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El vaso medio vacío y el medio lleno de Chita

 Cinco razones para decapitar de una buena vez el proceso que comenzó en 2014 (que suma cuatro derrotas en cinco partidos oficiales) y otras cinco para extenderle un poco más la cuerda   

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5 razones para ver el vaso medio vacío y devolverse al útero materno:

1. Se perdió la comunicación entre técnico y jugadores. Sería amarillista y sin prueba afirmar que los jugadores están “haciendo la cama” a Chita, es decir, no están dando 100% en la cancha para propiciar la salida del entrenador. Se supone que son profesionales. No obstante, la Vinotinto ha perdido la alegría de jugar y la autoestima. Es llover sobre mojado, pero el mensaje del técnico no está llegando. A un costado de la cancha, Chita luce amargado y fatalista.

2. ¿Sólo un extranjero arregla esto? Soy de los que piensa que siempre es mejor optar por un técnico venezolano que por uno extranjero, que ya esa etapa del mesías pagado a precio de oro está superada, aunque el desesperante status de la Vinotinto (y del fútbol venezolano en general) para 2015 me pone a dudar. Quizás sólo un foráneo sea capaz en este momento de abstraerse de una dinámica decadente y encontrar soluciones y motivaciones nuevas.

3. Sin soluciones tácticas. En la temporada 1999-2000, Vicente del Bosque tomó a un Real Madrid caótico, lo puso a jugar con cinco defensas (algo que parecía inconcebible en un club como el blanco), lo ordenó a partir de la zaga y al final alzó la Champions League. El pizarrón táctico dista de ser todo en el fútbol, pero a veces cambiar de dibujo sirve de punto de partida para resetear el sistema. Chita se ha quedado atorado en el 4-4-2 o su variante 4-2-3-1. Si no se siente seguridad en la defensa ni hay respuesta de los volantes ofensivos (cuatro distintos en dos partidos, más allá de la lamentable baja por lesión de Jeffren), quizás era el momento de probar otra cosa diferente. Un mínimo destello de eso se vio en el segundo tiempo con la entrada de Figuera, pero no bastó.

4. Salomón como problema. Incluso desde aquel gol ante Colombia en el estreno de la Copa América, Rondón nunca se ha visto cómodo en la cancha bajo la dirección de Chita. Los delanteros suelen pasar por malas rachas, pero quizás también llegaba el momento también de probar con otra delantera, aunque parezca un sacrilegio sentar al jugador de más cartel en la Vinotinto.

5. Laterales amarrados. Dani Alves y Filipe Luis intervinieron en acciones importantes de Brasil (por ejemplo, la jugada del 2-0 que finalizó Willian). Mientras tanto, en lo que va de eliminatoria para Rusia 2018, Rosales y Cichero han estado totalmente amarrados y timoratos, sin un volumen apreciable de participación en el juego ofensivo. Prefiero un Cichero que cometa miles de errores, pero que al menos tenga coraje y sangre en el cuerpo.

5 razones para ver el vaso medio lleno y sentir que esto se repara con una cucharada de leche condensada:

 

1. Esta derrota estaba en los cálculos. Por más que Brasil esté venido a menos y sin Neymar, caer 3-1 en Fortaleza (y que a mitad del segundo tiempo, un posible empate 2-2 no pareciera descabellado) entraba dentro de lo planificación. Lo que si no se esperaba era la caída 0-1 ante Paraguay en Cachamay, que fue un juego que normalmente debió haber terminado con un 0-0, si no hubiera sido por el error de Vizcarrondo y la viveza de Derlis González.

2. A César Farías también se le dio margen. Luego de la renuncia de Richard Páez en noviembre de 2007, el anterior DT de la Vinotinto también tuvo un comienzo pésimo en las eliminatorias para Sudáfrica 2010: caídas consecutivas ante Chile, Perú, Paraguay y Brasil (0-4 en Pueblo Nuevo). Sin embargo, en la Federación le tuvieron paciencia y finalizó con 22 puntos, a apenas dos del cupo de repechaje. ¿El ejemplo a seguir?

3. El momento de Tomás Rincón. Quizás el nuevo partidazo del capitán es la principal razón para el optimismo. Casi que, en su desdoble, ha terminado siendo el principal proponedor en la creación, como un mediocampista todoterreno de los de otra época. Seijas tampoco desentonó del todo. Los principales problemas pasan por los volantes ofensivos y la delantera. Cuando eso se arregle, la Vinotinto ya tendrá la tarea hecha por la mitad en el sector medular.

4. Las jugadas de estrategia. Christian Santos descontó luego de un tiro de esquina y tuvo otras dos ocasiones claras de cabeza en acciones similares en el segundo tiempo. Ronald Vargas puso un tiro libre con venenito en el minuto 4. Nadie puede decir que Chita no trabajó en las acciones que comienzan con el balón detenido. Con un poco más de suerte (un factor que también juega), la Vinotinto pudo haber empatado. Cuando nadie lo esperaba, se recompuso un poco luego del dominio absoluto de Brasil en el primer tiempo.

Esto es lo que hay. No se le puede exigir a esta generación de jugadores lo mismo que a las que pelearon las eliminatorias de 2002, 2006, 2010 o 2014. Arango hubo uno solo y ya se retiró. El país tampoco es el mismo. Las únicas soluciones posibles pasan por trabajar a largo plazo: la recomposición desde las categorías inferiores, para ampliar el grupo de jugadores seleccionables en ciclos futuros. Los países necesitan estadistas; las selecciones, visionarios que vean el bosque completo y no el árbol vuelto leña.

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