Cubagua, la mini Venezuela olvidada que desentierra el corto "Flor de la Mar"

En el Municipio Tubores, del Estado Nueva Esparta, ondea con la corriente del mar la isla de Cubagua, la primera ciudad de Venezuela. Descubierta por Cristóbal Colón en su tercer viaje al Caribe en 1498, la isla se erigió con una iglesia, un Palacio de Justicia, comercios, casas, conventos y carreteras de las cuales aún se perciben rastros. Sin embargo, hoy en día vive de recuerdos e historias enterradas. La población, todos descendientes de los esclavos que construyeron sus cimientos, no sobrepasa las 51 personas.

En el año 2007, cuando el cáncer del fallecido presidente Hugo Chávez todavía no hacía estragos en el país, su administración decidió recuperar la histórica isla. Así nació el “Proyecto Cubagua», que prometía la edificación de 17 viviendas, un rompeolas, una enfermería y una escuela. Pero las ofrendas de oportunidades de empleo para los pescadores y la restauración de las ruinas de Nueva Cádiz se quedaron en el verbo y en el eco de las palabras.

El arqueólogo Jorge Armand fue contratado para hacer la nueva excavación de la isla en este periodo. No obstante, un día los fondos destinados al proyecto desaparecieron misteriosamente. A mitad de camino el arqueólogo fue despedido y los habitantes de la ciudad fueron depuestos al silencio de la brisa y de las sales que roen sus paredes. Nunca se supo que pasó con el dinero ni cómo se gastó.

Este es el misterio que guía el corto realizado por el venezolano Jorge Thielen, «Flor de la Mar». A través de la última visita del antropólogo Armand a Cubagua –abuelo del joven director- y de testimonios de aquellos que han intentado rescatar este sitio, el corto se muestra como una ventana para un país que vive de promesas eludidas. “Mi abuelo comenzó a trabajar ahí (en las obras) y de un día para otro lo botaron. Los pescadores se quedaron sin nada”, recuerda Thielen.

“El Proyecto Cubagua” llegó a aprobar unos 3 mil millones de bolívares que nunca vieron la luz. “El presidente venía para acá, todo estaba preparado. A las 3 de la tarde me llama el teniente y me dice: ‘Mario, el presidente no viene porque se enteró que aquí en Cubagua no había nada’”, relata uno de los testimonios en el tráiler de Flor de la Mar.

En el año 1979 Cubagua fue declarada monumento histórico. Aún se observan paredes de unos 50 cm de alto, con las mismas piedras que fueron construidas hace más de cuatrocientos años. También fue  declarada Reserva Forestal el 29 de abril de 1943, y el 19 de julio de 2007 fue declarada Bien de interés cultural. Es desde esa fecha cuando el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) comienza a plantear ideas sobre la manera de rescatar la isla. Según el censo realizado por este en agosto de 2007, aquí habitan permanentemente 32 adultos y 19 niños. Si se suman los pescadores itinerantes de Nueva Esparta y Sucre, esta cifra puede sobrepasar las 300 personas en un año. Pero de nada sirve su estatus. Sin vigilancia alguna, las ruinas de la urbe nacida hace 500 años han sido intervenidas y pierden valor.

Contar la historia de lo que quedó detrás de puertas fue un reto. Thielen tuvo que construir la narrativa alrededor de unos eventos que ya habían pasado.

El documental se filmó en el estado Nueva Esparta, Cubagua –en donde estuvo el equipo por dos meses-, la isla de Margarita y Caracas. Lo más trabajoso fue la edición, luego de dos años Thielen hizo por lo menos 17 versiones de la película antes de lograr encajar la propuesta que deseaba. “Lo financié mayoritariamente a través de la plataforma de crowfounding Indiegogo, recolecté 6 mil dólares más o menos y ya después hubo algunas donaciones personales y mucho trabajo sin pago”.

Flor de la Mar se estrenó en abril del 2015 en California, fue premiado como Mejor Cortometraje Documental por el jurado del 18º Cine Las Américas International Film Festival en Austin, Texas, y ha participado en otros 26 festivales internacionales. Ganó una mención honorífica en el Caracas Doc Fest y ha sido proyectado en espacios como Corea, Barcelona, Nueva York, Chile y Ecuador. El corto también se mandó al Festival de Cine Latinoamericano en Margarita, aunque no fue aceptado. Thielen atribuye este rechazo a que la historia es bastante crítica con el gobierno, no obstante todavía espera que pueda tener un mayor alcance en el país a través de internet. Es por esto que está buscando monetizarlo para que se pueda ver en Venezuela libremente.

El olvido intermitente de Cubagua

Fueron  las perlas y no el oro lo que cautivó la imaginación de Cristobal Colón. Los que descubrieron Cubagua, y posteriormente la corona española, ambicionaban con su riqueza perlera. A partir de 1499 se inició la obtención de estas por el sistema de rescate con los indios. Varios historiadores apuntan las fechas de 1511 – 1512 como la del establecimiento de las primeras rancherías de españoles dedicados a la explotación de los ostrales. Así, el tráfico de esclavos, la pesca de perlas y una incipiente minería, son las primeras actividades económicas que se desarrollaron en el país.

Su importancia económica para el reino español fue extraordinaria y jugó un papel crucial, tanto en el proceso de población de la región nororiental de Venezuela como en el fracaso de la colonización de Costa Firme entre 1520 y 1565. Después de 1530 comenzó a decaer la producción de perlas y hacia 1533 hubo un éxodo masivo con permiso oficial de la corona.  En un período de unos treinta años, la ciudad nació, creció y desapareció. Durante 400 años Nueva Cádiz quedó olvidada en el tiempo.

En la actualidad en la isla de Cubagua solo quedan vestigios de lo que anteriormente fue la esplendorosa ciudad.  El territorio, de unos 9,2 kilómetros de largo por 3,6 kilómetros de ancho está habitado por unas 20 familias de pescadores que pasan sus días en este islote de tierra con una costa de arena blanca, un mar azul y un silencio que únicamente es interrumpido por el murmullo del oleaje.

Sobre Jorge Thielen

Jorge Thielen Armand es un cineasta venezolano radicado en Toronto, Canadá. Después de graduarse de Comunicación Social en la Universidad de Concordia en Montreal, dedicó tres años a su primer cortometraje “Flor de la Mar”. En el 2014, Jorge fue seleccionado para participar en los programas de formación Doc Accelerator del festival Hot Docs y el Talent Lab de RIDM en Montreal. También dirigió 12 episodios de la serie digital Toronto Mom Now, que fue comisionada por Heritage Canada. Actualmente está desarrollando su primer largometraje, La Soledad, que participará en el programa de producción La Biennale College del festival La Biennale di Venezia.

Premios:

– Margaret Mead Film Festival: Selección Oficial

– Sarasota International Film Festival: Selección Oficial

– Cine Las Américas: Mejor Cortometraje Documental

– Green Film Festival of Seoul: Selección Oficial

– American Documentary Film Festival: Selección Oficial

– FESCIVE: Selección Oficial

– Festival Internacional de Guayaquil: Selección Oficial

– FICMA: Selección Oficial

La Soledad, que se estrena en septiembre del 2016 en el 73º Festival Internacional de Cine de Venecia, está basada en hechos reales y es el último proyecto de Thielen:

«Ya luchando para sobrevivir en la jungla urbana de Caracas, José descubre que la decrépita mansión que habita pronto será demolida. Con la esperanza de salvar a su familia de la falta de vivienda, José se embarca en una búsqueda mística para encontrar unas morocotas de oro que se rumoran estar enterradas en esta casa. Apoyada por el programa Biennale College».