Cine y TV

"La escuela católica": la retorcida historia detrás del éxito de Netflix

La película disponible en el servicio de streaming recrea la lamentable Masacre de Circeo. Un hecho que todavía mueve las fibras de la sociedad y justicia italiana

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«La escuela católica» («La scuola cattolica») es una película italiana que no ha parado de recibir comentarios desde que se estrenó el pasado 14 de septiembre. Su polémico cierre le ha permitido escalar al sexto lugar entre lo más visto en Netflix y al segundo lugar a nivel global (de producciones no habladas en inglés). ¿Es para tanto? Vamos a ponerle la lupa.

Dirigida por Stefano Mordini («Provincia Meccanica»), esta producción adapta algunos pasajes de la novela homónima de Edoardo Albinati (quien también firma el guion), mientras narra las tribulaciones de un grupo de estudiantes que cursa estudios en una prestigiosa escuela católica en Roma. Aparentes actos de microviolencia confluyen en un doloroso crimen que involucra directamente a tres jóvenes.

“La Escuela Católica se basa en hechos que realmente sucedieron, hechos de los que, en parte, fui testigo directo. Trabajando a partir de esos hechos reales, he entrelazado episodios y personajes con diferentes porcentajes de ficción: algunos están inventados de la nada, otros tienen una deuda considerable con cosas que realmente sucedieron, con personas que existen o alguna vez existieron”, dijo Albinati sobre su libro.

Allí tenemos la primera comprobación de que en efecto los hechos sucedieron. Pero, ¿cuáles hechos? Principalmente la llamada “Masacre de Circeo”, cometida por Angelo Izzo, Giovanni “Gianni” Guido y Andrea Ghira en 1975. En las siguientes líneas detallaremos todo lo que se sabe.

La Masacre de Circeo

Entre el 29 y 30 de septiembre de 1975, por 35 horas, tres hombres secuestraron, violaron, golpearon y drogaron a dos muchachas: Donatella Colasanti (Roma, 1958-2005) y Rosaria López (Roma, 1956-1975). Esta última no sobrevivió. El hecho ocurrió en una villa ubicada en San Felice Circeo, en la región italiana de Lazio. La propiedad era de la familia de Andrea Ghira, quien finalmente resultó responsable de los crímenes con Angelo Izzo y Giovanni “Gianni” Guido.

De izquierda a derecha las actrices Federica Torchetti )Rosaria López) y Benedetta Porcaroli (Donatellaa Colasanti )

Los tres pertenecían a familias romanas adineradas. Al momento del crimen, Ghira, de 22 años, era hijo del contratista de obras y campeón olímpico de waterpolo Aldo Ghira; Angelo Izzo (20 años) era estudiante de medicina y Giovanni «Gianni» (19) estudiaba arquitectura. Todos tenían antecedentes penales.

Dos años antes de los crímenes, Ghira e Izzo habían cometido un robo juntos, usando un arma. Fueron condenados a 20 meses de cárcel que cumplieron en la prisión de Rebibbia. Izzo, además, era reincidente en violación: en 1974 abusó sexualmente de dos menores de edad, con dos amigos y fue condenado a dos años de prisión. La sentencia, sin embargo, fue suspendida.

Ghira se había proclamado admirador públicamente del jefe del Clan de Marsella, Jacques Berenguer, una organización criminal de estilo mafioso fundada en Roma en 1973 y que operaba entre Francia e Italia.

Los culpables de izquierda a derecha: Izzo, Guido y Ghira

La detallada tortura

Con un detalle al estilo Michael Haneke («Funny Games»), el director de «La escuela católica» recrea la Masacre de Circeo en el último tramo de la película siguiendo los informes policiales. Se sabe, por ejemplo, que Gianni amenazó con un arma a las dos jóvenes para que se dejaran tocar. Como no accedieron, fueron encerradas en un baño. Posteriormente, Andrea Ghira se presentó a Donatella y Rosaria como Jacques Berenguer, el líder del clan Marsella.

Luego de violar a las jóvenes, los tres hombres mataron Rosaria golpeándola y ahogándola en una bañera. A Donatella la estrangularon, sin embargo ella se hizo la muerta cuando le quedaba un hilo de vida. Como se ve en la cinta, las dos jóvenes fueron envueltas con plástico y metidas en la cajuela de un auto Fiat 127.

En Roma, de regreso de la villa, los asesinos dejaron el vehículo aparcado para deshacerse de los cuerpos luego. Entonces Donatella gritó y golpeó la cajuela, tuvo suerte de que un vigilante nocturno pasara por allí y advirtió a las autoridades.

Una historia que no termina con la detención

Es cierto que tras escuchar el relato de Donatella, Angelo Izzo y Giovanni “Gianni” Guido fueron arrestados. Sin embargo, Andrea Ghira logró escapar. De hecho, a pesar de que los tres fueron condenados a cadena perpetua en julio de 1976, Ghira seguía prófugo al momento de la sentencia.

Lo que sucedió después fue una serie de eventos desafortunados para las familias de las víctimas. Ghira no pagó ni un minuto de cárcel. Vivió en España con una identidad falsa y murió en 1994 por una sobredosis. Angelo salió en libertad condicional en 2005 por buena conducta. Dos años después fue condenado de nuevo a cadena perpetua por matar a dos mujeres durante su libertad. Y a Gianni le redujeron la sentencia y dejó la cárcel en 2009. Finalmente, el 30 de diciembre de 2005, Donatella murió de cáncer de mama a los 47 años.

Un detalle importante es que los tres jóvenes eran militantes de movimientos neofascistas. Sin embargo, el director no quiso enfocarse demasiado en este punto.

«La escuela católica’ no es una película que aborde únicamente las vidas y los crímenes de Angelo, Gianni y Andrea. Incluso había omitido las conexiones fascistas de los tres asesinos», dijo Mordini en una entrevista con Cine Europa. Explicó que eliminó las referencias fascistas para abordar estrictamente la noción patriarcal de usar y ver a las mujeres como “objetos”.

Una decisión que termina siendo inteligente y corroborada por las justicia italiana que no supo responder al sufrimiento de Donatella Colasanti y Rosaria López ni al dolor de sus familiares.

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