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FOTOS|Miradas enmascaradas: ¿Qué ves cuando te ven?

"Hay máscaras que ocultan y que muestran. Que dan susto o esperanza. Que son pozo o relámpago. Máscaras para el silencio o el vocerío. Para convocar hombres, animales o aquello que no existe. Para repetir palabras del cielo o de la tierra. Para ser mueca o alegría. Para la batalla o el teatro.

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FOTOS: ALEJANDRO CREMADES

Mascaras de aquí y de allá. De acá y de acullá. Todas dicen lo que no dicen, mienten al decir lo que callan lo que dicen».  Jaqueline Goldberg. ¿Qué ves cuando te ven?  Máscaras de América                

Las máscaras se utilizan desde la antigüedad con fines prácticos y ceremoniales, su mayor apogeo llegó con el famoso  Carnaval de Venecia, pero ya desde la antigua Grecia ocultar el rostro en actividades teatrales como una manera de mostrar lo que somos, lo que queremos ser, lo que aparentamos, lo que los demás ven o quieren ver en nosotros formaba parte de una tradición ancestral. Estas distintas «caras» de las mismas personas, la mayoría escondidas, hacen desear ser otro de manera subjetiva y constituyen proyecciones arquetípicas inconscientes.
Con esta analogía de ficciones que ocultan la realidad, la escritora Jacqueline Goldberg y el ilustrador Lucho Rodríguez han creado una pieza editorial de colección con el cuento ilustrado ¿Qué ves cuando te ven?  En verso y en trazo 23 máscaras ancestrales del continente se muestran en 60 páginas a full color con una delicada edición e impresión, en la que toman vida culturas ancestrales. Desde las civilizaciones que poblaron el norte de América, pasando por las de Mesoamérica, hasta llegar a las que hicieron vida en los Andes, sin olvidar a nuestros primeros pobladores del litoral central venezolano.
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Para Goldberg este libro con pretensiones de cuento representó un reto muy particular, porque las máscaras ya estaban en las manos de  la escritora al momento de pedirle un texto «por encargo» para cada una. Y es que estas son ilustraciones que vienen de otra ilustración, cada una con historias diferentes.
«Mi poesía últimamente ha estado muy vinculada a lo que yo llamo poesía documental, que parte de la investigación, de contextos históricos y visuales», comenta la escritora, quien confiesa que en algún momento pensó que el libro no vería el mercado. Goldberg no cree que este sea completamente un libro infantil, en realidad no cree  que haya libros infantiles. «Estas máscaras son muy duras, poco expresivas, misteriosas».
En el libro existe un desdoblamiento de las máscaras, estructuras que no solo se colocan en el rostro, sino «en el cuerpo, en las palabras, en la cotidianidad para ocultarse uno mismo de los demás» describe.
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“Un diálogo entre y texto e imagen”, así define Goldberg el propósito inicial de este proyecto editorial que partió de las ilustraciones del artista Lucho Rodríguez, a las que tuvo acceso Rafael Suárez, director de Playco Editores hace siete años. Diablos de Yare y Naiguatá (Venezuela), semblantes religiosos de los Bella Coola (Canadá), las muñecas Kachina de los indios Hopi (EE.UU.), las “caras” y petos de los Tolima y Quimbaya (Colombia), las caretas de los Chancay o Paracas (Perú) y las representaciones de dioses mitológicos de la cultura azteca (México) integran este viaje de rituales enmascarados y caretas sin dueño.
«Las máscaras son siempre objetos misteriosos, usados en ocasiones muy particulares y más asociados a un tema sociocultural ajeno que a una práctica personal cotidiana. De ahí que cada texto esté trabajado desde una curiosidad casi antropológica, que se pregunta cómo se ve el mundo tras una máscara y cómo ese mundo percibe al enmascarado. Se trata de una doble mirada que calza con casi todas las miradas que echamos al mundo”, explica Goldberg.
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¿Qué ves cuando te ven?  incita a mentes de todas las edades a apropiarse de ese objeto ritual y lúdico tan antiguo, universal y atemporal. En el caso de Goldberg el mayor embrujo lo encontró en las piezas de Kachina de los Hopi, máscaras simétricas y cuadriformes con colores saturados delicadamente ilustradas por Lucho.
Una muñeca es de por sí la otredad estática y falsa. Que una muñeca pudiese tener una máscara es perturbador: una doble cobertura, doble separación de la realidad” argumenta la poeta.
El disfraz permite sacar temporalmente la máscara que vestimos en la rutina. La sociedad impone ciertos roles que a veces enmascaran nuestro verdadero ser. Esto quiere decir que una parte de nosotros está «enmascarada» y cuando nos disfrazamos nos permitimos ser naturales dentro de esa «personalidad socializada». ¿Qué ves cuando te ven? Máscaras de América se aleja de esta identidad colectiva para adentrarse en las sinonimias culturales distanciadas del colectivo y las coacciones que hoy pueden sofocar a una comunidad.]]>

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