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Venezuela en Río 2016: lo bueno y no tan bueno

Como todo en la vida, puede verse el vaso medio lleno o medio vacío. Probablemente es la mejor actuación de una delegación criolla de todos los tiempos, y las chicas sacaron la cara con dos medallas y cuatro diplomas. Pero el rendimiento de podios conseguidos por atletas clasificados sigue siendo muy bajo en el contexto global

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La noticia buena: la actuación de Venezuela en Río 2016 perfectamente podría ser evaluada como la mejor de todos los tiempos. Tres medallas, igual que en Los Ángeles 1984, aunque aquella vez hubo un boicot de 16 países. Al menos ocho diplomas olímpicos (figuraciones entre el cuarto y el octavo lugar), lo que iguala el récord de Londres 2012. Por cierto, en El Estímulo acertamos nuestro pronóstico de una plata y dos bronces, con la gran ayuda de Stefany Hernández para compensar el pelón con la esgrima.

Lo no tan bueno: en el contexto macro, todavía no es suficiente. Contando exclusivamente desde Sidney 2000, Venezuela es el país número 40 del mundo en atletas clasificados (363), pero ocupa el lugar 72 en el medallero general (1 oro / 1 plata / 5 bronces). Su rendimiento de medallas obtenidas por atletas clasificados (alrededor de 50 deportistas por cada metal) es uno de las peores del mundo, al menos cuando se compara con todos los países que están por encima, similar al de Egipto (47 atletas por medalla). El dato no es para autoflagelarse, pues hay países en la región que están mucho peor. A México le fue muy mal en Río 2016. Chile, Perú, Paraguay o Ecuador son una lágrima. Pero al lado tenemos un vecino que sí es un modelo mucho más exitoso: desde 2000, Colombia suma 20 medallas (5 oros/6 platas/9 bronces), en el puesto 45, por encima de México, Eslovenia, Austria o Bélgica, con un rendimiento de un metal por cada 20,75 atletas clasificados.

Lo mejor de Venezuela en Río 2016

ATHLETICS-OLY-2016-RIO

1)   La participación femenina. Yulimar Rojas consiguió la primera medalla de plata de la historia para una venezolana; además lo hizo en atletismo, un deporte donde no hay veredictos de jueces ni suerte en los sorteos: las marcas nunca mienten. Además se convirtió en un ejemplo simpático de tolerancia a la diversidad sexual. Probablemente hubo un “efecto Yulimar” en la delegación tricolor, pues después de su plata quizás bajó la presión y vinieron varias actuaciones destacadas de criollos, incluidas las otras dos medallas. De los ocho diplomas, cuatro fueron de chicas. Lamentablemente, tanto Yulimar como Stefany Hernández compartieron podios con campeonas colombianas, lo que les restó impacto en los medios regionales.

2)   Jéssica López. Kilo por kilo, la gran revelación de Río 2016, a pesar de que a sus 30 años de edad ya no es una “chamita”. Sus dos diplomas prácticamente tienen valor de medalla en otro deporte de un nivel tan exclusivo y feroz como la gimnasia artística (Latinoamérica, a través de Brasil, solo ha capturado uno de los 332 oros que se han repartido en Juegos Olímpicos).

3)   Yoel Finol. El peso mosca merideño rompió la maldición de 32 años sin medallas en el boxeo y reafirmó el estereotipo del boxeador criollo chiquito pero cumplidor. A diferencia de Yulimar y Stefany, que se han desarrollado como atletas de élite solo después de radicarse fuera de Venezuela, Finol es la única medalla que puede considerarse como un producto genuino de las estructuras deportivas locales.

4)    Betzabeth Argüello. La mejor actuación de la historia para un atleta venezolano (hombre o mujer) en el deporte de lucha. La cojedeña quedó quinta en la división femenina de 53 kilos y le ganó dos combates a una camerunesa y una griega: ningún luchador criollo había obtenido antes más de una victoria en Juegos Olímpicos.

5)   El voleibol de playa. Un logro menor, pero ante Costa Rica (con el “burka” puesto por el frío que hacía de noche en Copacabana) consiguieron la primera y hasta única victoria de cualquier género para Venezuela en la modalidad de la “arenita playita” (una dupla masculina participó en Londres 2012). En el atletismo, Nercely Soto hizo historia al meterse en la semifinal de 200 metros planos. Rosa Rodríguez clasificó a la final de lanzamiento de martillo, aunque lamentablemente desmejoró su marca en la instancia decisiva.

Lo no tan bueno de Río 2016

Limardo

1)   La esgrima: a pesar del octavo puesto del equipo de espada, se despidió con balance general de 3 victorias y 7 derrotas. Individualmente, solo Francisco Limardo y Alejandra Benítez avanzaron rondas. Nadie entendió lo que pasó con Rubén Limardo (derrota 15-5 ante un egipcio).

2)   El baloncesto. Una cosa es perder. Otra perder siempre por palizas horribles. Quedó la impresión de que el nivel del Campeonato de las Américas México 2015 fue muy bajo.

3)   La maldición kazaja-uzbeka. En Río 2016, todos aprendimos a tenerle mucho, mucho miedo a los boxeadores de Kazajistán y Uzbekistán, dos países que se han convertido en auténticas potencias contemporáneas en deportes de combate o pesas. El nocaut del gigantón uzbeko Jalolov al superpesado margariteño Edgar Muñoz fue quizás el momento más embarazoso de cualquier deporte individual criollo en Río 2016. Aquello pareció la primera derrota de Rocky Balboa ante Clubber Lang en Rocky III.

4)   La lesión de Robeilys Peinado: un caso de mala suerte, son cosas que pasan. En teoría deberá ser una posible esperanza de medalla, ya con 22 años, en Tokio 2020. Jhonattan Vegas no aprovechó el nivel relativamente bajo del golf olímpico, aunque al parecer también estaba disminuido físicamente.

5)   Atletas que desmejoran sus marcas. Los deportistas no son máquinas ni robots, pero hay casos repetitivos que de nuevo merecen al menos una revisión. Sucedió en la natación con el pechista Carlos Claverie y el librista Cristian Quintero: clasificaron a las semifinales de 200 metros de sus especialidades, entre los 16 mejores del mundo, pero una vez allí hicieron sus peores tiempos. Pasó también en atletismo con la lanzadora de martillo Rosa Rodríguez (bajó de 71,41 metros a 69,26 metros en la final). Puede deberse a una mala preparación o a deficiencias en el trabajo sicológico para reaccionar bajo situaciones de presión extrema.

En días pasados citamos el caso de la pesista Yusleidy Figueroa, que hizo su peor marca del ciclo olímpico (201 kilos) cuando jamás había bajado de 208 en todas las competencias previas. El relevo de 4 por 400 hizo cronómetro de 3.02.69 en Río 2016 y quedó eliminado el viernes, cuando había marcado 3:01.67 en un meeting en Medellín el pasado julio.

Vamos con otros ejemplos:

Ahymara Espinoza (impulso de bala) hizo sus mejores marcas del ciclo olímpico en las citas menos importantes (Juegos Bolivarianos, Juegos Sudamericanos o Campeonato Iberoamericano): 

tabla1

Alberh Bravo (400 metros planos) hizo su peor tiempo de los últimos dos años justo en Río 2016:

tabla2

Femenino

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