Que un atleta de alto rendimiento transite el vergonzoso camino de haber dado positivo en un control antidopaje, es impensable.El deporte nos hace ponderar a aquellos cuyo rendimiento es enorme, incluso nos lleva a negar tales acusasiones porque al final son esos los verdaderos héroes.
Sin embargo, en estos tiempos donde hacerse un nombre y establecer marcas ha llevado a muchos a quebrar las reglas de la disciplina, las sospechas que antes eran pecado, hoy cobran sentido.
Este lunes fue el caso de la tenista Maria Sharapova. La rusa, exnúmero uno de la clasificación femenina convocó a los medios de comunicación a una rueda de prensa en Los Ángeles (Estados Unidos) para un anuncio importante.
Los rumores iban desde que sería baja el resto del año por lesión, pasando incluso por el retiro. Algunos se atrevieron a señalar que estaría embarazada.
Nadie dio en el clavo.
MaSha, como es conocida en el circuito, confesó haber dado positvo en un control realizado durante el Abierto de Australia. Recibio una carta de la ITF (Federación Internacional de Tenis) para hacerle conocer el caso, pero de momento desconoce la sanción por parte del organismo.
El medicamento, Meldonium, es utilizado para problemas cardíacos, y ha sido consumido por la siberiana desde 2006, pero pasó a la lista de sustancias ilícitas en enero de este año. En Rusia, cabe destacar, sigue siendo legal.
Sharapova, quien apelará la sanción, ofreció disculpas a la afición antes de dar por finalizada la rueda de prensa.
Se estima que la suspensión podría durar entre cuatro meses y un año.
