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El Bazar de los Bazares: un movimiento para que otros se muevan

El lunes se realizó la trigésima tercera edición del Bazar de los Bazares de Fundaprocura en el Country Club,  un evento que reúne lo mejor de la moda nacional en beneficio de las personas con discapacidad motora. Su historia habla de compromiso y movimiento y aquí la cuentan

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Cuando Alfonso Riveroll tenía 19 años sufrió una lesión medular que casi le cuesta la vida y lo dejó en una silla de ruedas cuadripléjico. Esto no solo le cambió la vida a él, sino también a toda su familia. La situación fue compleja y a partir de ese momento los Riveroll crearon un movimiento que por más de 30 años ha logrado que cientos de personas se muevan con donaciones de sillas de ruedas.

Entre el dolor y la angustia por ayudar a Alfonso, su madre y sus tías notaron la falta de apoyo que recibían las personas con discapacidad motora, especialmente la falta de accesibilidad en los espacios públicos en Venezuela. Querían buscar soluciones y de la unión de voluntades se formó la Fundación Venezolana Pro-cura de la Parálisis (Fundaprocura), una organización que trabaja en beneficio de quienes sufren de discapacidad motora y parálisis cerebral y no cuentan con los recursos económicos para costear una silla de ruedas.

Para Federica Pietri de Riveroll, madre de Alfonso y directora de Fundaprocura, esta organización la ayudó a involucrarse de una forma más amigable con la nueva condición de su hijo y con el proceso que viven otras personas. Una de sus tantas ideas fue el Bazar de los Bazares, cuya trigésima tercera edición se realizó el pasado lunes 6 de noviembre en el Caracas Country Club.

Ahí se concentraron 84 marcas de alto diseño de Venezuela que vendieron distintos productos para contribuir con la causa de Fundaprocura.

A las 9 de la mañana, el Country Club abrió sus puertas para recibir a las más de 2.300 personas que cada año asisten a este evento para hacer sus compras navideñas adelantadas, descubrir tesoros de marcas de moda local, disfrutar de un buen ambiente y ayudar con la recaudación de fondos para la fundación.

Ya para las cinco de la tarde para cualquiera resultaba imposible caminar por los pasillos del club campestre. Cada espacio estaba desbordado de decenas de personas que se entremezclaban entre las compras nerviosas, las copas de prosecco y las risas ensordecedoras. Un ambiente que para algunos es excesivo, pero que para otros se convirtió en una cita anual prioritaria.

Trigésima tercera edición del Bazar de los Bazares en el Country Club

De cartera de diseñador a silla de ruedas

La entrada para el bazar tenía un costo de 400 bolívares, unos 11,37 dólares según la tasa del dólar oficial. Este dinero se usa en su totalidad para financiar los programas de la fundación. El pase da acceso para disfrutar de una experiencia de compra única, con marcas de diseño venezolano, un buen ambiente musical y stands de comidas y bebidas.

Más allá de la moda, de la aparente superficialidad de un bazar en una de las zonas más privilegiadas de Caracas, de las carteras de diseñador, de los vestidos Carolina Herrera y los zapatos Louis Vuitton hay una causa social que le da sentido al evento porque cambia las vidas de quienes piensan que ya no tienen más oportunidades.

Lo interesante es que no solo se trata de un día y se puede comprobar. Cada miércoles, la Quinta Procura en Chuao recibe a 15 personas a las que se les entrega una silla de ruedas adaptada a sus necesidades. Una silla que dibuja caminos y pinta accesos en las vidas de quienes antes solo vislumbraban puertas cerradas.

Para las personas con discapacidad motora, la silla de ruedas es su fiel compañera; es esa herramienta que hace la diferencia entre quedarse en cama y salir a conquistar una vida independiente. Es algo útil que les da la posibilidad de recuperar su movilidad para trasladarse seguros y cómodos a cualquier lugar.

Desde 1992, Fundaprocura ha donado más de 10.000 sillas de ruedas a través de su programa “Ruedas de Libertad”. Además, en su centro de rehabilitación ofrecen a bajos costos terapia física y neurorehabiltación de la mano de especialistas.

De la logística a la curaduría: 33 años de trayectoria

La directora ejecutiva de Fundaprocura y miembro del comité organizador del evento, María Elena Riveroll, detalló que desde junio comenzaron a recibir las solicitudes de las marcas que querían participar en el bazar. La prioridad la tienen aquellas tiendas que ya han participado en el evento. Sin embargo, aseguró que la organización reserva un tercio de los cupos para nuevos expositores locales que traigan propuestas innovadoras.

Trigésima tercera edición del Bazar de los Bazares en el Country Club

Cada marca pasó por un proceso de curaduría, en donde la fundación validó que ninguna de las 84 marcas compitiera entre ellas y que los productos que iban a exhibir cumplieran con los estándares de calidad. La única condición para formar parte del Bazar de los Bazares de Fundaprocura es hacer una donación para la fundación por un monto establecido que representa el “espacio” que ocupa el stand de la marca en el evento.

Para Fundaprocura es esencial que cada marca conecte y entienda el propósito de la fundación, por eso los nuevos expositores hacen un recorrido para conocer sus espacios y a las personas beneficiarias. Igualmente, participan en una de las jornadas de donación de sillas de ruedas.

Salón Vintage: moda con propósito

Desde Chanel, Miu Miu, Dior hasta Oscar Carvallo, esas son las piezas de diseñador que se pueden encontrar en el Salón Vintage de Fundaprocura. Este es un espacio en el que se vendió ropa vintage que donan marcas, amigos y aliados en precios más asequibles, desde los 5 dólares hasta los $40.

Salón Vintage de Fundaprocura

Esta iniciativa surgió hace 15 años como una forma de aumentar las recaudaciones de fondos para la fundación y a la vez contribuir con la moda sostenible. El Salón Vintage se hace dos veces al año, uno en el primer semestre como una venta exclusiva en el Country Club y otra al finalizar el año, en un espacio más pequeño en el Bazar de los Bazares.

Mariló Fernández tiene nueve años como voluntaria de Vintage Fundaprocura. Para ella, se trata de un trabajo que ocupa tiempo de los 365 días del año y que conlleva un proceso metódico para la recepción de las donaciones de la ropa, la limpieza, clasificación y etiquetado de la misma. Todo finaliza con una cuidadosa curaduría de las piezas que se venden en el evento.

Voluntarias del Vintage Fundaprocura

A las 6:30 de la tarde, cuando los voluntarios de Vintage Fundaprocura anunciaron el 50% de descuento en toda su mercancía, el frenesí invadió a todas las mujeres, amantes de la moda vintage o no, quienes no desaprovecharon la oportunidad de comprar un blazer Carolina Herrera en 25 dólares o menos.

Una comunidad de voluntarios

En 33 años, las alianzas han sido determinantes para Fundaprocura. La comunidad de voluntarios crece con el fin de que las personas con discapacidad motora puedan movilizarse.

Todos cuentan aquí, desde las organizaciones que donan ropa para vender en el Salón Vintage, las manos que cocinan las hallacas para la venta en el bazar, y hasta las voluntarias que clasifican y ordenan la ropa. Es un acto de servicio que corre de boca en boca y se expande.

María Elena Riveroll, directora ejecutiva de la fundación, todavía recuerda cuando recibieron los primeros 400 dólares para comprar la primera silla que donaron. Hoy anualmente entregan 250 sillas de ruedas a personas que las necesitan permanentemente.

Pero no se trata de solo de movilidad, sino de independencia intelectual. Fundaprocura actualmente ofrece talleres de capacitación a las personas con discapacidad motora para que aprendan oficios como la lutería o la elaboración de bombones. Así se abren las puertas a todos.

El propósito de Federica Riveroll es firme: continuar trabajando en la organización del Bazar de los Bazares para ayudar a quienes como su hijo Alfonso perdieron la movilidad. No solo se nota en sus palabras, sino en la sonrisa de satisfacción que muestra cuando camina por los pasillos del Country Club y reconoce que de la adversidad logró crear un movimiento para que otros se muevan.

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