De Interés

Días de hegemonía, para no olvidarlo

En cuestión de cuatro semanas tuvimos, en Venezuela, hechos concretos que evidencian cómo opera en la vida política cotidiana el modelo de comunicación, que para el chavismo significa potenciar la voz oficial e invisibilizar al adversario. Hace ya algunos años mi mentor Marcelino Bisbal, para un libro en el que tuve honor de participar, logró sintetizar en qué consistía esta estrategia oficial: hegemonía y control comunicacional.

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FOTOGRAFÍA: ANDREA HERNÁNDEZ

El modelo comunicacional del chavismo se ha caracterizado, entre otras cosas, por: a) una arquitectura legal para regular a los medios de comunicación privados; b) manejo partidista de los entes encargados de la veeduría oficial como es el caso de Conatel; c) el uso abusivo de las cadenas nacionales de radio y televisión; d) el carácter propagandístico que le dio a los medios administrados por el Estado, junto a la expansión numérica del aparato mediático gubernamental.

En la práctica este modelo se aplica según sea la circunstancia y a decir verdad a estas alturas de la revolución bolivariana se guardan poco, muy poco las formas.

Es 26 de septiembre de 2016. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha anunciado con bastante antelación y de forma muy notoria que ese día al mediodía le dará un mensaje al país en torno al referendo revocatorio. La MUD se dispone a reiterar que se mantiene en el terreno de la lucha democrática y electoral, pese a todas las trabas impuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Habla, ese día, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Chúo Torrealba. Sólo un canal de televisión abierta se atreve a transmitir lo que es a todas luces la gran noticia del día. Han transcurrido dos minutos escasamente de la intervención de Torrealba y aparece el mensaje de que los medios de radio y televisión del país, de forma obligatoria, deben irse a una cadena con el presidente Nicolás Maduro. El uso, a todas luces, abusivo de los recursos comunicacionales ha sido una característica del chavismo.

Es 23 de octubre de 2016. En día domingo de forma excepcional ha sido convocada la Asamblea Nacional de Venezuela para comenzar a discutir lo que ya se denomina como la ruptura del hilo constitucional en Venezuela. En medio de la sesión irrumpe violentamente un grupo e chavistas, de forma confusa en este acto aparece Jorge Rodríguez. La televisión internacional, da cuenta de este hecho, en algunos casos con transmisiones en directo. Ningún canal de televisión venezolano lo transmitió.

La política chavista en materia comunicacional ha logrado implantar la autocensura como modelo de negocios, especialmente para los canales privados de televisión. Después de varios años de presiones, cortapisas y multas, ya los medios audiovisuales no necesitan recibir la llamadita de Conatel (Comisión Nacional de Telecomunicaciones) para saber qué deben dejar de transmitir.

Es 30 de octubre de 2016. Después de muchas idas y vueltas se instala un espacio de diálogo entre gobierno y oposición. Se trata de un hecho trascendental para la vida nacional pero no se decreta una cadena nacional de radio y televisión, el régimen opta por limitarlo a la señal de Venezolana de Televisión, medio en el cual le da el encuadre favorable.

El locutor en off, mientras está por instalarse la mesa, se pasea por diversos hechos del “golpismo” encabezados por la “derecha”, a la que se le acusa de todos los males del país.

Los medios administrados por el gobierno son la antítesis de medios públicos, son sencillamente aparatos de propaganda. En la mesa de diálogo se aboga por moderar el lenguaje político para favorecer el entendimiento nacional, se trata de letra muerta en el caso de un canal como VTV, junto a otros tanto del ahora abultado sistema de medios gubernamentales.

En medio de todas estas acciones concretas en el campo comunicacional, el presidente Nicolás Maduro designa el 21 de octubre al frente de Conatel a Andrés Eloy Méndez, cuya hoja de vida tiene este dato destacado: no tiene experiencia alguna en el terreno de medios de comunicación y fungió como Superintendente Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde). Debe recordarse que Méndez se desempeñó fieramente persiguiendo al comercio privado entre agosto de 2014 y mayo de 2015.

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