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La nueva hornada de arqueros: El futuro es ilusionante

Si en el fútbol venezolano algo es innegable, es que esta tierra históricamente ha parido buenos arqueros. Contrario a esa falsa idea de que es obvio que los guardametas del país deben destacarse porque ante tanto bombardeo y goleadas recibidas, alguna que otra parada tenía mérito para destacarlos, el arco criollo ha estado siempre bien custodiado, pero el futuro promete ser el mejor de todos los tiempos: el overbooking de porteros hoy día es ilusionante.

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Foto: Runrun.es/Archivo

Guste o no, la estela dejada por Renny Vega en el arco venezolano ha tenido un valor incuantificable. Aún en activo en Zulia FC y noticia más por sus criticados y reiterativos fallos (el sábado volvió a ser responsable del gol, a la postre de la victoria, de Metropolitanos), el guarda redes maracayero conserva intacta su imagen delante de todos los jóvenes metas del país. Héroe de aquella Selección de la Copa América del 2011, sus colegas que apenas daban por aquel entonces sus primeros pasos en el arco veían en él y su desparpajo el espejo para el futuro, sobre todos para quienes futbolísticamente crecieron viéndole trabajar todos los días, como son los casos de Wuilker Fariñez y Beycker Velásquez, dos nóveles y extraordinarios arqueros que dictaron un recital de buen trabajo el pasado domingo en el choque Caracas – Anzoátegui.

Los arcos del campeonato local están resguardados en su mayoría por metas muy jóvenes, lo que habla del interés (muy grata noticia) que mantienen muchos muchachos hoy día de no solo dar bien patadas a la pelota sino detenerla con las manos, con la misma dedicación que pueda pulir a un notable enganche o un goleador en ciernes.

Giancarlo Schiavone (Mineros), Jesús Briceño (Atlético Venezuela), Beycker Velázquez (Anzoátegui), Wuilker Fariñez (Caracas), José David Contreras (Táchira), Alejandro Araque (Estudiantes de Mérida) y Johel Semidey (JBL). Ninguno supera los 23 años, la mayoría siquiera pasa los 20 y ya son titulares en la Primera División. Más que hablar bien de la confianza en la que ellos depositan sus cuerpos técnicos, loable por demás, este protagonismo denota la muy buena camada de arqueros que surge en el país, con variopintos modelos o estilos.

Algunos dicen que para ser arquero hay que estar un poco loco, pero la sobriedad también tiene lugar en esta aparición temporaria de muy buenos guardametas. El debate de estilos no estuvo ausente en la portería de Venezuela: La irreverencia de Rafael Dudamel y la prestancia de Gilberto Angelucci en su momento, los riesgos de Renny Vega y la seguridad de Leo Morales después, han dado paso este grupo de muchachos que se deslinda de esa clasificación y conjuga de todo un poco para crecer como jugadores muy completos en sus responsabilidades.

El prototipo de esta mezcla de sobriedad con ejecuciones de riesgo es Wuilker Fariñez. El de Nuevo Horizonte se amamantó de la experiencia de Renny Vega y sin dejar tantos titulares con su discurso, es un extraordinario meta que resalta en todas las facetas. Es de poco salir a atajarla con una mano, como lo hacía el ahora jugador del Zulia, pero cuando apura el saque con los pies nos hace recordar los mejores tiempos de Vega con la Selección.

Fariñez ha aprovechado todos y cada uno de los momentos y oportunidades que se le ha brindado, desde que Noel Sanvicente retara a la opinión pública convocando a un desconocido muchacho como tercer arquero en la Copa América de Chile en 2015. Saragó y Tony Franco no quitaron la razón a “Chita” y con ellos fue tomando más y más minutos el arquero hasta descollar en el pasado Sudamericano Sub 20 como el jugador más regular de toda la selección venezolana y, de lejos, demostrando ser el mejor arquero entre los 10 países que participaron. Todo con 19 años recién cumplidos. Todo con dos años ya de experiencia. Dudamel tampoco quiso desperdiciar todo el talento del muchacho y ya le dio la titularidad en la Vinotinto absoluta. Con el permiso de Dani Hernández, el arco criollo tiene arquero “para 20 años”, como con mucha certeza asegura cada vez el seleccionador nacional.

Atrás, Contreras, otro internacional con puertas abiertas en la Selección y con experiencia en Copa Libertadores, Briceño, con apenas cuatro partidos en Primera y figura en el estreno del Atlético en la Copa Sudamericana, Velázquez, quizá el único con una estirpe en su actitud muy a lo Renny Vega, deslumbrando en la Sudamericana con Anzoátegui ante Huracán, son otros tres metas que con muy corta edad rayan en el escenario internacional.

Nunca antes tantos jugadores de una misma posición destacaban a gran nivel en un mismo momento y a tan temprana edad. La Venezuela de los buenos arqueros sigue existiendo y hay motivos para alegrarse de que el trabajo se está haciendo de la mejor manera. No es casual, los muchachos se están formando bien. Solo falta que el mercado se amplíe y no solo el propio Vega y el inestable Romo sean los embajadores de los arqueros formados en el país. No hay de qué preocuparse en el arco.

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