Cultura

¡Menos sal, por favor!

Varias instituciones sanitarias internacionales celebran cada año, durante el mes de marzo, la “Semana Mundial por la sensibilización sobre la sal”, un llamado de atención sobre los peligros del consumo excesivo del atávico y vital ingrediente. Este año la campaña apunta a los niños

Fotograma: Araya de Margot Benacerraf
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1.
Valiosa era la sal en tiempos remotos. Cuentan que un impuesto a su uso permitió construir la Gran Muralla china. Con sal se remuneraban largas jornadas de trabajo, de allí el vocablo de origen latino “salario”. En la Edad Media el tributo por la utilización de la sal era para los reyes. La llamada “marcha de la sal”, dirigida por Mahatma Gandhi en 1930, condujo a la independencia de la India. En la película Araya, de Margot Benacerraf, retumba en la voz de José Ignacio Cabrujas “y la sal era más preciosa que el oro”.

La sal es la vida y la memoria. Está en la literatura, en la Biblia: “Vosotros sois la sal de la tierra” (Mateo 5:13); “Pero la mujer de Lot, que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal” (Génesis 19:26); “Buena es la sal; más si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros” (Marcos 9:50).

2.
La sal es esencial en todas las gastronomías del mundo, como sazonador y conservante. Realza el resto de los sabores que el hombre es capaz de percibir. Su contenido de sodio y cloro contribuyen a regular la presión arterial, los fluidos en el organismo y el funcionamiento de músculos y nervios. El sodio facilita la absorción de ciertos nutrientes, como la glucosa y los aminoácidos.

Instituciones sanitarias internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan un consumo medio de 5 gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharita de café. En 2010 la Encuesta de Seguimiento al Consumo de Alimentos (ESCA) que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) reportaba que el venezolano promedio consumía 12 gramos de sal al día, más del doble del límite establecido por la OMS.

3.
Mucho se dice sobre los perjuicios del consumo excesivo de sal: propicia trastornos renales y cardiovasculares, hipertensión arterial y un sin fin de males que son camino seguro a la muerte. Por eso en el mes de marzo de cada año se celebra la “Semana Mundial por la sensibilización sobre la sal”, promovida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y World Action on Salt and Health o Acción Mundial de Sal y Salud (WASH). También se suman a la campaña planetaria Acción Latino-Americana de Sal & Salud (ALASS) y Consensus Action on Salt and Health o Consenso en la Acción sobre la Sal y la Salud (CASH).

En este 2015 la campaña se realizará entre el 16 y el 22 de marzo, enfocada en «la sal y los niños». Estudios recientes han revelado que una cantidad significativa de alimentos para infantes poseen alto contenido de sodio. Y es en la infancia donde tiene su momento genealógico un adulto sano o enfermo. El elevado consumo de sal desde la infancia predispone a hipertensión, osteoporosis, cáncer de estómago, obesidad y trastornos respiratorios como el asma.

“Los niños, igual que los adultos, consumen más sal que la cantidad máxima recomendada. Se puede y debe tomar simples medidas para ayudar a reducir el consumo de sal y, como resultado, reducir el número de personas que padecen de enfermedades cardiovasculares (…) Para la Semana Mundial por la sensibilización sobre la sal 2015 queremos asegurarnos que todos entiendan la importancia de un comienzo saludable para los niños desde la más temprana edad.”, acota ALASS en su mensaje de este año.

sal-niños-clímax

4.
(…)
Miro la cámara.
Mi sonrisa se hace de sal. Una sal
donde estoy de pie

─Raymond Carver

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