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Ahora, Vinotinto Sub 17: Sin obligaciones

José Hernández está en el cargo que hace tiempo debería ocupar. Reconocido por demás como formador en el fútbol venezolano, su llegada al proceso de selecciones nacionales es tardío. Su amplio conocimiento y, más que eso, la didáctica de su pedagogía, permite identificarlo como un técnico que conoce al dedillo al futbolista venezolano y su evolución desde pequeño, tanto en sus virtudes como en sus puntos débiles. En sus manos está la Sub 17, que este jueves comienza su camino en el Sudamericano de la categoría.

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Las horas más oscuras

La comparación siempre será odiosa, por lo que es preciso aclarar primero (no se vea como un “paraguas” abierto) que esta selección cuenta con menor tiempo de preparación que la recientemente clasificada al mundial Sub 20. Once nuevas caras se han añadido al último proceso heredado de la Sub 15 y hay entre ellos valores que poco a poco han comenzado a darse a conocer en el medio futbolístico venezolano. La norma del Sub 17 en la pasada Copa Venezuela 2016 permitió identificar los principales valores que están distribuidos en las diferentes categorías de formación del fútbol venezolano y hoy forman la base de un equipo que pudo haber tenido mayor roce internacional, más allá de la reciente concentración hecha en territorio colombiano. No en vano, lo aclaraba el propio DT: “Somos los primeros en pensar en clasificar al Mundial. La preparación ha sido aceptable, aunque quisiéramos tener más partidos internacionales. Es una edad donde el roce es necesario”.

Es que la apuesta federativa se centraba en la Sub 20 y la inversión de recursos enfiló sus baterías en el hoy equipo mundialista, por lo que hubo menos tiempo de trabajo con la Sub 17 desde que Hernández asumiera en agosto de 2015 el cargo. En su caso, heredaba una Sub 15 con muchos puntos débiles y le tocó cual caza talentos, patear todo el país buscando a los muchachos en diferentes módulos regionales, hasta dar con los mejores 35 y seleccionar finalmente a los 23 que van a Chile. Así, por ejemplo, dio con el atacante de Táchira Jan Hurtado, que antes de ser tomado en cuenta por la Selección Nacional, marcaba goles en la Sub 16 aurinegra, lejos de trabajar al lado del linajudo plantel de Primera División.

José Hernández trata de no tirar las campañas al viento y ser honesto ante la posibilidad de trascender en un grupo realmente demoníaco, cosa que ha dejado de ser una amenaza en los recientes campeonatos sudamericanos: “Estamos convencidos de hacer el mejor campeonato posible, de ser competitivos. Enfocarnos en nuestras fortalezas y capacidades y condicionar a los rivales de acuerdo a nuestras fortalezas. Tenemos que esperar del convencimiento que tenemos en apostar en lo que somos. No hay que cargarnos de presiones, vinimos a mostrar nuestro fútbol y necesitamos hacerlo con confianza y no obligación”. Es en este punto donde se debe centrar el análisis: la presión no debe ser tal, la confianza que desde afuera pueda dársele a este grupo será fundamental para que se desenvuelvan de acuerdo a lo planificado en casi un año entero de trabajo.

¿Qué esperar de la Sub 17? Pues es un grupo muy talentoso pero que se desconoce su calibre debido a que ha enfrentado apenas a dos selecciones del sudamericano venidero (Perú y Chile, se le ganó al primero y se empató con el segundo). El mérito del trabajo y sapiencia de su joven cuerpo técnico es un cheque en blanco para quien quiera creer y apostar por ello como un elemento vital para que en cancha los resultados sean los esperados.

Material hay y del bueno: En conformación, es muy similar a lo que mostró por línea la Sub 20. Piernas educadas en la mitad de la cancha, donde destacan Cristian Cásseres, Jorge Echevarría y Brayan Palmezano, jugadores de lucha y brega que ya han debutado en Primera como el capitán Cristian Makoun y Carlos Rodríguez (de Aragua de Maturín, mismo lugar de formación de Yangel Herrera) y mucho gol en ataque con Hurtado y el internacional José Barragán (hace vida en el fútbol colombiano con el club Patriotas).

Además, tiene fútbol. Equipo celoso del orden (marca de fábrica de los equipos de José Hernández) donde hay sacrificio de todos, una línea de trabajo que baja desde la Selección Absoluta de Dudamel, que además se desvive por partir de la posesión para aprovechar el buen trato del balón que tienen sus futbolistas. Equipo que destaca en diversas facetas (física y mental, sobre todo) entendiendo que aún es una edad en la que existen elementos futbolísticos que se encuentran en período de aprendizaje, punto fundamental para entender que cualquier exigencia que quiera hacerse, debe tomar en cuenta la etapa por la que atraviesan los chicos.

Argentina y Brasil serán los primeros rivales, exigencia enorme solo por el nombre. Hay que disfrutar de lo que traen los muchachos. Aprovechar para comenzar a identificar quiénes heredarán responsabilidades en representación de los colores de Venezuela. Van a competir, pero también a mostrar que tiene esa burbuja llamada fútbol de selecciones juveniles.

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