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Abran paso a Garbiñe Muguruza

La española menos española de la WTA apunta lejos en la segunda mitad de temporada.

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muguruza

Una alegría que nos pertenece y a la vez no. La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza saborea el éxito. Con solo 21 años de edad amaneció como número nueve del mundo en el más reciente ranking de la WTA.

Asomándose por primera vez en el circuito femenino en 2012, dio el salto de calidad dos años después al superar a la estadounidense Serena Williams en la segunda ronda del Roland Garros. Frente a esa misma rival cayó el pasado sábado por el título en Wimbledon, donde la actual número uno del mundo se atrevió a decir que “ella ganará este trofeo pronto”.

Cuando las leyendas hablan, es mejor hacer silencio y escuchar, y si la reina del tenis señala que Muguruza lo tiene todo para triunfar sobro el Césped Sagrado, entonces es cuestión de esperar.

La española menos española
No se preocupe, en esta parte no vamos a abrir el debate sobre su origen. Garbiñe nació en Venezuela y se nacionalizó española. Punto. Aquí se repasa su juego y por qué presenta la dualidad de dos escuelas.

Si bien creció y desarrolló su tenis bajo la filosofía ibérica, aquella de estar metro y medio tras la línea de base, donde es mejor aguantar y contragolpear o esperar el error del rival, Muguruza muestra características ofensivas de las academias rusas. Ponderar el servicio y aprovechar la derecha. Atacar y resolver lo más pronto posible. Sobre su saque destaca el reporte de finales de mes de junio en la WTA, donde señalan que gana el 70.5% de los puntos jugados con el primero, siendo la séptima mejor de la campaña.

Esto es óptimo para aquellos que ven acción sobre pistas rápidas, reflejo de sus mejores actuaciones en el circuito: título en Hobart 2014 (cemento) y finalista en Florianópolis 2014 (cemento) y Wimbledon 2015 (césped).

Muguruza tomó lo mejor de dos identidades para armar su tenis. Compite en los 100 metros, pero también es maratonista.

A diferencia de aquellas raquetas que se arriman a una corriente, ella elabora según la ocasión, rival y lugar. Habrá escenarios donde participe con mayor comodidad, pero eso no resta competencia durante todo el año.

Sospechosa habitual
Muguruza y Serena Williams se han visto las caras en cuatro oportunidades desde enero de 2013. En aquella temporada, la estadounidense llegaba como tercera sembrada al Abierto de Australia, mientras que la hispano-venezolana aparecía como la 112 de la clasificación femenina.

El duelo se resolvió en dos parciales a favor de la oriunda de Florida (6-2, 6-0), sin saber que una nueva rivalidad estaba naciendo.

El destino las cruzó un año después en París, donde la victoria fue para Garbiñe tras un doble 6-2. Este fue el golpe en la mesa que hizo a propios y extraños voltear a verla, pues su juego comprometió de inicio a fin a quien ese entonces ocupaba el primer lugar del ranking WTA.

Tras otros dos choques con victoria para Williams, Muguruza presenta una particularidad para frenar de a ratos a la estadounidense, detalle del que también puede presumir la francesa Alize Cornet, ganadora de sus últimos tres match sobre Serena: la devolución.

Atacar el primer saque de la monarca parece ser la mejor opción para desbalancearla. Devolver al centro genera una respuesta también al centro. Si bien Serena tiene la ventaja de no movilizarse cuando tiran al medio, tampoco hace mucho para abrir la cancha, caso que estas dos han sabido aprovechar para restar fuerza a la número uno del planeta.

¿Qué viene ahora?
Garbiñe Muguruza seguirá sumando y avanzando en el conteo de damas conforme obtenga resultados positivos en su próxima gran parada: Nueva York. El US Open aparece como el último Grand Slam del año, torneo donde registra un débil 0-2.

Tanto gris en la Gran Manzana puede cambiar con un final positivo, donde sumar victorias también le hará subir en el ranking, pues no defiende puntos en Estados Unidos, mientras que las ocho raquetas están por encima de ella actualmente ganaron al menos par de encuentros. Mientras ellas llegarán con el deber de defender y sumar unidades, Muguruza se prepara para obtener ganancia de todo triunfo en el último Major del calendario.

Ahora, el último paso, y también el más complicado será adaptarse a los nuevos retos. A mejores resultados, mayor responsabilidad. Si de algo carece el tenis femenino (a excepción de Serena Williams y Maria Sharapova) ha sido de raquetas regulares y a eso debe apuntar Garbiñe, a hacer de las principales instancias una visitante habitual, con sus altas y bajas, pero con consistencia dentro del tour femenino.

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