Nuevamente nos encontramos conmemorando y celebrando un año más (154) de la fundación del Colegio de Ingenieros de Venezuela, una de las instituciones con mayor trayectoria, prestigio, respeto y credibilidad en nuestro país.
Llega este aniversario de nuestra Corporación Gremial en un año en el cual nuestro País se encuentra inmerso en una profunda y generalizada crisis que puede ser calificada de post guerra. Guerra a la que, aparte de algunas batallitas inventadas por nuestros mambrúes criollos, afortunadamente no hemos llegado por el espíritu de paz, concordia y aguante inmanente de nuestro bravo pueblo, mas no por el desempeño de quienes tienen es sus manos las riendas del país, que no por tenerlas han demostrado saberlas usar.
Una crisis que comienza con la ausencia de definición de un modelo de desarrollo serio, con metas concretas, con objetivos alcanzables, con integración de programas y coherencia en sus ejecuciones, un modelo de desarrollo que vaya mas allá de la filosofía de Eudomar Santos, para los más jóvenes, aquella cuya premisa fundamental es: “así como vaya viniendo, así vamos viendo”. Ausencia de programas de vivienda que sean llevados a cabo con criterio de bienestar urbano y calidad de servicios para sus beneficiarios, de incentivos para reactivar el aparato productivo tan deprimido. Ausencia de programas de mantenimiento de la infraestructura existente, de la producción agrícola y pecuaria para garantizar la tan cacareada soberanía alimentaria. Ausencia de seguridad personal y jurídica, del respeto a la propiedad privada, de independencia de los poderes públicos para perfeccionar la democracia, de cifras oficiales para poder realizar proyecciones y contraloría social, en fin ausencia total de una administración pública cónsona y propósito de enmendar los errores para poder llevar al país por los derroteros del progreso que se merece nuestra población y así tener la Venezuela que todos merecemos.
Se hace propicia la fecha para ratificar una vez más el nexo indudable que existe entre el ejercicio de la ingeniería y el desarrollo, independientemente del concepto o modelo de desarrollo que se quiera adoptar, cualquier actividad que propenda hacia el mismo tiene que hacer uso de la ingeniería para llevarse a cabo con éxito, es por eso que nuestro Colegio siempre ha sido factor preponderante en el desarrollo de nuestro país elevando nuestras opiniones en cuanto a la materia que nos compete, poniendo al servicio del Estado nuestros conocimientos y experiencia sin otro interés que el bienestar de la población.
Es por todo lo anteriormente expuesto que a pesar de reconocer que vivimos la crisis más profunda de los últimos años seguimos siendo optimistas ya que el país cuenta con los recursos físicos, naturales y humanos necesarios para afrontarla y salir exitosos de la misma, fácil no será pero se vislumbra una actitud de enmienda de lo que venimos viviendo, de buscar y conseguir un equilibrio en las fuerzas actuantes en el avance de nuestra nación hacia el lugar que sabemos debemos estar.
A nuestros colegas en esta celebración, aparte de felicitarlos en este día, nuestro llamado es a trabajar, como sabemos los ingenieros, en el fortalecimiento de nuestra patria, sus instituciones y lo más importante su democracia.
