5 razones para no perderte "The Last of Us" en HBO
Sobria, adulta, emocional, la versión del clásico de “The Last Of Us” de Naughty Dog hecha por HBO, es un obsequio para fanáticos. Pero también una pieza de arte televisiva destinada a marcar historia. Estreno, 15 de enero
Joel (Pedro Pascal) lleva a cuestas un pasado tan turbio y malogrado como el mundo que le rodea. Veinte años atrás, una agresiva epidemia de origen desconocido destruyó todo lo que conocía. Ahora Joel es la sombra del hombre que una vez fue. En silencio, devastado por el miedo, es un espectro sin destino entre las ruinas de una ciudad de pesadilla, perdida ya toda esperanza.
Hasta que Ellie (Bella Ramsey) demuestra que incluso en medio de la penumbra de la devastación total, hay algo por lo cual vivir. La premisa de la serie “The Last of Us” de HBO toma lo mejor del juego homónimo para crear una obra televisiva de especial solidez y sensibilidad. Más allá de los monstruos que acechan, del desamparo de sus protagonistas o el miedo a lo desconocido, la voluntad humana por continuar prevalece.
La producción, que se estrena el domingo 15 es todo un reto para HBO. También para los fanáticos, para quienes su estreno es un evento generacional. ¿Logró el gigante de las grandes producciones episódicas vencer la maldición de las adaptaciones? Tanto si eres un jugador como si no, te damos cinco razones para ver este colosal esfuerzo por narrar una mirada a la posibilidad del bien.
1- No tienes que ser fanático del juego
Lo que más sorprende del guion de Craig Mazin y Neil Druckmann es su calidad. Con una cuidadosa narración que evita puntos en común con otras semejantes, la serie avanza con inteligencia por un relato inquietante. Nada parece apresurado en la manera de explicar el apocalipsis que se avecina. Tampoco artificial o forzado. Los primeros diez minutos cuentan la tarde cualquiera de una adolescente corriente. Una, sin embargo, que está destinada a enfrentar la caída del mundo tal y como lo conoce; a ser parte de una circunstancia violenta que se desarrolla fuera de pantalla mientras Sarah Miller (Nico Parker) es testigo de su diminuto rastro.
La historia resulta inmersiva en los numerosos detalles con los que anuncia lo que está a punto de pasar. La producción es consciente de que su historia es familiar para la mayoría de los televidentes, de que forma parte de una experiencia colectiva de enorme relevancia. Por ese motivo tiene particular cuidado en que lo que cuenta sea tan innovador como reconocible.
2- Es una historia de terror en toda regla
“The Last of Us” construye su escenario aterrador con cuidado. Hay una amenaza cercana, total y potencialmente devastadora que está ocurriendo con rapidez. Y se anuncia en un curioso prólogo que retrotrae la historia a 1963 y se pregunta en voz alta qué podría arrasar con la vida humana.
Se trata de un añadido de información que aclara que lo que pasará en el relato no es un accidente. Es una consecuencia de fenómeno que se gestó en la oscuridad, que sucedió casi frente a los ojos de un mundo desprevenido. Un tipo de peligro que parecía impensable cuarenta años atrás, pero que tuvo el tiempo suficiente para desarrollarse hasta volverse imparable.
Los guionistas dotaron a la serie de un contexto sustancioso que logra la atmósfera claustrofóbica del juego. En especial, en cómo imaginar la amenaza biológica que se desarrolla a paso inexorable. De la misma manera que en el juego, el hongo Cordyceps (que incluso aparece en los títulos iniciales), es el detonante del Apocalipsis.
3- Brinda contexto aljuego
En “The Last of Us” la tragedia no llega de inmediato ni con una serie de sucesos catastróficos. Algo está ocurriendo al trasfondo de la vida de los personajes. A través de Sarah y después de su padre Joel y su tío Tommy (Gabriel Luna), la serie narra las piezas sueltas del desastre. La circunstancia misteriosa que les rodea no muestra sus verdaderos alcances hasta que estalla de súbito.
Pero para su segundo tramo - el primer capítulo se extiende por una hora y veinte minutos- los escombros del mundo están por todas partes. El ambiente cargado de las calles destartaladas de Austin, con un aspecto decadente y árido, es doloroso.
La cámara enfoca la tragedia desde lo íntimo, entre el miedo de los miembros de una misma familia. Las calles convertidas en campos de batalla inexplicables. La amenaza surge en todo su poder y capacidad para destruir la realidad y dejar a su paso solo oscuridad.
4- Por los monstruos reinventados
La producción se toma el cuidado de mostrar el advenimiento de los clásicos clickers (criaturas infectadas), desde sus primeros indicios. La tercera fase de la transformación no se muestra durante todo el primer capítulo. Solo es en el cuarto cuando el rostro de las criaturas es visible. Una decisión inteligente que permite a la serie construir su propia mitología con cuidado y con meticulosa precisión.
Igual que en el juego, los clickers comen carne. Tampoco guardan semejanza alguna con un ser humano en su último estadio de transformación. Incluso, la serie logró elaborar un sentido de su característico sonido de chasquido para incorporarlo a la trama como un elemento crucial. Una idea que brinda a las criaturas una segunda dimensión más dura y angustiosa que la de ser meras amenazas.
5- Es una historia profundamente adulta
“The Last of Us” se trata, sobre todo, de una tragedia humana: su escenario se basa en el dolor de la pérdida. Al mismo tiempo, se sostiene en los rigores del miedo y los códigos del género de terror, esta vez modulados para narrar una historia emocional.
Resulta sorprendente la forma como el relato se desarrolla con una paciencia que en manos poco hábiles, habría resultado tediosa. Pero “The Last of Us”, de la misma manera que el videojuego del cual procede, depende de sus personajes. Es a través de ellos -y en especial de Joel- que se comprende el poder de su mensaje oculto, de su trasfondo poderoso.
Cuando la serie avanza veinte años, la acción se traslada a una Boston fantasmal y vigilada por grupos militares de acción rápida. Como en el juego, Joel es ahora un ciudadano sin rostro, un sobreviviente anónimo sin un motivo más que el instinto de supervivencia para continuar. Pascal dota al personaje de una rudeza tétrica y envilecida, una angustia existencial tan cercana que resulta inevitable de comprender.
Para cuando conoce a Ellie, Joel deberá atravesar sus propios horrores para poder comenzar a reencontrarse con el hombre que fue. Ramsey dota a la niña convertida en esperanza de un mundo devastado, de un carisma asombroso. Juntos, los actores tienen una química brillante y cuando el viaje comienza -y la serie eleva las apuestas- es evidente el motivo del éxito del argumento: el poder para hacer creíble que en medio de todo el dolor mostrado, hay un sentido existencial y puro de sobrevivir, de encontrar una respuesta a la vida en mitad de la oscuridad, de la muerte, también de la amenaza.
«The Last of Us»: Pedro Pascal (Joel Miller), Bella Ramsey (Ellie), Gabriel Luna (Tommy Miller), Nick Offerman (Bill), Merle Dandridge (Marlene), Jeffrey Pierce (Perry), Anna Torv (Tess), Murray Bartlett (Frank), Lamar Johnson (Henry), Keivonn Woodard (Sam), Storm Reid (Riley Abel) y Nico Parker (Sarah Miller).
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