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Lorena Puerta Bautista: "Seguimos viviendo en el siglo XX"

¿Una bendición o una maldición ha sido el petróleo para Venezuela? ¿Nos ha impulsado o nos ata al siglo XX? Lorena Puerta Bautista, especialista en la historia del petróleo, advierte que el país no está transitando por la ruta de avanzar ni se ha puesto a tono con los verdaderos retos del momento

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siglo XX

El tiempo histórico no se rige por el calendario convencional, o al menos así lo plantean varios representantes de la historiografía contemporánea. Por ejemplo, el historiador británico Eric Hobsbawm aseguraba que el siglo XX comenzó en 1914 y terminó en 1989. Mientras que el venezolano Mariano Picón Salas escribió que Venezuela entró al siglo XX en 1936, después de la muerte del general Juan Vicente Gómez. ¿Cómo saber el inicio o el final de un período histórico?

Esta entrevista no busca responder eso, pero por la pandemia, sí pretende dejar otras interrogantes planteadas: ¿Venezuela está en el siglo XXI o todavía sigue en el XX? ¿La caída abismal de los precios del petróleo podría determinar algo?

Y aunque el futuro se encargará de las respuestas, no es exagerado decir que, desde las primeras décadas del siglo XX, Venezuela se desarrolla gracias al petróleo, un recurso que pareciera haberse convertido en su don y su maldición, el sustento de todos los gobiernos habidos desde Gómez: autoritarios y democráticos, populistas y elitistas, militares y civiles. El petróleo tal vez sea el principal símbolo del siglo XX, al fin y al cabo, la paz y la democracia, las grandes joyas alcanzadas en esa centuria, fueron anhelos de otros tiempos, mientras que el petróleo apareció sin avisar, como si el país se hubiese ganado la lotería.

El siglo del agro, el siglo del petróleo

A lo largo y ancho del siglo XIX, Venezuela parecía sucumbir ante numerosas montoneras y guerras civiles: 166 desde 1830 hasta 1899, contabilizó el historiador Manuel Caballero, partiendo del libro de Antonio Arráiz: Los días de la ira.

Revoluciones que, por más paradójico que parezca, perseguían estabilidad y la formación de un Estado-Nación. Una tras otra, estas revueltas se hicieron con el poder y también poco a poco lo fueron dejando. Ninguna conseguía el objetivo, pero el último año de aquella centuria todo cambió. En 1899, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez llegaron y pusieron orden. En menos de un lustro derrotaron al caudillismo regional y establecieron un programa centralizador que les permitió tener mayor control del territorio. Diseñaron un ejército y crearon instituciones que, más allá de estar hechas a las medidas de su traje, fundaron las bases del Estado.

Pero el país parecía vivir todavía en el siglo XIX. Pese a que los andinos contuvieron a los caudillos, la economía se seguía sustentando en el café y en el cacao, rubros en los que había que competir con el resto de los países de América Latina.

Después del golpe de Estado a Castro en 1908, la nación atravesó una crisis económica producida por los bajos precios del agro. Era necesario el surgimiento de una nueva energía, de un producto que sustituyera a la siembra, o que por lo menos, compitiera con ella dignamente. Como si hubiesen existido plegarias, el año 1914 fue definitorio: en las adyacencias de Mene Grande, estado Zulia, un chorro negro salió disparado. Venezuela entraba al concierto de naciones del mundo y no precisamente como beligerante de la Gran Guerra que comenzaba en Europa.

Lorena Puerta Bautista es especialista en la historia del petróleo, parte de su tesis doctoral fue galardonada con el Premio de Historia Rafael María Baralt, auspiciado por la Academia Nacional de la Historia y la Fundación Bancaribe para la ciencia y la cultura. Geosímbolos del petróleo en Venezuela (1900-1960) se publicó en el año 2016 y forma parte de las escasas aproximaciones que la historiografía venezolana ha tenido en relación a este tema. Una entrevista con su autora nos permite despejar dudas y comprender grosso modo los últimos avatares del mercado petrolero y su incidencia en Venezuela.

—¿Podemos imaginar al siglo XX venezolano sin el petróleo?

—No, el momento histórico indica que en el mundo se estaban buscando fuentes de energía alternas al carbón y la energía fósil fue la respuesta para satisfacer esa necesidad, por ello el siglo XX en Venezuela está marcado por la explotación petrolera, período en el que se construyen los geosímbolos del petróleo, es decir, obras de infraestructura que marcaron un cambio que nos habla del tránsito de la Venezuela rural a la Venezuela moderna gracias al petróleo, que no solo es la mayor fuente de riqueza, sino que conforma institucionalmente un estado capitalista-rentista que define la construcción de la nación petrolera venezolana y con ella la identidad que nos diferencia del resto de los países de América Latina.

—¿Y a Venezuela sin petróleo?

—Difícilmente, sería como borrar parte de nuestra Historia. Lo que sí debemos imaginar es una renta petrolera que no sea la única fuente de ingresos para el desarrollo económico de la nación.

—¿El siglo XX venezolano nació con el petróleo?

—El inicio del siglo XX venezolano es una etapa de cambios en todos los sentidos, incluyendo el económico. El proyecto nacional se sustenta en el ingreso de unos recursos que no estaban previstos y que en muy poco tiempo nos permiten construir la modernidad.

El pozo de petróleo pesado Bababui 1 (1912) sobre el lago de asfalto de Guanoco fue el primer pozo petrolero comercial de Venezuela. A esta experiencia le sigue la exploración y explotación de áreas probables en el occidente del país, específicamente en el estado Zulia con el pozo Zumaque I (1914) y Barrosos N° 2 (1922), este último definitivamente marca el inicio de la Venezuela petrolera.

El 30 de junio de 1920 fue promulgada la primera ley de hidrocarburos y demás minerales combustibles, es decir, incluso en el ámbito jurídico tuvimos que formarnos para dar respuestas a los nuevos cambios que exigía ser un país petrolero. Lo paradójico es que antes de 1920, las concesiones petroleras eran otorgadas aplicando las leyes de minas vigentes. Estamos a las puertas del centenario de esa primera ley de hidrocarburos y aun seguimos bajos los designios de la economía rentista petrolera.

—Luego vemos que a lo largo de todo el siglo XX el petróleo juega un papel trascendental para el país. En 1925 desplaza por completo al agro y de allí sigue su camino hasta convertirte en el principal rubro de exportación.

—En este sentido, el petróleo se convirtió en un símbolo para los venezolanos, a quienes los otros países ven como la gente que se ganó la lotería. Incluso, más allá de la economía, el petróleo irradió a la sociedad al punto de que hasta la vida cotidiana, la literatura, el cine y todo el ámbito cultural se moldeó gracias a él.

—¿Es el petróleo un símbolo de identidad para los venezolanos o solo del siglo XX?

—El petróleo fue y sigue siendo un símbolo que identifica a los venezolanos, porque nos permitió en un breve período de tiempo adquirir la modernidad. Como bien señalas tiene influencia económica pero también lo notas en la infraestructura, tuvimos la posibilidad incluso en periodos de dictadura como la de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, de construir autopistas, carreteras, hospitales, escuelas, centros de recreación, etcétera. Es decir, la inversión de la renta petrolera en la construcción de un nuevo tipo de ciudadano, y en el periodo democrático la muestra más evidente fue la formación de la clase media.

En democracia, se llevó a cabo la nacionalización de la industria petrolera en el año 1975 y con ella la creación de Petróleos de Venezuela, ahora la industria petrolera le pertenece exclusivamente a la nación, esto incide en el sentimiento de identidad.

Pero también sucede otro fenómeno de relevancia, en un país petrolero no necesariamente hay un reconocimiento inmediato por parte de las mayorías sobre los alcances de la industria para nuestra vida diaria. Quizá en algunos momentos el centro de atención está en lo más evidente que es el suministro de gasolina, pero no hay propiamente un seguimiento a la industria petrolera en todo su sentido.

—Los precios del barril están en negativo. ¿Es el final del siglo XX?

— El siglo XX pasará a la historia como el de la energía fósil, y podemos notar que en estas primeras décadas del siglo XXI aún el 60% de la movilidad sigue dependiente de los hidrocarburos, de ahí la importancia que todavía tienen países como Arabia Saudita y EE.UU como productores de petróleo y Rusia como el principal proveedor de crudo y gas a la Unión Europea.

En el caso particular de Venezuela seguimos viviendo en el siglo XX, a pesar del deterioro de la industria petrolera el Estado sigue dependiendo de esos ingresos. En cuanto al sentido del análisis de los periodos históricos, continuamos en el siglo XX, porque aun no hemos solventado como sociedad asuntos que son propios de esa época.

Por otro lado, lo que hemos visto de las dos décadas que han pasado del siglo XXI en el mundo, ha sido avances en materia tecnológica, en la innovación y el desarrollo, e incluso intentos importantes en el uso de energías alternativas, pero Venezuela aun no se encuentra transitando en ese sentido, por ello seguimos en el siglo XX. Ante las bajas recientes en el precio del crudo en el mercado internacional hay que esperar el período de recuperación en el que influye la oferta y la demanda.

—¿La pérdida de la economía petrolera es también la de la identidad petrolera?

—Debemos establecer que el deterioro de la industria petrolera no implica que en estos momentos se haya superado la economía petrolera. En caso de que llegase a existir en algún momento el abandono del sector petrolero, sí va a tener incidencia en la identidad petrolera. Sin embargo, va a quedar en la memoria y como parte de nuestra identidad que Venezuela se estructuró bajo el signo del petróleo.

—Un balance del petróleo en el siglo XX: ¿un don o una maldición?

—Ni bendito ni maldito, no comparto la idea de que sea “el excremento del diablo” como lo señaló Juan Pablo Pérez Alfonzo. El petróleo es un recurso que se encuentra en el subsuelo y que cuando se necesitó fue explotado. El problema no ha sido tener el recurso natural y obtener beneficios económicos por su explotación, sino la forma en que se ha distribuido la renta petrolera, cómo se ha administrado y sobre todo las distorsiones y dependencia que ha generado en la sociedad.

—¿Y Venezuela como país petrolero es viable en el siglo XXI?

—Venezuela posee 25,5% de reservas probadas de petróleo en el mundo: 302,81 billones de barriles de acuerdo a datos aportados en el Boletín Estadístico Anual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del año 2019. Debemos considerar que apenas han pasado veinte años del siglo XXI, aun es posible que sea viable, pero para ello se debe reestructurar la industria y lo más importante incentivar la productividad en otros sectores económicos. Los retos que se esperan en este siglo están relacionados con el cambio climático y nuevas fuentes de energías, Venezuela deberá en su momento empezar a desarrollar otras alternativas económicas para incorporarse a las nuevas dinámicas del escenario económico internacional.

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