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Pueblo Nuevo pinta para ser la sede de la Vinotinto por mucho tiempo

11 de octubre de 2013. Casi cuatro años después, la selección nacional de Venezuela retornará al que históricamente ha sido catalogado como su hogar, el Estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

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Identidad del fútbol venezolano
Fotografía: AP

Cuatro años en los que se arrebató al fervoroso pueblo tachirense la posibilidad de estar cerca de uno de sus más preciados tesoros junto con el Deportivo Táchira. Ahora, cuando mucha agua ha corrido, la fuerza de un poder económico ha derrumbado los obstáculos para que el “Templo Sagrado” del fútbol venezolano acoja nuevamente un duelo en el que la Vinotinto sea local: Venezuela–Colombia, 31 de agosto, en suelo tachirense.
Varias causas pueden “excusar” el exilio de la Selección durante este tiempo (muchas de las cuales aún están vigentes), pero han sido quebradas por la propuesta financiera que el Grupo JHS, propietario del Deportivo Táchira, ha colocado en la mesa.
Los inconvenientes en los traslados del aeropuerto a la ciudad, las protestas antigubernamentales de 2014, los miedos ocultos que se guardaron algunos por el “juicio deportivo” que se corría ante la afición más exigente del país y otros factores también de índole económico (la Vinotinto iba al estado que más plata pusiera, sin importar otros condicionantes relevantes) hicieron que San Cristóbal no tuviera por mucho tiempo la oportunidad de ver de cerca a los Rincón, Guerra, Salomón, Otero y compañía.
Esas “razones” esgrimidas, ya no son tales. Y llama la atención que nada ha cambiado, incluso, en medio de la vorágine de las manifestaciones políticas cuya intensidad se ha incrementado con respecto a las de 2014.
Si bien es un estado netamente opositor al Gobierno, Táchira por estos días extrañamente no es el territorio más reaccionario. En cuanto a temas logísticos, las fuertes lluvias caídas recientemente en los Andes venezolanos han afectado las vías que conectan la ciudad con el Aeropuerto de Santo Domingo, un aspecto por solventar de cara al duelo ante Colombia el 31 de agosto por las Eliminatorias al Mundial de Rusia, que seguramente será solucionado con los otros dos parques aéreos aledaños como los de La Fría, a 65 kilómetros de la ciudad, o San Antonio.
Un giro a lo común

Deportivo Táchira ha cambiado de dueño y de muchas cosas. El equipo tiene un fuerte sostén económico en la empresa JHS, emporio que no solo imprimió recursos para mejorar la la plantilla del equipo sino también a todos los “bienes” que rodean al equipo amarillo y negro, incluido el Estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo y las otras instalaciones. Esa misma empresa presentó a la FVF la propuesta de retomar la cesión de los derechos de organización de los partidos oficiales y amistosos de la Selección, y así se ha hecho con el poder de montar cada fiesta Vinotinto.
Jorge Silva, presidente de JHS, revela la forma: “Tendremos la organización logística, comercial y financiera del partido. Desde marzo tratamos de que la configuración de designación de las sedes de los partidos se cambiara. Es decir, que ya el subsidio del Estado para los encuentros diera paso a la comercialización, como se hace en el resto de Sudamérica, que los empresarios se acerquen y puedan armar un evento de calidad”.
Esa idea pretende elevar el nivel del espectáculo, con mayor presencia de la empresa privada. “La idea con esto es retomar la comercialización. Nosotros cancelamos los derechos de organización y la FVF percibe un monto por eso, encargándonos nosotros del montaje del partido», explica Silva
«Regresamos a un sistema de negocio, corporativo, financiero, menos político y gubernamental”, resume Silva, quien ratifica que están dadas todas las condiciones para que pueda disputarse un partido de eliminatorias mundialistas en San Cristóbal. “Gracias a la organización del Deportivo Táchira, ahora se cuenta con un estadio en óptimas condiciones, hay capacidad logística, hotelera y de restaurantes para recibir partidos como el de Colombia”.
El periodista tachirense Oscar Giovanny Castro ratifica esa capacidad organizativa de JHS: “La unión de Táchira y el grupo JHS con la FVF brindan esa garantía. Todos conocen el nivel de trabajo y estructura de organización del Deportivo Táchira ahora con el grupo JHS”.
Tardía recepción

Una de las molestias manifestadas por la afición tachirense es que el retorno a San Cristóbal de la Vinotinnto se produce cuando las posibilidades mundialistas están trituradas. Incluso, un internacional como Wilker Ángel, ex defensor del Deportivo Táchira, ahora haciendo vida futbolística en el Terek Grozni ruso, también lo lamenta: “Es lindo saber que volvemos a San Cristóbal, pero considero que debió ser mucho antes. El aficionado ahí te pide más, empuja, te arropa».
«En esa ciudad se respira fútbol. Se entiende que es una plaza complicada en todos los aspectos, pero creo que hubiéramos sacado mayor ventaja en la eliminatoria jugando los partidos con el ambiente de Pueblo Nuevo”, asegura tajantemente uno de los protagonistas del combinado nacional.
Y esa ha sido una de las pruebas que algunas sedes han reprobado. Ciudades como Puerto La Cruz y Puerto Ordaz han sido condenadas por su escaso “aliento”, a pesar de recibir numeroso público en cada partido. Los malos resultados deportivos han sometido a juicio no solo a los futbolistas, sino también al aficionado.
«Bien recibido, pero con la molestia del por qué no fue antes. Viendo la historia de partidos de Venezuela a nivel internacional con opción o sin opción, Pueblo Nuevo siempre respondió a apoyar a su Selección”, argumenta Oscar Giovanny Castro, quien también se atreve a especular que contra otros rivales, en el “Templo Sagrado”, la historia hubiera sido otra: “Si el año pasado los partidos contra Chile, Argentina o Brasil se hubieran hecho en San Cristóbal, uno puede creer que el resultado hubiera sido mejor. ¿Por qué no les gusta esta plaza a esos países? Dicen que se les complica el traslado, que la afición los presiona, pero terminan siendo ventajas. Lo cierto es que ante Colombia, la afición venezolana se va a movilizar igual”.
Compartiendo localía

Hay quien puso el grito en el cielo cuando supo que el duelo ante Colombia será en una ciudad en la que ambos países comparten frontera. Y es lógico pensar que una Venezuela eliminada contra una selección que batalla por su clasificación mundialista y cuya población dispone de un diferencial cambiario tan cómodo que permite que la asistencia al choque sea una real ganga, compartirá su condición de local por la masiva asistencia vecina al estadio. Jorge Silva no huye de esa realidad y desde su punto de vista de empresario, lo ve más bien como un beneficio: “La rentabilidad también incluye aprovechar la cercanía geográfica a Colombia. La Federación Colombiana de Fútbol aceptó la cancha, pasando pruebas que otras sedes en el país no aplicarían por las deficiencias”.
Sin embargo, en ese aspecto, Silva explica que no existe una real diferencia en que el partido se dispute en la frontera o en otro escenario del país. “El 40% del estadio en Puerto Ordaz era amarillo (color de la camiseta de Colombia) en el último enfrentamiento contra Venezuela en Eliminatorias. Los colombianos llevaron 11 mil paisanos al partido ante Ecuador en Quito en este premundial. La diferencia es que nosotros aquí en el Táchira tenemos más fuerza en el aliento de la afición para hacernos sentir locales”, argumenta, dejando bajo responsabilidad de los venezolanos que acudan ese día al estadio el esfuerzo por hacer sentir en casa a su Vinotinto.
Es decir, independientemente de la sede que albergue este duelo específico contra Colombia, un clásico en el fútbol para ambos países, la asistencia masiva de aficionados de la hermana República (viajeros o residenciados en nuestro territorio) está garantizada, aunque el tema de la situación país por la que atraviesa Venezuela pueda influir en el cruce de frontera de colombianos. Una variable que condiciona muchas cosas de la vida cotidiana en la actualidad.
Un país en protestas

“Estamos a dos meses de ese partido y muchas cosas habrán pasado de aquí hasta el 31 de agosto. Lo seguro es que cuando hay un partido de fútbol en San Cristóbal, la afición le da el apoyo y el respaldo a la Selección, pase lo que pase. Es atrevido entregar una opinión sobre que las circunstancias en ese momento sean A, B o C”, indica el periodista Oscar Giovanny Castro, sobre las estimaciones que puedan hacerse sobre el momento político, económico y social que atraviese la República Bolivariana de Venezuela que, para la fecha y por cómo se ha impuesto la voluntad del Gobierno en días recientes, estará en pleno desarrollo la aprobación de una reforma constitucional, motivo principal de las protestas que hoy han cobrado la vida de un gran número de venezolanos. Sin embargo, y por cómo se han desarrollado los hechos en los últimos días, es harto complicado estimar qué pueda pasar en Táchira y todo el país el 31 de agosto.
Será el reencuentro en territorio patrio de los futbolistas seleccionados, muchos de los cuales han mostrado sus posturas en relación a la situación que al día de hoy ha provocado más de 80 días de manifestaciones contra el Gobierno. Y será en un territorio marcadamente opositor como San Cristóbal.
“Venezuela atraviesa un momento muy doloroso y nosotros desde nuestro rol de seleccionados tenemos que entregarnos al máximo para que nuestra bandera se eleve. Sé que Dios tiene preparado algo maravilloso para Venezuela en ese partido y para nuestro país en poco tiempo”, aprovecha el vinotinto Wilker Ángel para vincular el álgido momento social con una oferta triunfal.
San Cristóbal vuelve a ser la casa de la Selección y, aparentemente, será por mucho tiempo. La empresa JHS se habría garantizado disponer de la organización de los duelos contra Colombia y Uruguay, los dos últimos que restan a Venezuela como local en este tormento premundialista.
Así como Dudamel seguramente hará pruebas con nuevas caras en lo que queda de la eliminatoria, los partidos en el Táchira serán también un tubo de ensayo sobre cómo se vislumbre el trayecto a Qatar 2022 en cuanto a la logística de los choques. Si contra Colombia y Uruguay los registros financieros y de asistencia son positivos, no habrá nada que quite a los poderosos dueños del Deportivo Táchira a San Cristóbal como casa Vinotinto a partir de ahora.
Y comparto lo que asegura Oscar Giovanny, lo que para cualquie conocedor es lógico: “Desde el punto de vista deportivo San Cristóbal debe considerarse en todos los tópicos por encima del resto de sedes para la próxima eliminatoria”. Mientras Caracas no posea un escenario digno para acoger al seleccionado y luego de haber dado tantas vueltas por sedes inestables, el Templo de Pueblo Nuevo debe continuar siendo el edificio sagrado, que algún día fue, de la feligresía Vinotinto.]]>

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