Entrevista

Marianella Salazar encara a los políticos: son una oposición "amaestrada y sumisa"

La controversial periodista, que a partir de este 27 de mayo presentará en el Trasnocho Cultural su monólogo “La eterna irreverente”, agregándole nuevos episodios de su vida, como cuando el covid 19 la sorprendió en la etapa más dura de la pandemia, dice que los opositores que apuestan por el levantamiento de las sanciones “son de una inmoralidad alucinante”.

Marianella Salazar, La eterna irreverente
Fran Beaufrand
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A lo largo de casi 45 años de destacada trayectoria en el periodismo a través de la radio, la televisión y los medios impresos, Marianella Salazar ha incursionado también en la política y ejercido responsabilidades públicas en la mal llamada “cuarta república”.

Muchas de las experiencias vividas las cuenta en su monólogo “La eterna irreverente”, estrenado en 2018 con buena respuesta de público y crítica. Ahora lo reactiva ventilando nuevos episodios de su existencia, como cuando el virus del covid 19  la sorprendió en la etapa más dura de la pandemia.

Escrito y actuado por ella misma, bajo la dirección de Julie Restifo y producción de Javier Vidal, lo estará presentando en el Trasnocho Cultural, del Paseo Las Mercedes, a partir de este 27 de mayo, los días viernes (5 pm.), sábados y domingos (4:30 pm), durante dos semanas.

Una experiencia aterradora

Todas y cada una de esas vivencia forjaron su personalidad, que es la de una mujer de ideas propias y muy arraigadas, controversial, inteligente y sin pelos en la lengua a la hora de dar a conocer con agudeza sus puntos de vista. Esto lo pone de manifiesto una vez más en la entrevista que sostuvimos con ella para El Estímulo, donde no deja títere con cabeza al emitir sus opiniones sobre algunos temas que la sensibilizan, como el acontecer político nacional y el desempeño de una oposición con una dirigencia “amaestrada y sumisa”.

Certeras son las palabras de sus productores, que describen este espectáculo como “un ejercicio de rebelión, que descubre a una mujer madura que vive a su modo, de una forma indómita y espontánea, que evoca el pasado para confrontarse consigo misma y narrar un país que ya no existe. Cuenta sus frustraciones y amores, su relación con el poder y con los hombres que protagonizaron la política”.

La misma Marianella ha dicho que escribir este “tributo a la nostalgia y, sobre todo, a la vida”, le sacó algunos fantasmas.

-A casi cuatro años de su estreno, ¿cuáles son las nuevas historias que contarás en este regreso de tu monólogo “La eterna irreverente”?

-Tengo nuevos relatos, por ejemplo, la experiencia de padecer el covid 19 antes que aparecieran las vacunas, eso me cambio la vida.

-¿Cuánto miedo te produjo estar enferma de covid 19 en su etapa más crítica?

-Fue una experiencia aterradora, nunca estuve tan cerca de la muerte y por supuesto que sentí mucho miedo. Resultó una situación difícil de manejar, al estar desconectada totalmente del mundo, empezando por tu mundo afectivo, sola, con el torbellino de tu ser interior, sin contacto humano prácticamente, ya que los enfermeros estaban encerrados en sus overoles de bioseguridad, que no permitían ver siquiera sus rostros. Parecía tan irreal, pero estaba allí, consciente de que pudiera estar a punto de cruzar la frontera con el más allá. Sobreviví, pero con largas secuelas que me ha costado superar.

Marianella Salazar y la radio
“Aunque pueda parecer pretenciosa, me gusta mucho la persona que soy hoy”, dice Marianella Salazar.

Oposición «amaestrada y sumisa»

-Es muy diferente la situación del país actualmente, en términos de deterioro institucional, si la comparamos a la de 2018, cuando estrenas tu monólogo. ¿De qué manera este cambio propició los nuevos relatos que has incorporado?

-Siento que en los últimos años se ha concretado la convivencia con el régimen, existe un reacomodo de dirigentes políticos con el poder. La situación se ha agravado porque atravesamos una etapa de impotencia e incluso de resignación. A eso nos ha llevado la desmoralización propiciada por una dirigencia política amaestrada y sumisa. Pero no he permitido que eso contamine mis relatos.

-¿No es Venezuela un barco a la deriva, con un gobierno cada vez más radical y autoritario y una oposición que solo se ocupa de sus elecciones internas y de ninguna manera asume la defensa de los ciudadanos desprotegidos, con pensiones de hambre, un sistema de salud que no los ampara y la impunidad que reina a todos los niveles a través de un sistema judicial controlado por el régimen, entre otros muchos males?

-¡Ay mi amor! Este es el Titanic, que se va hundiendo mientras la orquesta sigue tocando y la gente baila, como si en cubierta todo fuera un remanso de paz y prosperidad.

-¿Cuán lejos está Venezuela de volver a tener un sistema democrático con elecciones libres, como el que tuvimos durante 40 años?

-Durante los últimos 23 años aprendimos a aguantar esos simulacros electorales con la resignación de una estatua yacente. Las intervenciones de los representantes opositores y candidatos las escuchábamos con el desdén de las arenas ante la fuerza del viento. Para tener elecciones verdaderamente libres, tiene que haber un cambio político e institucional que nos devuelva la confianza y no concurrir, como ahora, sintiendo que insultan nuestra inteligencia. Los llamados que hace la dirigencia política se traducen en un “¡Abstengánse de vomitar… y vayan a votar!”.

«No habrá elecciones libres con un CNE del régimen y con representantes opositores subordinados a él», dice.

«Sociedad de cómplices»

-¿Qué tienes que decir a quienes, desde la oposición, secundan la tesis del régimen de que “Venezuela está cambiando” y que la economía se recupera?

-Pertenecen a la sociedad de cómplices que apuestan a tener, o tienen, su cuota de participación en el festín de la corrupción. Muchos trepadores aprovechan que el país se volvió un negocio y también quieren explotarlo. Nunca como ahora hemos visto una desesperación, una urgencia que responde al imperativo de “ahora o nunca” para obtener su tajada. Venezuela sigue siendo un país arrasado, con los peores servicios del mundo, aquí lo único que se arregló es el nivel de vida de los gobernantes y de los enchufados.

-¿Y de los opositores que apuestan por el levantamiento de las sanciones al régimen?

-Me parecen de una inmoralidad alucinante. Son opositores útiles al gobierno que saben muy bien que el levantamiento no va mejorar la calidad de vida de los venezolanos, sino los del régimen. Y los de ellos, que ya han recibido posiblemente su adelanto.

-¿Entonces tenemos una oposición que más que luchar por Venezuela, solo pretende preservar sus intereses políticos?

-Son una especie casi mohosa de parásitos, que se alimentan de la indiferencia general y, sobre todo, de la ausencia de principios. Por eso están cada vez más rechazados en la sociedad.

-¿Y no hay excepciones? ¿O habrá que esperar pacientemente el surgimiento de un nuevo liderazgo?

-Sí las hay, pero las arrinconaron y las han convertido en almas en pena que esperan su momento de resucitar.

Gratificante soledad

-¿Por qué no te has ido de Venezuela, como lo han hecho no pocos de tus colegas?

-Nunca me lo he planteado, ni siquiera cuando estuve a punto de ir presa. No he sentido esa necesidad. Este es mi país, donde está la gente que quiero, donde ejerzo el derecho al pataleo, y además, como decía mi inolvidable amigo, el arquitecto Willian Niño Araque, “aquí todo lo malo es transitorio frente al imperio de la belleza”. Ver el paisaje y el Ávila, contemplar sus cambios cromáticos, me dan sosiego y felicidad. Dudo que otro país y otra ciudad me proporcionen eso.

-Luego de la muerte de tu madre, a quien te encargaste de atender durante años a raíz del fallecimiento de tu padre, ¿te sientes hoy una mujer solitaria?

-Yo me siento tan completa o tan incompleta como cualquier persona que vive sola o acompañada.

-¿Cómo combates la soledad?

-No entiendo porqué muchas personas atribuyen la infelicidad a la soledad. Puede ser dura, pero la soledad es un estado que no planificas, no es una amenaza que debes combatir sino asumir. Si sientes pavor a estar solo, puedes caer en relaciones mediocres o, peor aún, dañinas. La soledad te brinda tiempo y espacio para actividades que pueden ser muy gratificantes.

-A estas alturas de tu vida, ¿tienes todavía lugar para el amor?

-Siempre hay lugar para el amor, aunque por los momentos está vacío.

Marianella Salazar
“La soledad te brinda tiempo y espacio para actividades que pueden ser muy gratificantes”. Foto: Fran Beaufrand

Instalada en el presente

-¿Lo que más admiras de tí misma?

-Ser consecuente con mis valores, con mi capacidad de aprender a vivir cada momento, cada circunstancia. Cada día lo vivo como si fuera el último e intento disfrutarlo. Vivo instalada en el presente.

-¿Y lo que más te criticas?

-Yo practicaba la autocrítica de forma encarnizada, pero ahora trato de ser indulgente conmigo misma. Aunque pueda parecer pretenciosa, me gusta mucho la persona que soy hoy.

-¿Podrías definirte en una frase contundente?

-Soy una mujer capaz de levantar pasiones y repudios a partes iguales.

-¿Cómo afrontas el hecho de no poder hacer radio, un medio en el que fuiste tan exitosa?

-Siento mucha nostalgia por la radio, un medio que hoy está más vivo que nunca. No pierdo la esperanza de regresar cuando las circunstancias, los miedos y los vetos lo permitan.

-¿Cómo has podido sortear el acoso del régimen, que intermitentemente se hace patente con amenazas y descalificaciones hacia tí?

-Hago malabarismos. Sortear esos acosos han sido verdaderos actos de magia.

Radiografía íntima

-¿Una mujer de armas tomar?

-Esas armas las enterré muy cerca, por si acaso tengo que desenterrarlas de nuevo.

-¿Cómo combates las depresiones?

-Con unas copas de un buen vino.

-¿Lo que más te hace falta de la Venezuela que perdimos?

-La libertad.

-¿Cuándo escribirás tus memorias en un libro?

-Es una materia pendiente.

-¿Qué esperas de tí misma?

-Seguir siendo la misma persona que expresa sus verdades.

-¿Te has sentido víctima de la envidia?

-Es parte de la naturaleza humana. Hay dos cosas que despiertan la envidia: el éxito y la belleza.

-¿Tu mejor terapia contra el aburrimiento?

-Ver lo que ofrece Netflix y jugar con mi perro…

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