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Penal de Tocuyito: una toma en "sana paz", pero rodeada de desinformación para familiares

Unos 2.000 detenidos estaban en el recinto carcelario, según informó el ministro de Interior, Justicia y Paz, Remigio Ceballos. Era el que mayor población penitenciaria tenía en el país oficialmente. Este es el testimonio de familiares tras la intervención

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Las acciones policiales y militares comenzaron antes del amanecer. Algunos internos en el Centro Penitenciario Nacional de Valencia, mejor conocido como penal de Tocuyito, lograron avisar a sus familiares que la toma había iniciado. De inmediato, a muchos les invadió el temor porque recordaron las escenas que vieron en televisión y en redes sociales de lo ocurrido en Tocorón, estado Aragua, el 20 de septiembre de este año.

Militares y policías durante la toma. Foto: Minci.

Pero esta vez, la toma se llevó “en sana paz”, como refirió un vendedor de chucherías que ofrecía dulces a cientos de mujeres y decenas de hombres que aguardaban por información frente al penal. Él también comentaba, con cierta timidez, lo que escuchaba aquí y allá. A pesar de lo «inesperado», los presos se mantuvieron pacíficos.

Reos en el piso tras la intervención. Foto: Minci.

Antes de que fuera una noticia nacional, los rumores inundaron las cercanías del recinto carcelario: habría traslados, también liberaciones de los que ya cumplieron su pena. Avanzaba así la nueva edición de la Operación “Gran Cacique Guacaipuro”, ahora en el municipio Libertador de Carabobo.

Faltó información para los familiares

Solamente un par de árboles frondosos y unos escasos negocios cercanos con pequeños techos ofrecían sombra para guarecerse del sol. Al llegar el mediodía, los propios funcionarios de organismos de seguridad cruzaron la autopista, frente a la cárcel, en búsqueda de agua y refrescos. El calor era agobiante y la desinformación también.

Familiares en los alrededores del penal. Foto: Tibisay Romero.

“Yo me vine a las 4 de la madrugada en una cola para llegar rápido y mire, ya son las 11 de la mañana y no sabemos qué pasará con nuestros detenidos. Sabemos que cometieron errores y por eso están presos, pero son nuestros hijos, nuestros esposos, nuestros seres queridos y ellos también tienen derechos humanos”, señaló Irma Aponte, una mujer de 43 años de edad que tiene a su esposo detenido desde hace cinco años allí en Tocuyito.

Cerca, en una pasarela que une un lado del penal con la zona frontal, un grupo de familiares prefirió subir para tener una mejor visual del recinto. Ingresaban autobuses por la puerta del Destacamento 411 de la Guardia Nacional que allí funciona. Aún se veía una pequeña columna de humo. «Había humo porque ellos no iban a entregar sus cosas personales y decidieron quemarlas, no iban a entregarle nada al gobierno», narró María Mendoza, mamá de un detenido de 20 años.

Buses en los que trasladaban a los privados de libertad. Foto: Tibisay Romero

La otra de Tocuyito

No muy distante está ubicada una nueva cárcel, llamada “Centro de Formación del Hombre Nuevo, El Libertador”, denominada de régimen cerrado, que es considerado más riguroso. Muchos familiares mantenían la esperanza de que sus parientes fuesen llevados allá porque temían por traslados hacia El Dorado, El Rodeo o Caracas.

Desde tempranas horas de la mañana familiares comenzaron a trasladarse a las afueras del penal. Foto: Tibisay Romero

“No se sabe nada, seguimos en esta incertidumbre. Seguimos rezando, pidiéndole a Dios que los dejen cerca. En medio de la situación del país, donde la gasolina es cara y moverse es difícil, no quiero imaginarme si se los llevan hacia una cárcel lejana”, indicó Luz Elena Marín, hermana de un privado de libertad.

Sin embargo, según algunos familiares, hacia ese nuevo centro carcelario habrían llevado a numerosos presos de Tocorón, hace poco más de un mes, igual hacia una edificación que queda en la parte trasera del penal de Tocuyito, conocida como La Mínima. Después de las 3:00 de la tarde, iniciaron los traslados.

Policías en los alrededores de Tocuyito. Foto: Tibisay Romero.

Control absoluto del gobierno

El ministro de Interior, Justicia y Paz, Remigio Ceballos Ichaso, informó al canal estadal Venezolana de Televisión (VTV) que tenían completo control del recinto: «Con la Operación Gran Cacique Guacaipuro hemos logrado el control absoluto de las instalaciones del Centro Penitenciario Tocuyito, en el estado Carabobo».

El vocero oficial recalcó el trabajo de los órganos de seguridad ciudadana, tales como la Guardia Nacional, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) para lograr esta toma y añadió que falta muy poco para que puedan “garantizar el régimen en aquellos centros donde es necesario realizar algunos ajustes”.

¿Qué pasó con el Pran?

Así como circulaban rumores diversos, no faltaron los que comentaban que Néstor Richardi, líder de los internos en el penal de Tocuyito, había advertido que esta acción podía ocurrir. Muchos se preguntaban qué suerte correría este hombre, alias R7, que supuestamente manejaba múltiples negocios desde el interior del centro penitenciario.

Sus gustos por la música eran conocidos por todos. “Canta muy bien, tenía un estudio de grabación allí adentro”, aseguró una mujer.

Mientras otra entonaba un cántico que afirmó era interpretado por el enigmático preso: “Ella no quiere un niño bonito, quiere un maleante. No quiere reguetón de ahorita, quiere el de antes”.

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