Rodolfo Gerstl: Canaima es la galería del mundo aunque no todos lo respetan

Hablar de Canaima lo desborda. Rodolfo Gerstl se pasea por la sala donde se expone su obra con el teléfono en la mano. Se toma el tiempo de mostrar cada una de las fotografías que arropan las paredes del gran salón. Se detiene a hablar sobre ellas. Se maravilla nuevamente con lo que captó su lente hace ya cinco, diez y hasta treinta años atrás. Finalmente mostrará a Canaima fuera de Venezuela, y lo hará con la mirada de un artista que se apasiona por lo que está frente a él.

Canaima «es la galería del mundo. Todo un espectáculo. Si viene alguien de otro planeta hay que traerlo a Canaima para mostrarle como el planeta inicio».

El fotógrafo venezolano cuenta la historia de Canaima en cada imagen de su exposición Piel de Tepuy. En total, hay 56 fotografías expuestas en dos galerías y dos vídeos que se transmiten en salas especiales de la sede de Casa de las Américas en Madrid. Escoger qué exponer y qué no fue una de las tareas más complicadas.

En tantos años captando la esencia de Canaima, Rodolfo Gerstl ha logrado llenar 15 discos duros de dos terabytes. «Para los que conocen de tecnología saben que eso es mucho», señala. Sin embargo, siempre siente que hay una nueva imagen por captar, algo que no ha logrado retratar y que, además, lo hace maravillarse e ir a Canaima cada vez con una nueva mirada.

Un paisaje con alma vs un turismo de selfies

«Más que presentarnos el paisaje y sus detalles para ser vistos, nos enseña el alma de las cosas», escribe Miriam Ardizzone en el libro Ángel, un salto al mundo perdido. En este fragmento habla específicamente de trabajo de Gerstl, de cómo a través del paso de los años logra transportarnos en cada una de sus fotografías a lo más puro y antiguo del planeta.

Ver cada una de sus imágenes es teletransportarse a un momento único, capturado por una mirada nutrida, desde una vivencia inigualable. Para muestra, una de sus fotografías del Salto Ángel, el más alto del mundo, se toma desde arriba, justo antes de saltar al vacío de la selva.

Gerstl ha saltado unas 10 veces desde el emblemático Salto Ángel. Habla sobre esto mientras observa una de sus imágenes. «Cuando estás allí se siente lo pequeño que eres y le pides a la naturaleza que te deje compartir estos segundos al lado del Salto Ángel».

Sin embargo no todos aprecian a Canaima como lo hace Gerstl. Él se ha convertido en un guía turístico en la región y ha acompañado a grupos en varias visitas. Sin embargo, asegura que con el paso del tiempo las cosas han cambiado. Los turistas han cambiado.

«El turismo ha cambiado mucho. Antes el turista preguntaba, se informaba. Hoy es distinto. El visitante se cree el personaje. No toma fotos del sitio, sino en el sitio. No debería ser así. La gente ya no pregunta el nombre de la cascada, sino pide que le cuadren la foto. Incluso, cuando llegamos al campamento de Canaima lo primero que te preguntan es la clave del wifi. Hay que entender que la idea es asimilar y vivir la energía del sitio, no solo llenar las redes sociales», reflexiona  Gerstl.

Para el fotógrafo la verdadera fiesta de Canaima es apreciar el amanecer. «Esos 15 minutos antes de que salga el sol es todo un espectáculo. El paso de la oscuridad total, a un azul oscuro, luego a morado y por último amarillo es asombroso. Pero para disfrutarlo hay que estar tranquilo, que tu corazón se abra a la naturaleza».

Un territorio delicado

Rodolfo Gerstl no solo es fotógrafo. Es también un fiel defensor de la selva tropical venezolana, de sus sabanas y de sus tepuyes. Desde 2018 colabora con SOS Orinoco, un grupo de investigación que busca documentar y realizar un diagnóstico a fondo de la región al sur del río Orinoco y crear así conciencia sobre la tragedia medioambiental. Dicha organización dirigió una declaración al Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco en julio de 2021 para alertar sobre la invasión de este ecosistema único en el mundo.

La exposición de Gerstl, Piel de Tepuy pretende llamar la atención sobre la delicada situación y supervivencia de los diferentes ecosistemas del Parque Natural de Canaima, ya remarcada en los informes presentados en la UNESCO, así como suscitar una reflexión del concepto de sostenibilidad en nuestro tiempo.

«Canaima es súper delicada. Hay partes de tierra que están cubiertas por un liquen negro. Solamente caminar por allí destruye la superficie de la piedra. También es impresionante que cuando ves un Tepuy desde la foto satelital pareciera que un vehículo 4×4 hubiera atravesado la montaña. En la selva vemos que cada vez hay más deforestación y problemas de minería».

Literatura junto a Canaima

A las fotografías de Gerstl lo acompañan fragmentos de la novela Los pasos perdidos (1953), de Alejo Carpentier, en la que el escritor cubano nos acerca al mundo de lo “real maravilloso” a través del viaje personal de un ser creativo en los confines de la selva.

De esta manera, en ambos planos, fotografía y literatura, se aborda el misterio de la forja de la mirada desde la experiencia sublime, como si de una piel que cicatriza en el tiempo se tratase.

Canaima para toda Europa

Rodolfo Gerslt quiere llevar a Canaima a más partes del mundo. La exposición Piel de Tepuy estará en Madrid desde este 9 de marzo hasta el 14 de mayo. El fotógrafo planea pasearse por el Museo de Casa de las Américas todos los mediodías para conversar con quienes visiten su exposición. Pero Gerslt planea ir más allá.

«Al momento mi plan es llevar esta exposición por otros sitios de Europa y España, que la gente conozca esta belleza», asegura.

Volver a Canaima a fotografiar, a saltar y ser guía turístico siempre es una opción, aunque en el corto plazo quiere dedicarse a mostrar todo el material que tiene a quien lo desee apreciar.

Algunas de las fotografías de la exposición pueden verse en la página web del fotógrafo: www.rodolfogerslt.com. Incluso, para quienes desde España quieren comprar una de ellas, entonces pueden contactarse por esta misma página.