Deportes

Omar Vizquel: “No hay que andar de niñera detrás de los jugadores”

A pocas horas de sumarse a los Tigres de Detroit, Omar Vizquel atendió a Elestimulo.com para hablar de su designación como mánager de la selección venezolana de béisbol. Buscará lo que hasta ahora le ha sido esquivo al país: un título en el Clásico Mundial, que se realizará en marzo de 2017. 

Publicidad

¿En qué momento se planteó la posibilidad de que fuera mánager de la selección nacional de béisbol de Venezuela?

Hace como un mes me contactó un muchacho que trabajaba en la Federación (Venezolana de Beisbol).  Me preguntaron que si estaba en disposición de dirigir a la selección porque era uno de los candidatos y dije que sí, que eso era lo que yo estaba aprendiendo y que era lo que deseaba. Y ahí quedó todo.

¿Qué pasó después?

Una semana antes de que comenzara la final entre Tigres de Aragua y Navegantes del Magallanes me llamó Carlos Guillén (Gerente General de la selección) para preguntarme lo mismo, que si estaba en disposición de dirigir al equipo. La respuesta fue la misma: ‘claro que sí, es un orgullo’. Después de allí, se realizó otro contacto al terminar la Serie del Caribe. Carlos me volvió a llamar para decirme algunos punticos claves y plantearme que la competencia estaba entre Ozzie Guillén, Eduardo Pérez, Carlos García y mi persona. Pero me advirtió que la gente se estaba inclinando por mi nombre. A los días de haber finalizado la Serie, empezó a correr el rumor de que me habían nombrado, sin que nadie me hubiera dicho algo a mí. Yo no sabía cuál era mi status. No quería enterarme por las Redes Sociales, sino que alguien me lo dijera personalmente. Y como a las dos horas, luego de que la información estuviera presente en diferentes partes, recibí un mensaje del jefe de la Federación (Venezolana de Beisbol) diciéndome sobre el nombramiento y una hora después, Guillén me llamó para confirmarlo.

Para aceptar el cargo, ¿estableció algunas condiciones a la Federación Venezolana de Béisbol?

No. Me dieron la noticia del nombramiento y acepté. No sé si ellos van a venir a hablar conmigo sobre algunas de las reglas que ellos quieran imponer. Igualmente yo tendré las mías. Pero hasta el momento no hemos tenido esa clase de entrevista.

¿Qué significa este nombramiento para usted?

Es importantísimo porque siempre había querido managear al terminar mi carrera. Después de que me retiro, en el año 2012 con los Azulejos de Toronto, fui a Venezuela a entrevistarme con los Leones del Caracas porque quería entrar lo más rápido posible en materia. Pero la entrevista no salió del todo bien porque ellos querían a una persona que tuviera más experiencia. Me explicaron que no sabían si yo pudiera hacer esa transición tan rápido (de jugador a estratega). Entonces ellos me pidieron que me preparara un poco más. Y ahí fue cuando empecé a trabajar como coach (en las Grandes Ligas).

 

¿A quién fue la primera persona que le dijo con alegría: ‘voy a dirigir a Venezuela’?

A mi mamá. La llamé inmediatamente y le conté de mi nombramiento.

¿Esperaba llegar al cargo de mánager más rápido?

Sí. Pero el tiempo me ha dado una respuesta positiva de que sí, necesitaba un poco de preparación para ejercer ese cargo. Estuve un año con Anaheim y ahora dos con los Tigres (de Detroit) y he aprendido muchas cosas, que son necesarias para ser exitoso.

Aprender por ejemplo que va a dirigir a un equipo lleno de estrellas, empezando por Miguel Cabrera.

Sí. Es un problema buenísimo de tener. Tener a esos peloteros disponibles creo que va a ser agradable porque conozco a muchos de ellos. Fui compañero de equipo de muchos y eso me va a ayudar en la relación entre mánager y jugador, para entendernos. He trabajado con la columna vertebral del equipo que formarán Víctor Martínez, Miguel Cabrera y quizás Aníbal Sánchez. Eso va a ser clave para desempeñarme en mi nuevo rol.

Aunque también podría ser un dolor de cabeza si no se establece una frontera clara entre la amistad y el trabajo, algo que le pasó factura a Luis Sojo.

No creo que vayamos a tener problemas en ese sentido. Una de las cosas que me ha caracterizado en toda mi carrera es ese respeto que le tengo al juego y a todos mis compañeros. Mientras exista ese respeto, vamos a estar bien. Lo interesante de este equipo (la selección) es que casi todos los jugadores han tenido una carrera exitosa. Saben cuáles son las cosas que tenemos que hacer y no es necesario andar de baby sitter (niñera) o de maestro para decirles las cosas desde primer grado. Ya estos muchachos son unas personas de experiencia y saben cuál es el compromiso y la importancia de prepararse muy bien, para que cuando llegue el compromiso estén a disposición.

¿Ya habló con los jugadores?

No me he comunicado con los peloteros ni ellos conmigo aún. Vamos a esperar que empiece el spring training (entrenamientos en los campos de primavera en Estados Unidos) para comenzar con los primeros contactos.

¿Tiene alguna teoría de por qué Venezuela, un país que históricamente ha dado tan buenos peloteros, no ha podido conseguir un título en el Clásico Mundial de Beisbol?

Sí lo he pensado. Y la única explicación que tengo es que como todos andamos dispersos y no existe un preámbulo de preparación en esta competencia, sino como que todo el mundo practica en sus diferentes pueblos y ciudades, es difícil conseguir un equipo compacto que tenga una química positiva en ese sentido. No lo pongo como excusa. Claro que otros rivales también pasan por esa misma situación. Pero creo que es una de las principales cosas que han sucedido en el pasado.

¿A qué técnicos ha consultado para que le acompañen?

Hablé con Eduardo Pérez (campeón con Tigres de Aragua). Gran amigo mío. Nos llevamos muy bien cuando coincidimos en los Indios de Cleveland. Tenemos una forma de pensar parecida. Lo llamé para saber si tenía la disposición de ayudar al equipo. Igualmente hablé con Carlos García (finalista con Magallanes), que comprende muy bien el juego. Tanto él como Eduardo han hecho muy buen trabajo en la liga venezolana. Con ellos quiero trabajar. Me encantaría tener un coach de cada equipo, pero no sabemos si eso puede suceder porque no todos pueden ocupar el mismo cargo. Entonces cuando tenga una conversación con Carlos Guillén, que llega en el transcurso de esta semana, podría hablar más en concreto de este asunto.

¿Qué se puede esperar de un equipo dirigido por Omar Vizquel?

Lo mejor. Le digo a la gente que el hecho de que no tenga experiencia dirigiendo a un equipo no significa que no sepa de la materia. Yo llevo el béisbol por dentro, en las venas. Soy de los que piensa que uno managea desde que tiene uso de razón en el béisbol. Toda la familia de uno está metida en esto. Estoy en la pelota desde los siete años. Y esa larga trayectoria que tengo en las Grandes Ligas me va ayudar mucho en lo que tengo que hacer; en los puntos específicos que tengo que tocar para incentivar a los peloteros. Eso es lo más importante en este momento. Les digo que tengan confianza, que voy a dedicarle todo el esfuerzo necesario para que Venezuela consiga el éxito que merece.

¿En el terreno, veremos alguna influencia directa de los mánagers para los que jugó?

Tuve siete mánagers en las Grandes Ligas. De cada uno aprendí qué hacer y qué no. Todos me han impactado de maneras diferentes. El trato es diferente cuando eres novato, cuando te dan confianza y cuando te dan libertad para que seas un líder en el equipo. He pasado por muchas cosas con cada uno de ellos. Esa suma de experiencia me va a ayudar a ser un líder.

Después de terminar esta experiencia con la selección venezolana de béisbol, ¿veremos a Vizquel dirigiendo en Venezuela?

No lo sé. Siempre he dicho que me hubiera gustado hacerme cargo de los Leones. Es el único equipo al que le he mostrado directamente  mi interés. Pero por ahora Caracas tiene mánager. Esperemos que en algún momento pueda darse.

Publicidad
Publicidad