Economía

Hausmann: estrategia del gobierno implica un desastre económico y social

El ex ministro de Planificación de Venezuela y profesor de la Universidad de Harvard Ricardo Hausmann, recalcó que este país petrolero ya no está en condiciones de seguir pagando su deuda como lo ha hecho hasta ahora, por lo que debe pedir apoyo a la comunidad internacional y negociar con sus acreedores, o asumir un colapso social peor que el vivido en 2015. "La estrategia financiera del gobierno de no refinanciar la deuda y no pedir el apoyo financiero de la comunidad internacional implica un desastre económico y social, tal como lo estamos viviendo en 2015", dijo Hausmann en una entrevista vía medios electrónicos con El Estímulo.

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“Venezuela debe reestructurar su deuda y solicitar la ayuda de la comunidad financiera internacional. Mi punto es muy sencillo: las exportaciones de 2016 probablemente estén por debajo de $35.000 millones, el servicio de deuda (excluyendo las demandas que perdimos en CIADI) es $16.000 millones y no podemos hacer el roll-over (refinanciar) la deuda porque los mercados no nos prestan. La única forma de pagar es con un colapso de importaciones a un gigantesco costo social, como lo muestra el 2015”, explicó, ratificando argumentos recién expuestos en un foro privado en Internet.

El CIADI es un tribunal del Banco Mundial donde se dirimen diferencias entre inversionistas y países. El gobierno chavista enfrenta demandas multimillonarias por la expropiación o confiscación de empresas extranjeras.

Venezuela, una de las economías emergentes más endeudadas, ha estado en la mira de la comunidad financiera internacional, pues muchos analistas e inversionistas temen que el país caiga en un default (impago) y pueda afectar otros mercados de deuda.

Pero Hausmann observa que los efectos de una crisis financiera en Venezuela sobre los mercados globales son limitados.

«Los mercados están suponiendo que Venezuela tiene un chance muy alto de default, razón por la cual el riesgo país ronda el 28%, el más alto del mundo. Esto quiere decir que no serían sorprendidos por el default. Buena parte de la deuda está en manos de fondos especializados en deudas en dificultades (distressed). Lo más preocupante para la comunidad internacional debe ser las consecuencias humanitarias del colapso de la economía venezolana», explicó el ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Dentro y fuera de Venezuela crecen los temores de que los aspectos humanitarios de esta crisis se agraven considerando que es previsible que los precios del petróleo mantengan su tendencia bajista en los próximos meses. El país no tiene fuentes alternativas de financiamiento y los préstamos chinos no proveen dinero fresco para flujo de caja, sino más bien están atados a la importación de mercancías diversas.

«El PIB cayó 4% en el 2014 y más de 10% adicional este año», responde Hausmann. «El año próximo se ve aún más comprometido porque arrancamos con menos reservas, menos activos, menos inventarios y menos aguante en los hogares», agregó este director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard y profesor de la Escuela Kennedy de Gobierno de esa universidad.

«Las distorsiones no hacen sino aumentar. Basta solo con mirar el diferencial cambiario que arrancó el año con el dólar en Cúcuta igual a 27 veces el oficial y ya va por 130 (veces). Cada vez que Maduro (el presidente Nicolás) anuncia medidas económicas lo que hace es agravar las distorsiones: mandar más soldados a la frontera, poner captahuellas (para registrar las compras en el comercio al detal), arreciar los controles de precios, nacionalizar o intervenir empresas como Día a Día y Farmatodo. Por esta vía lo que se hace es profundizar la crisis».

«Los prestamos chinos lo que hacen es financiar un aumento del déficit, no sirven para cerrar el déficit que ya tenemos. Para usar la plata de China hay que gastar mas. Esa plata no sirve para pagar las cosas que ya estamos gastando y no tenemos con que hacerles frente. Ademas, los usos de los fondos chinos son secreto, muy caros y muy corruptos. Involucran otorgarle privilegios a empresas chinas que prometen plantas que luego no instalan ni operan», afirmó.

Otros especialistas han observado que el déficit fiscal de Venezuela, que algunos ubican en torno a 15% del PIB (suma de riqueza total que genera el país en un año) es financiado con la emisión de dinero sin respaldo y más deuda, lo que alimenta más la inflación.

Hausmann ha recalcado los aspectos morales que implica para un país mantener los pagos de su deuda a costa de una drástica caída de sus importaciones de bienes básicos, como alimentos y medicinas.

También insiste en la necesidad de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) lo que le ha granjeado ataques frontales del chavismo, que lo califican de agente de oscuros intereses financieros internacionales, antipatriota y neoliberal.

«Los programas del FMI han cambiado mucho desde que Venezuela tuvo su último programa hace casi 20 años. El problema en el caso de Venezuela no es que si solicitamos el apoyo financiero internacional vamos a tener un ajuste más riguroso. Por el contrario, la ayuda financiera permite un ajuste mucho más expansivo mientras que la estrategia actual de no renegociar la deuda y no pedir apoyo financiero es la que está detrás de nuestras calamidades económicas y sociales», argumenta.

Observa que es «perfectamente normal y ordinario» en su posición como consultor  y académico conversar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que suele ser consultado por los técnicos de ese organismo multilateral del que Venezuela forma parte.

Hausmann, acaso el economista venezolano de más reconocimiento en la comunidad financiera internacional, cayó en la mira del gobierno de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello después que los servicios de espionaje del gobierno chavista interceptaron una conversación privada que sostuvo con el presidente del Grupo Polar, el empresario venezolano Lorenzo Mendoza.

Ambos están siendo procesados por el cuestionado sistema de justicia, acusados de “traición a la patria, asociación para delinquir y usurpación de funciones”, pues  hablaban de supuestos montos de financiamiento que requeriría Venezuela en caso de emprender un programa de reformas para superar la peor crisis económica de los últimos años.

En medios internacionales y nacionales destaca la opacidad de las cifras oficiales acerca del comportamiento de la economía venezolana, Hausmann califica de «un escándalo y un crimen que el gobierno le esconda al país la información a la que tiene derecho».

«El que la sociedad tenga que adivinar lo que está pasando es inaceptable. Las estadísticas económicas son como un espejo. Si te quitan el espejo vas a peinarte o afeitarte con mucha mayor dificultad», añade.

Los analistas usan los datos de CENDA (una organización privada venezolana que analiza los precios en el mercado) o la correlación histórica entre la inflación y los datos que aún se publican para orientarse en materia de inflación. Usan la cotización del bolívar en Cúcuta (Colombia) para tener una idea sobre el mercado cambiario, miramos el crecimiento de la base monetaria y sus fuentes para estimar el déficit fiscal. Miramos el nivel de reservas, las liquidaciones de importaciones y las estimaciones de las exportaciones de petróleo para estimar la balanza de pagos, dice.

«Pero todas estas son mediciones muy imperfectas. Lo cierto es que Venezuela es la economía con el peor desempeño del mundo con la posible excepción de Siria. Es este desastre que el gobierno no quiere que quede documentado», afirmó.

Debido a ese incumplimiento de los gobiernos chavistas, nadie sabe las cifras reales de Venezuela en cuanto a indicadores económicos fundamentales como inflación, balanza de pagos o el déficit del sector público, destacó.

El propio presidente Nicolás Maduro y su ministro, Rodolfo Marco Torres, han admitido que Venezuela tiene cerrados los mercados financieros internacionales, lo que atribuyen en su retórica nacionalista a una suerte de conspiración internacional para derrocar el proceso político llamado “revolución bolivariana”.

El riesgo país que tiene los mercados financieros para invertir en Venezuela, medido por el índice de JPMorgan se ubica hoy en torno a 2.710 puntos, con un alza del 10% en lo que va de año y se consolida como el más alto del mundo, superior incluso a países en guerra como Ucrania, o a muchos que han dejado de pagar sus deudas, como Argentina (553 puntos).

En los últimos días el indicador mejoró después que el gobierno lograra pagar vencimientos e intereses de la República y Pdvsa.

“Nadie prometió montos. El FMI no está en disposición de prestarle un peso a este gobierno porque desde 2004 viola flagrantemente sus obligaciones bajo el Articulo IV que obliga a los países miembros a someterse a la revisión de FMI, cosa que hace China, Nicaragua, USA, Bolivia y todos los demás países”, explicó Hausmann en un foro vía Internet con un grupo de especialistas de diversas áreas y tendencias que suelen discutir los apremiantes problemas de Venezuela .

“La pregunta que le hice al FMI es cuáles son los límites técnicos a un préstamo a cualquier país. Me dijeron que los préstamos más grandes han sido del 1500% de la cuota. Como la cuota de Venezuela es $3.500 millones, eso da $52.500 millones” explicó en la discusión.

“El FMI ha dicho que no estaba negociando conmigo pero si me consultan, y con frecuencia. De hecho fui al FMI porque estoy ayudando a Albania a negociar con el FMI y fue por ese viaje que pidieron hablar conmigo. Eso es completamente normal y ordinario”, recalcó.

“He decidido dedicar parte del tiempo mío y de mi equipo a pensar una forma de sacar a Venezuela de este desastre. Mientras mejor preparados estemos, mejor será nuestra negociación con el FMI u otro organismo”, dijo en la discusión del foro privado.

En sus labores internacionales ha atendido consultas de más de 40 países que le han pedido analizar sus economías.

“Los acuerdos con el FMI no son secretos. Los desembolsos y las revisiones trimestrales de todos los países están en la página Web del FMI. Por cierto, es más fácil averiguar sobre Ucrania y el FMI que sobre Venezuela y China. Los venezolanos no sabemos las condiciones del préstamo chino, los usos de esos fondos, los privilegios a Huawei, Chery y otros y las comisiones corruptas”, dijo sobre las empresas chinas que hacen grandes negocios corporativos con Venezuela.

En un reciente artículo publicado en https://www.project-syndicate.org/columnist/ricardo-hausmann , reconocido portal dedicado a temas de análisis y opinión, Hausmann explicaba sus argumentos acerca de por qué no hay que temerle al FMI. “En muchos lugares del mundo, el Fondo Monetario Internacional es la organización a la que todos aman odiar”.

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