El 13 de marzo, se anunció la presencia del coronavirus en el país y se instó a la población a usar masivamente tapabocas, como una barrera contra la infección. En distintos lugares de Venezuela, mujeres se dedican a producir la pieza y a repartirla en sus comunidades
Ingrid Clak, es una vecina del barrio El Guarataro, ubicado en la parroquia San Juan, del municipio Libertador, en Caracas. Ella junto a otras amas de casa del sector crearon hace varios años un taller de costureras en el que confeccionan uniformes escolares a bajo costo para los niños de la comunidad.
“Desde que comenzó la emergencia sanitaria por la propagación del coronavirus, en nuestro taller de costura nos hemos dedicado a confeccionar los tapabocas. Hemos repartido en nuestra comunidad, y también enviamos por lote al gobierno para que sean distribuidos en Caracas y el interior del país”, dijo Clak.
Danny Crespo también trabaja y ayuda a la confección de tapabocas en el Guarataro.
“Este taller de costura forma parte de la Comuna Antonio José de Sucre y estamos fabricando unos mil tapabocas diariamente. Planificamos realizar un turno nocturno y multiplicar nuestra producción. Además llevamos material a las costureras de nuestra comunidad para seguir aumentando la producción, ante la emergencia por Covid-19”, señaló.
En el taller hay una docena de trabajadores, la mitad se dedica a coser los tapabocas, dos a los remates y cuatro a los cortes.
Los primeros tapabocas fueron repartidos a mototaxistas, choferes del transporte público, vendedores informales y adultos mayores.
Las costureras comunitarias que habitan en el barrio Bolívar de Petare, municipio Sucre del estado Miranda, también se sumaron a la labor.
María Collante es una de las personas que fabrica los tapabocas.
“Somos un grupo de costureras que pertenecemos a la comuna Unidos por Bolívar, que hemos trasladados nuestras máquinas de coser desde nuestras casas, hasta la biblioteca del barrio, en donde habilitamos el taller de costura. Estamos fabricando mil tapabocas para la comunidad, las primeras telas las compramos con nuestro dinero y ahora solo pedimos una colaboración para seguir comprando las telas”, señaló.
Además de los tapabocas, refuerzan la campaña de prevención contra el coronavirus en su comunidad.
“Especialmente en lo relacionado al lavado de las manos, que se proteja a los abuelos, que salga una sola persona a realizar la compra de comida”, dijo Collante.
Desde el urbanismo Pontín de San Pedro, en la ciudad de Guarenas, estado Miranda, Milagros Avariana, también activo la fabricación de los tapabocas, para combatir el coronavirus.
“En la comunidad cumplimos la cuarentena, respetamos las recomendaciones sanitarias. Lo que no podemos hacer es estar en nuestras casas con las manos cruzadas, sin ayudar a nuestra comunidad. Por eso un grupo de costureras nos unimos para fabricar los tapabocas y repartirlos en nuestro sector”, señaló Avariana.
Indicó que las primeras piezas se entregaron al personal de salud que labora en los distintos ambulatorios, que se ubican en la comunidad. “Luego les entregamos a las familias de menores recursos económicos, que no podrían comprar los tapabocas por su alto costo”.
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