jenkins) y Nolan (Percy Daggs IV) son dos niños que sobreviven junto a su madre (Halle Berry), en medio de un bosque lóbrego. Durante sus primeros minutos, la premisa queda clara: algo habita más allá de los árboles frondosos y del silencio enloquecedor. ¿Qué es? La película evita responder preguntas y se dedica con atención e inteligencia a mover las escasas piezas que desea mostrar. Mamá está sola, aislada y aterrorizada. Sus hijos saben solo lo esencial: el mal anida en la oscuridad, entre las sombras movedizas de los troncos milenarios. El motivo por el cual está ahí, es un enigma.

Claro está, en pleno 2024 y con éxitos ruidosos y densos como “La sustancia” y “La primera profecía”, el estilo minimalista de “No te sueltes” puede parecer descuidado e incluso simple. Pero Aja, se esfuerza por narrar su historia a través de pistas y grandes silencios, en una rara mezcla de primeros planos y el uso del sonido como apunte al terror.

Y a medida que la rutina entre mamá y los dos pequeños niños se relata, deja entrever que lo que aguarda por ellos es incluso peor que la muerte.

La magia y el miedo

Uno de los puntos más curiosos de la película es utilizar directamente el escenario mágico para explorar en su premisa. Mamá, heredó la casa de sus ancestros y también la protección que mantiene a raya al mal contenido. Puede parecer que presentarlo de esa forma es directo y burdo, solo que es una de las pocas cosas que “No te sueltes” muestra sin titubeos. Y ese recurso fantástico permite que la película profundice en ideas más ambiguas.

Mamá es la única capaz de ver lo que amenaza a la pequeña familia, por lo que Nolan y Samuel comienzan a preguntarse qué tan real es lo que sea que espere entre la oscuridad. Mucho más, si ella, como única fuente de información, les ha dicho solo lo que necesitan saber. «No te sueltes» juega entonces a dos niveles. Por un lado, el horror sobrenatural -que Aja retrata con buen uso de los espacios y las sombras- y el peso que el personaje de Berry lleva sobre sus hombros.

Es ella el centro de todo lo que ocurrirá. Mucho más, cuando un crudo invierno amenace la vida de la familia al dejarles cercados, hambrientos y débiles.

“No te sueltes” se niega a mostrar todo lo que esconde y la tensión que logra en su primer tramo es un buen ejemplo de analizar el terror más allá de sobresaltos o trucos de cámara. Lo interesante es su capacidad indudable para hacerse más cruel, extraña y urgente, a medida que la necesidad de abandonar la cabaña se haga imperiosa. Y al final, el único camino viable para mamá y sus hijos.

Más de lo que parece

“Nunca me sueltes” tiene la capacidad de parecer un cuento de hadas, aunque sus intenciones no sean ser una fábula. Más cercana al horror folclórico que al sobrenatural por momentos, funciona mejor cuando utiliza sus recursos para enriquecer su puesta en escena. Por lo que la cámara recorre el bosque salvaje, brutal y hermoso, tanto para explicar el entorno como para demostrar que lo que sea que vive en el lugar es parte del imperio de lo brutal e imparable de la naturaleza.

Los guionistas KC Coughlin y Ryan Grassby se esfuerzan por crear un ambiente denso, lo que logra brindar una sensación de mal inevitable. Mucho más fatalista de lo que podría suponerse, la película apuesta a dejar claro que habrá una tragedia. No tiene nombre, como tampoco lo tiene el personaje de Halle Berry o el lugar donde se encuentran. Pero ese anonimato del dolor, del miedo y de sus personajes, sostiene a la historia incluso cuando parece bajar de ritmo y volverse repetitiva.

Con todo, el director Alexandre Aja triunfa al lograr que su película sea un horror contenido y sinuoso. Entre pistas falsas sobre la identidad de mamá o el uso de la simbología para narrar los momentos más angustiosos.

“No te sueltes” es mucho más de lo que parece. Mucho mejor construida y narrada de lo que cabría esperar. Un logro que hace que Alexander Aja se comprometa con un final críptico que levantará comentarios y polémicas. ¿Es suficiente para hacer una buena película? Al menos lo es para hacerla memorable en una oferta abultada de terror como la de este año.

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