Deportes

César Farías: Cuando la presión es ganancia

Para quien no tenga noción del asunto, la importancia que tienen Cerro Porteño y Olimpia en la cotidianidad del Paraguay está a la par de lo que significan Boca y River en Argentina o Real Madrid y Barcelona en España.

Publicidad
FOTO: AP

El pique de la pelota en Venezuela entre Caracas y Magallanes no alcanza para describir el antagonismo y la pasión que existe entre lo que siente un cerrista, “el equipo del pueblo” y un olimpista, “el decano de Paraguay”. Que un venezolano esté inmiscuido en todo esto, tiene que ser relevante. Muy relevante.

Entendido el caso, la magnificencia de la presión que sentía César Farías antes del partido contra Corinthians era poco menos que asfixiante. Las acusaciones de “mal juego” disparadas por la prensa y algunos directivos del propio club, los resultados adversos en el torneo local y una enorme afición que no quiere fracasar de nuevo en la consecución de la anhelada Copa, exprimían a un técnico que trataba de demostrar aplomo en la previa del decisivo choque ante el equipo paulista, luego de tres duras derrotas en el campeonato doméstico.

La conferencia de prensa posterior a la victoria del miércoles en Libertadores desnudó una faceta nunca antes vista del nativo de Güiria: la del hombre cuyos sentimientos terminaron por desmoronar la coraza de acero que él mismo ha creado para tratar al entorno, para proteger a sus futbolistas de la amenaza externa. Las imágenes de los jugadores cerristas abrazando efusivamente al técnico en cada uno de los goles y las posteriores declaraciones de Rodrigo Rojas y Guillermo Beltrán, dedicando el triunfo a Farías, ilustra de manera más que convincente que el técnico no está solo en este reto.

A ellos se unió Juan José Zapag, el presidente del club, quien es de los pocos que ha apostado en la directiva por el venezolano. “Farías está firme en Cerro”, dijo después del partido. El espaldarazo que le ha brindado contrasta con la sostenida crítica que otros miembros de la junta que dirige al equipo de Barrio Obrero mantiene. Y es que hay elementos que aún están vivos más allá de los tres puntos ante Corinthians y de que el equipo encabece un grupo en el que están el actual campeón de Copa Sudamericana y el titular del último Brasileirao.

Vicente Aguilar Zapag, integrante de la Comisión Directiva, es el más firme opositor del DT dentro de la estructura azul y grana. Como buen resultadista, ha dicho en diversos medios (más no a la cara del entrenador) que todos “estamos contentos con el resultado, pero queda de parte del presidente la decisión de dejar a Farías”, justo después del decisivo duelo ante los brasileños, dejando claro que no todo está solucionado.

La crítica disminuyó los decibeles tras la demostración de unión que dio el plantel con el cuerpo técnico y las posteriores palabras del presidente, pero aún hay asideros de los que se apoya Aguilar Zapag y sectores de la prensa para permanecer con el mazo levantado para soltarlo con violencia apenas haya un nuevo resbalón. Algunos, más osados, incluso han cuestionado la forma cómo se ganó ante Corinthians (remontada luego de la expulsión de dos efectivos del equipo paulista).

Yo, particularmente, prefiero imaginarme la charla técnica en el entretiempo que el estratega le ofreció a sus dirigidos cuando el marcador indicaba un 0-1 adverso. Ese momento, imborrable para todos los que ahí estaban, seguramente mucho tuvo que ver con la reacción de los paraguayos, que con furia sacaron adelante el compromiso (además de hacer expulsar a André y Rodriguinho).

En nueve partidos, Cerro Porteño se encuentra en el octavo puesto de la tabla, a ocho puntos del liderato y cuatro de la cola en el torneo guaraní. Una realidad completamente distinta a la buena marcha en Copa, elemento que mantiene la cuerda tensa en cuanto a la continuidad del cuerpo técnico.

Cada partido seguirá siendo otra prueba de fuego para Farías y su gente. El sábado, contra el modesto Capiatá, los ojos volverán a depositarse sobre si el equipo será capaz de extender el grato momento continental a la competencia casera. Con margen de tiempo permisible y una seguidilla de marcadores favorables, el trayecto es perfectamente mejorable.

Una parte de la presión pasó, pero no habrá espacio para un fallo más en la liga. La ganancia de Farías es sentirse gratamente respaldado por su entorno más cercano, un aspecto que elevará la valentía y la confianza para enderezar el rumbo, amén de demostrar con un resultado que en los momentos de apremio él (y su grupo) pueden tirar del carro hacia adelante.

Este trayecto ya César lo ha caminado y sabe con qué calzado hacerlo.  

Publicidad
Publicidad