Cultura

Galería de la Academia de Florencia: arte sublime más allá del David de Miguel Ángel

La Galería de la Academia de Florencia, sede del celebérrimo "David" de Miguel Ángel, se ha remozado completamente para que no se le recuerde solo por esa magnífica estatua, de imagen usada y abusada, sino que siga atrayendo a millones de visitantes por la revalorización de un gran tesoro artístico de varios siglos de arte toscano, pinturas, esculturas e instrumentos musicales, un gran trabajo multidisciplinario para llevar al museo a satisfacer las exigencias del siglo XXI

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Florencia, Galería de la Academia
Foto principal Galería de la Academia de Florencia 

¿Quién no conoce el David de Michelangelo Buonarroti? Una de las esculturas más famosas y utilizadas del mundo, visitado anualmente por más de un millón de personas, que enfrentaron una gigantesca fila para poder entrar en la Galería de la Academia y admirarlo en todo su esplendor, a menudo desestimando el resto de las obras maestras exhibidas en este importante museo. Pero, gracias a un extenso plan de revalorización, ahora será más atractivo recorrer sus distintas salas y disfrutar varios siglos de arte toscano.

Con la idea de «llevar la Galería de la Academia al siglo XXI», su directora, Cecilie Hollberg, junto a un equipo de expertos, está concluyendo un enorme trabajo de limpieza en todas las obras, de mejoras en las estructuras de iluminación, ventilación y decoración del edificio para una mejor presentación de sus tesoros, así como la apertura de nuevas salas expositivas y el uso de nuevas tecnologías de conservación y digitalización del material disponible y, más aún, de la tutela legal del David.

La Galería de la Academia nació en 1784, cuando el gran duque de Toscana Pietro Leopoldo I quiso modernizar la existente Academia de las Artes del Dibujo, fundada en 1563 por Cósimo I de Médicis por iniciativa de Giorgio Vassari. El gran duque ordenó su ampliación rebautizándola Academia de las Bellas Artes, con la finalidad de acercar los estudiantes a los grandes y famosos artistas del pasado, dándoles la oportunidad de estudiarlos y copiar las obras históricas.

Desde 1873, parte de la Galería de la Academia se convierte en un museo dedicado a Miguel Ángel, al exhibir algunas de sus esculturas de apariencia semi terminada conocidas como «Prigioni» y, sobre todo, la estatua que se convertiría en un símbolo del Renacimiento florentino y el centro de interés del museo, el célebre «David», que hasta entonces estaba en la Plaza de la Señoría (hoy en día sustituida por una copia), donde sufría los inconvenientes de los agentes atmosféricos, según notó entonces el escultor Lorenzo Bartolini, quien, con gran criterio y adelantándose a los tiempos, aconsejó su traslado a un lugar cerrado, especialmente estudiado para su protección y valorización.

Foto: Eliana Loza

El actual trabajo de modernización de la Galería de la Academia empezó en 2016, tras una fase de estudios de preparación, documentación y planimetrías -no siempre existentes- para desarrollar 3.000 m2 de museo, con recorridos ordenados y presentaciones de las obras más apropiadas para cada sala, con cada punto de luz especialmente orientado a valorizar cada detalle, logrando un resultado espectacular.

Sala del Coloso y Sala del ’400

Abre el recorrido expositivo con sus paredes de un elegante azul («azul academia» se ha dado en llamar) con el que se obtiene un gran resaltado de los colores de los cuadros y retablos, los fondos de oro y los imponentes marcos dorados.

Al centro, la copia de la escultura de Gianbologna «Rapto de las Sabinas«, cuyo original se encuentra en la Logia Lanzi de la Plaza de la Señoría, (desde hace años se discute sobre la conveniencia de su traslado a buen reparo, por las mismas motivaciones de deterioro de la mudanza del David).

En esta sala han sido restauradas las cerchas no visibles y las vigas, el sistema de climatización y la iluminación LED. Aquí y en dos pequeñas salas adyacentes se encuentran obras maestras del ‘400 y principios del ‘500, como la «Tebaide«, de Paolo Ucello, o el «Cassone Adimari» de Scheggia que, finalmente, pueden apreciarse en todo su esplendor.

Una de las obras que fue restaurada es la «Resurrección de Cristo» de Raffaellino del Garbo con su monumental marco, igualmente el marco redondo de «La Madonna col Bambino, san Giuseppe e san Giovannino» de Franciabigio y el de la «Madonna del Mare» atribuida a Sandro Botticelli.

La Resurrección de Cristo, por Raffaellino del Garbo. Foto: Eliana Loza

Salas del ‘200 y del ‘300

Igualmente modernizadas, en las salas del ‘200 y ‘300 fueron reordenadas las obras «bizantinas» con fondo de oro, contemporáneas de Giotto o precedentes y, precisamente, tomando en cuenta el verde azulado presente en sus cuadros, se usó ese color para las paredes (verde «Giotto»).

Se aprecian el famoso «Árbol de la Vida» de Pacino de Bonaguida, así como obras de Taddeo Gaddi, Bernardo Daddi, Nardo di Cione, entre otros. Se exhiben tres de los paneles que quedan de un políptico de la Iglesia de San Procolo, en Florencia, que representan los santos Procolo, Juan Evangelista y Nicolás.

El Árbol de la vida. Foto: Eliana Loza
“Tríptico del Thronum Gratiae” (1365), Nardo di Cione. Foto: Eliana Loza

Uno de los aspectos destacados de la labor de la directora Hollberg ha sido la exhaustiva búsqueda entre los anticuarios para conseguir varías piezas faltantes y completar algunos cuadros. Increíblemente, el comercio ilegal del arte no repara en dividir algunas obras, incluso con un burdo corte para separar figuras y venderlas fragmentadas a coleccionistas en todo el mundo.

El recorrido por la Academia incluye también una sala de instrumentos musicales de cuerdas y de teclados, presentación lograda con el aporte del Conservatorio Luigi Cherubini de Florencia.

(Foto Guido Cozzi. Cortesia de la Galería de la Academia de Florencia)

Gipsoteca

Se trata de una gran sala que recoge una colección de más de 400 bustos, bajorrelieves y esculturas, algunas monumentales, realizadas en yeso. Generalmente, los trabajos son los modelos previos, casi siempre en menor tamaño, para la obra definitiva en mármol o bronce.

Muchos son modelos originales de Lorenzo Bartolini, uno de los escultores italianos más importantes del ‘800. La colección fue adquirida por el Estado después de la muerte del artista y transportada a esta sede luego de la tremenda inundación de 1966, que destruyó o deterioró gran parte del patrimonio artístico de Florencia. Las paredes de color «azul polvo» de esta sugestiva sala combinan perfectamente con el blanco del yeso, dando un agradable efecto que recuerda a las famosas porcelanas Wedgwood.

(Foto Guido Cozzi. Cortesía de la Galería de la Academia de Florencia)

Galería de los «Prigioni»

El espacio dedicado a Miguel Ángel tiene una planta similar a una iglesia, se exhiben a los lados de la nave central estatuas no terminadas, conocidas como «Prigioni«, que habían sido encargadas por el papa Julio II para decorar su tumba. El proyecto fue dejado de lado por otras prioridades y las esculturas quedaron inconclusas, lo que no les impide seguir siendo imponentes.

A estas cuatro estatuas les siguen «San Mateo» y la «Piedad de Palestrina». Alternan con las obras de Miguel Angel, pinturas del ‘500 de los maestros Frá Bartolomeo, Andrea del Sarto y Pontorno, así como retablos de altar que muestran el desarrollo de la pintura florentina -con influencia de Miguel Ángel- hacia la espiritualidad de la Contrarreforma.

A medida que avanzamos por el amplio pasillo, va creciendo la admiración al acercamos al fondo de la sala donde, como si se tratara de un altar, se yergue en todo su esplendor, con sus 5,17 metros de altura, el joven David, momentos antes de enfrentar al gigante Goliat. Iluminado tanto por luz natural, a través de una gran claraboya superior, como artificial, dependiendo del momento del día.

La perfección de sus marmóreas piernas da la impresión de que en cualquier momento darán un paso. Una cierta desproporción en el tamaño de la cabeza y las manos no fue un error del escultor, además de la adolescencia del personaje bíblico, representan la idea renacentista del hombre, que es razón y acción, en el centro del universo.

(Foto Guido Cozzi. Cortesia de la Galería de la Academia de Florencia)

La tutela del David llegó los tribunales

Inevitablemente, la imagen del David es usada y abusada en una cantidad de publicaciones, objetos varios, gadgets y souvenirs de todo tipo, a veces con un pésimo gusto que raya en la obscenidad.

A Cecilie Hollberg no sólo se le debe la modernización de la Galería de la Academia, una tarea de igual o mayor importancia, que se propuso y logró, fue la tutela de la imagen del David, llevándola incluso a los tribunales de justicia.La gota que colmó su vaso fue la utilización -sin permisos, ni pagos de derechos- de la superposición entre la escultura y el cuerpo de un modelo profesional, a través del mecanismo de cartotécnica digital para la portada de una famosa revista.

Ya en 2017, el Tribunal de Florencia acordó la tutela de la imagen del David de Miguel Ángel, inhibiendo su uso ilícito con fines comerciales. Ahora, por primera vez, se pronunció sobre «la existencia del derecho a la imagen de los bienes culturales cual expresión del derecho constitucional a la identidad colectiva de los ciudadanos que se reconocen en la misma Nación».

El tribunal reconoció que la producción no autorizada de la imagen del David ha determinado un daño de carácter patrimonial, vinculado a la falta del pago por los derechos del uso del bien, pero también un perjuicio no patrimonial, moral, contra el alto valor simbólico de la estatua.

Será difícil controlar el abuso publicitario y comercial de las imágenes de gran valor artístico, así como definir el límite entre divulgación artística y comercio, pero las sentencias en tutela de un bien cultural -en este caso del David- como si se tratara de una persona, sienta un precedente insólito e importante.

No hay ningún problema en utilizar dichas imágenes con un fin positivo, didáctico, por ejemplo, en un libro de arte, en una tesis, incluso en recuerdos para viajeros, siempre que tengan el permiso para hacerlo, el inconveniente se presenta cuando, con una única intención de lucro, se les da un uso inapropiado.

Entretanto, la histórica sentencia ya ha representado para la Academia una ganancia de 300.000 euros en este año, cifra que aumentará en el tiempo.

Como parte de la modernización de la Galería de la Academia se ha llegado a un archivo funcional, también se ha preparado un recorrido para ciegos, publicaciones y actividades para niños, como el «Chatea con David», proyecto de inteligencia artificial para interactuar con el personaje en el sito web del museo, divulgando informaciones históricas, artísticas, religiosas, anécdotas y curiosidades.

Cecilie Hollberg, Directora de la Galería de la Academia de Florencia(Foto Gianfranco Gori. Cortesia de la Galería de la Academia de Florencia)

El mandato de Hollberg en la Dirección de la Galería concluye en junio de 2024, para entonces el balance será de 3.000m2 de exposiciones, 750 m de canales de aireación, 130 metros de canalización, un horario prolongado los días martes de 8:15 a 22:00 y los jueves de 8:15 a 21:00 y la aún no concluida mejora de la fachada del edificio. En lo que va de este año, el número de visitantes llegó al récord de 1.300.000.

Todas estos trabajos le sirvieron, según sus propias palabras, para «devolver la Academia a los florentinos» y para lograr el objetivo de «llevar este museo al siglo XXI».

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