Cine y TV

¿Marvel está a punto de derrumbarse?

Marvel se encuentra en medio de un momento de incertidumbre. Con dos de sus películas convertidas en discretos fracasos de críticas, el estudio debe lidiar, además, con el tránsito hacia un público adulto.El gran gigante se tambalea sobre sus torpezas de cara al crucial Comic Con San Diego

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Thor

El film “Thor: Love and Thunder” de Taika Waititi fue un éxito de taquilla. También lo fue “Doctor Strange en el Multiverso de la Locura” de Sam Raimi. Tanto una como la otra, batieron récord de boletería en su fin de semana de estreno. También dejaron claro que los fanáticos de Marvel continúan apoyando en masa a las producciones del estudio. Pero hay un detalle preocupante, que une a ambas películas en un estrato ambiguo. El film de Raimi tuvo una pérdida de asistencia a los cines de casi 60% el segundo fin de semana. En el caso de la producción de Waititi, la caída fue peor: la taquilla se desgastó en cerca de 68%, lo que la pone en la complicada situación de convertirse en un discreto fracaso a pesar de sus millonarias ganancias.

Para comprender el fenómeno es necesario profundizar en qué es en realidad una producción de Marvel. Además de un espectáculo de proporciones extraordinarias, es un proyecto mayor que lleva dos o tres años de planeación, filmación y marketing.

Cada proyecto lleva aparejado un elaborado sistema de infraestructura que va desde la construcción en tamaño real de sets de toda índole y tamaño, efectos especiales de punta a un costo considerable (aunque no lo parezca) y una lista de actores de renombre de Hollywood. La combinación de elementos convierte incluso al film más discreto en un evento financiero de envergadura. Tanto, como para que la consecuencia inmediata sea que el triunfo en taquilla sea un punto de especial relevancia a la hora de analizar lo que ocurre con el estudio y sus proyectos.

Para una saga del tamaño y la influencia de la de Marvel Studios, que una inversión sea redituable se trata de convertirse en un fenómeno de masas que asegure la inversión presente y a la vez, la posibilidad de la saga a futuro. Eso implica que cada proyecto de Marvel tiene la presión de convertirse en un suceso de público a gran escala, a la vez, que la de asegurar que la producción siguiente se beneficie del éxito.

Una correlación que durante la fase cuatro ocurre con cada vez menos frecuencia. Y que también, se hace más complicado a medida que avanza — en apariencia sin propósito y objetivo claro — a su final.

Para Marvel no es suficiente un éxito de taquilla de fin de semana. Se trata de rebasar la mítica línea de los 500 millones de dólares de ganancias en bruto en el ámbito doméstico. Eso permite, que los abultados presupuestos puedan recuperarse y obtener ganancias, al menos en un margen mínimo.

Al otro extremo, los resultados en taquilla internacionales son los que demuestran en realidad el músculo de la franquicia y son los que permiten las cifras positivas para la saga entera.

Durante los últimos estrenos es evidente que el músculo de marketing funciona aún de manera efectiva, pero que no es suficiente para mantener al público necesario para romper récords de ganancias a largo plazo. La gran pregunta que por más de una década cuestionó la posibilidad que la fórmula Marvel comience a desgastarse parece a punto de ser respondida. Y la pregunta es mucho más complicada de lo que podría suponerse.

Un gigante de pies endebles 

La franquicia Marvel ha sido obra del ensayo y el error. Tanto, como para que el mismo productor Kevin Feige haya asegurado más de una vez que el desarrollo de las docenas de historias de la saga haya sido obra casi de accidentes de buena voluntad.

Sin un plan maestro central — o en todo caso, uno basado en análisis financieros y estructurales sólidos — Marvel logró comprender la forma en que su público se relaciona con sus personajes. De la ya mítica “Iron Man” (2008) de Jon Favreau, al evento excepcional de “Avengers: Endgame” de los Hermanos Russo en el 2019, el estudio logró construir un trayecto de fórmulas casi idénticas que se convirtieron en cimientos de algo mayor.

Las tradicionales historias de superhéroes de la editorial se convirtieron en semilleros para caminos del héroe campbellianos construidos a la medida de una generación adicta a la multipantalla. Más que eso, Marvel logró ajustar su forma de relatar historias para hacerlas más grandes, más emocionales y al final, un universo compartido que se extendió en direcciones distintas. Para el comienzo de la pandemia en 2020, Marvel era la propiedad de Disney más redituable, exitosa, valiosa y con miras a convertirse en una apuesta segura. Dos años después, las cifras no son tan sólidas y la preocupación tanto en Marvel como en Disney comienza a ser patente.

¿El motivo? La posibilidad de que Marvel necesite algo más que películas atractivas, divertidas y olvidables para sostenerse.

La fase cuatro ha demostrado que la audiencia que creció con la franquicia y maduró con ella se hizo más exigente. La controversial “Eternals” (2021) de Chloe Zhao, demostró que los intentos de un tono más adulto de la saga estaban destinados a cierto espacio incómodo de indiferencia y crítica. Una percepción que no ha hecho más que hacerse un cisma profundo y conflictivo entre audiencia y propuesta.

Eternos
Ikaris (Richard Madden) y Sersi (Gemma Chan), en «Eternals»

De hecho, el film de Chloe Zhao es el primero de una serie de discutibles y discretos fracasos de planteamiento de Marvel durante la fase cuatro. Uno que lleva a la una inevitable pregunta: ¿perdió Marvel su habilidad para combinar el entretenimiento con planteamientos más sólidos?

Recientemente hubo un singular debate en redes sociales sobre la calidad del film de Taika Waititi. Los fanáticos, que por lo general disfrutaron del estreno, señalaron la poca calidad de sus efectos visuales, problemas de guion e incluso, actuaciones. Y aunque el apoyo en masa del fandom logró un resonante triunfo en números brutos, el efecto de desgaste comienza a ser preocupante.

Los dolores de un recorrido incómodo 

“Thor: Love and Thunder” se acaba de convertir en uno de los grandes estrenos del año. Con una recaudación de 302 millones de dólares a nivel mundial, es el éxito más resonante de la subfranquicia protagonizada por Chris Hemsworth. También es un hito en la taquilla de verano de un año en especial prolífico. La película de Waititi alcanzó el considerable honor de ser el tercer estreno más taquillero del año, solo por debajo de “Doctor Strange en el Multiverso de la Locura”.

Por supuesto, “Thor: Love and Thunder” todavía puede presumir que se encuentra por encima de ser un fracaso real, tanto en crítica como en cifras. Está por encima “The Incredible Hulk”, que obtuvo 67% de críticas positivas y se considera un golpe de taquilla considerable para la marca. Por otro lado, logró mejorar la vergonzosa marca de “Thor: The Dark World”, que con un 66%, se considera de las peores películas de la saga. Pero equipara su derrota en el análisis cinematográfico con “Eternals”, que roza un incómodo 47% de Rotten Tomatoes.

Hace unos meses “Doctor Strange en el Multiverso de la Locura” logró un efecto parecido. Durante su semana de estreno rompió varios récords de taquilla y se consideró un éxito resonante. Pero, al otro lado, decepcionó a la crítica y a buena parte del público. El fin de semana siguiente experimentó una caída en ganancias de casi 60%, lo que afectó su recaudación en adelante. Y también demostró que, aunque los fanáticos continúan apoyando los proyectos de Marvel, también hay una tendencia a una crítica y exigencia mayor.

La película de Sam Raimi, que tenía el objetivo de mostrar en pantalla la enormidad, complejidad y posibilidades del multiverso, se quedó en ambiciones. Tanto, como para que el argumento — que profundiza en la idea de la realidad escindida de manera total — pareciera tibio y sin verdadera profundidad. La decepción terminó por afectar su recepción y para el final de su tercera semana de estreno había perdido casi por completo su efecto en taquilla.

Marvel comienza a perder brillo 

“Thor: Love and Thunder” se encuentra en lo que parece ser una serie de propuestas discutibles que no encajan en el tono y la forma de la saga. Lo que sería del todo preocupante, a no ser que resulte que la fase cuatro es una etapa de transición entre un éxito resonante y terreno desconocido. Uno, además, que debería encaminar a la saga hacia proyectos más ambiciosos en un futuro a mediano plazo. No obstante, ninguna de las películas estrenadas parece tener un objetivo lineal y mucho menos conjunto. Todas son historias independientes entre sí, tanto que no parecen reconocer la existencia del resto.

A excepción de “Spider -Man: No Way Home” (conectada con la trilogía Watts) y su vínculo con la secuela de “Doctor Strange”, la fase cuatro carece de objetivos. “Black Widow” de Cate Shortland fue una despedida anacrónica y con aire de ruptura a un personaje querido. “Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos” de Destin Daniel Cretton, presentó al primer superhéroe asiático, pero no pareció impactar en la historia central de la fase. Mucho menos, “Eternals”, que careció del impacto esperado. Hasta ahora, unas de las criaturas más antiguas de Marvel se han convertido en una especie de punto anecdótico para la saga. Guiños que aparecen al fondo de historias más grandes, sin mayor trascendencia.

La gran cantidad de contenido podría estar estar jugando en contra de la habilidad de Marvel para mantener la solidez de su propuesta. Con cada vez más variables, personajes que incluir e historias que analizar, la saga se queda corta. En especial, porque el punto de saturación en el mercado parece estar muy cerca y ser más problemático de lo que podría suponerse. Esto implica que la saga muestra señales de carecer de los elementos para mantener la atención del público. Pero aún peor, de lidiar con las exigencias de un mercado cada vez más competitivo y con fanáticos no del todo incondicionales.

“Caballero Luna” (Moon Knight) fue bien recibida por la crítica, pero no fue especialmente exitosa con el público. Pero ha sido “Ms Marvel”, con un marcado tono étnico, la que demostró que no todos los productos de la saga tienen impacto real. La serie ha tenido críticas sobrias y una audiencia más bien discreta. Y aunque el personaje protagonizará uno de los estrenos del año entrante, su historia de origen no despertó demasiado interés. Ya en su final de temporada, su recorrido demostró que Marvel se enfrenta a un problema real: uno que atraviesa la sobreexplotación de producciones y la forma en que el público está reaccionando al efecto.

¿Se acerca el final de Marvel?

No obstante, Marvel dista mucho de ser una franquicia con problemas para mantener su rentabilidad. Pero las señales de alarma pudieran indicar directamente, que comienza a luchar contra el tiempo. Luego de más de una década de éxitos, la saga debe renovarse. Pero su habilidad para lograr la transición parece no ser del todo sólida. En especial, cuando debió prescindir de sus héroes más conocidos en favor de una serie de nuevos rostros y premisas.

¿Será la renovación el punto de partida hacia un declive inevitable? Con “Wakanda Forever” de Ryan Coogler a punto de estrenarse y “She-Hulk”, la nueva serie en streaming, Marvel atraviesa una prueba de fuego. ¿La superará?

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