En Venezuela el gobierno ofrece dos tipos de gasolina: una técnicamente regalada, pues con un dólar se puede llenar el tanque de un vehículo sedán, y otra a precio internacional de 0,5 dólares el litro.
Pero prospera un mercado negro abastecido por militares y policías que tienen el control de las instalaciones petroleras, del transporte de combustibles e hidrocarburos y de las estaciones de servicio.
En promedio el litro de gasolina vale 2,0 por estos días en el mercado negro, mientras las refinerías nacionales -que componían uno de los sistemas más sofisticados de su tipo en el mundo- están quebradas y trabajan a una fracción de su capacidad instalada.
Desde hace años el país dependía de las importaciones de gasolinas y componentes enviados desde Estados Unidos, pero en medio de un embargo a las importaciones de la estatal Petróleos de Venezuela impuesto por el gobierno de Donald Trump, Maduro ahora solo cuenta con la gasolina vendida por sus estrechos aliados como Irán.
Las fuerzas militares chavistas y la cúpula civil del régimen de Maduro celebraron los 15 años de la creación del Comando Estratégico Operacional de la FANB (CEOFANB), en un pomposo acto transmitido por el canal oficial de propaganda VTV, y por otros medios del estado al servicio del partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
«¡Claro que seguiremos recibiendo su apoyo y colaboración científica y tecnológica, armamentística, estratégica; claro que sí, pero vamos hacia nuestra independencia!”, expuso Maduro, citado en una nota del portal en Internet de VTV.
Destacó que Venezuela tiene «todo a su disposición» para fabricar su propio armamento en la defensa nacional, mientras consolida y refuerza la colaboración de las naciones amigas y aliadas como Rusia, China, Irán y otros países.
Maduro dijo que instruyó a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, «a avanzar en la articulación de este esfuerzo militar para dotar a la FANB de una industria y una tecnología militar nacional propia, venezolana, del más alto nivel del mundo».
Lecho de rosas
Maduro y los generales del alto mando también emplearon pétalos de rosas para bautizar un libro que abunda en las capacidades operativas de la Fuerza Armada Venezolana, una institución calificada por sus críticos como un partido político armado, que se define como «chavista, socialista y profundamente antiimperialista».
“Tenemos los profesionales, los científicos, los tecnólogos en el país, tenemos el Consejo Científico Nacional que trabaja en varios temas, en el combate contra el coronavirus y otros temas; tenemos científicos de alto nivel, disciplina y capacidad de trabajo. Vamos a realizar la independencia tecnológica y científica del sistema de armas de Venezuela”, auguró.
Destacó, especialmente, que en otro decreto presidencial se declaró la consigna Independencia o Nada, y este concepto se aplica al sistema bélico y defensivo nacional para proteger la paz y soberanía del pueblo, la integridad territorial y la libertad ante potencias hostiles.
“Así que hoy, día de aniversario, anuncio el Consejo Científico Militar, Industrial y tecnológico que le dé a Venezuela su sistema de armas propio en la defensa por la paz”, dijo Maduro.
Los apagones apenas comienzan a sentirse con fuerza en Caracas, donde algunas zonas seguían a oscuras desde el jueves 24 de septiembre, cuando arreciaron nuevas fallas en el sistema eléctrico nacional. Sin embargo, el racionamiento crónico es frecuente desde hace años en todo el país, por la falta de inversiones en generación, transmisión y distribución.
Varios estudios documentados culpan de este colapso a la corrupción con fondos públicos, pues el chavismo anunció cuantiosas inversiones asignadas empresas de «bolichicos» o boliburgueses (empresarios ligados al régimen chavista), que nunca fueron ejecutadas, aunque alimentaron fortunas personales y la enorme deuda pública del país.
Los constantes apagones son atribuidos por el régimen de Maduro a lo que califica como ataque terroristas atribuidos al «imperio» de Estados Unidos y a los partidos políticos opositores.