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Paraguay, cuadriculado y “lechúo”

Los centrales Da Silva y Aguilar fueron lo mejor en una presentación gris como el segundo uniforme y sin huequito alguno para la imaginación del equipo de Ramón Díaz, a pesar de la victoria 0-1

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FOTO: AFP

Para el primer partido de la Vinotinto en la eliminatoria, casi que me pidieron que tomara mate y escuchara canciones románticas en guaraní, que Pepeto López una vez me confesó que eran su adicción. Es decir, que viera el partido desde la perspectiva de un paraguayo, que es otra manera de tratar de responder la misma pregunta: ¿por qué Venezuela perdió?
Paraguay fue como la canción de Franco de Vita: “Noooo, no es fantasía, eres tú, que me dominas”. El equipo de Ramón Díaz tuvo una presentación totalmente diseñada en papel cuadriculado, predecible, tácticamente aburrida y simétrica hasta la exasperación, sin espacio para la imaginación, gris como el segundo uniforme, más conservadora que el partido Copei y casi que punta roma hasta el 0-1 con el que entre Vizcarrondo y Baroja adelantaron la llegada del trineo de Santa Claus. Esta vez, el orden sí bastó.

Antes de continuar, cuatro jugadores de Paraguay para destacar en clave tuitera, en lo bueno y en lo malo:

-Para darle retuit: cualquiera de los dos centrales, el matusalén Paulo Da Silva o Pablo Aguilar, aunque quizás el primero estuvo más involucrado en acciones decisivas, por ejemplo la quirúrgica barrida en el envenenado centro a la olla desde la derecha que envió Murillo apenas pisó el campo. Hubo un momento en la transmisión de Meridiano TV que llamaron “lentos” a los centrales paraguayos. Mándenme dos lentos así por Liberty Express.

-Para darle “favorite”: el guardameta Anthony Da Silva ya mostró en la Copa América que no hay ningún problema en que se ausente Justo Villar. Tuvo un par de cantos de paraulata en el segundo tiempo (salidas fallas en los minutos 69 y 92), aunque se recuperó de los errores.
-Para darle “unfollow”: relativamente decepcionante Néstor Ortigoza, el tanquecito que teóricamente es líder en el mediocampo y uno de mis ídolos en Chile 2015. Más determinante y vertical su llave Richard Ortiz, aunque casi se ganó la expulsión en el tackle de terror a Tomás Rincón (minuto 38).

-Para darle “block”: al “9” del San Lorenzo argentino, Federico Santander (novedad con respecto a la Copa América), no le salió una en los 70 minutos que estuvo en campo.

El reparto. En la estricta disposición binaria que diagramó el “Pelao” Díaz en Cachamay, entre los dos laterales, me gustó más el de la derecha, Bruno Valdez, que el de la izquierda (Miguel Samudio); casi lo mismo, pero en orden inverso, podría concluir sobre los teóricos volantes ofensivos, Derlis González (derecha) y Édgar Benítez (izquierdo): el primero tiene más cartel y anotó el 0-1, pero me pareció que el segundo tuvo más intención de participar, más allá de sus equivocaciones.

En la punta, Lucas Barrios estuvo un poquitico menos inútil que Santander, por ejemplo en la casi ventiúnica acción de peligro en el minuto 5, cuando robó un balón en el área luego de un “general failure” entre Baroja y Lucena.

Guayana es… ¿Influyó el clima sobre los paraguayos, una de las razones para escoger como sede a Cachamay? Cerca de la selva, o hace un calorón o cae un palo de agua, o ambas cosas. A lo mejor no tanto el calor, pero sí quizás la transpiración por la humedad, pareció pasarle bastante factura en el segundo tiempo al semifinalista de Chile 2015. El mediocampo defensivo se fundió, incluso después del ingreso de Víctor Cáceres (m.63).

El pito. El colombiano José Buitrago quizás perjudicó levemente a Venezuela, no en la acción del gol, pero sí en otras. Perfectamente pudo haber sacado roja directa a Ortiz en el contragolpe que iniciaba Rincón. También hubo una posible mano en el área chaqueña (m.89), aunque nunca se pudo apreciar una repetición

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