Economía

Un cinturón, una Ruta: el Proyecto del Siglo

La Nueva Ruta de la Seda, Un Cinturón, una Ruta, o La Franja y la Ruta son los nombres con los que se conoce una de las iniciativas más ambiciosas que se han puesto en marcha en el siglo XXI. Internacionalmente es conocida con las siglas OBOR (del inglés One Belt, One Road).

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Este megaproyecto, inspirado en la antigua ruta de la seda, fue lanzado por el Presidente chino, Xi Jinping, en 2013, y consiste en una colosal inversión para la construcción de una vasta red de infraestructuras de autopistas, ferrovías, puertos, aeropuertos y telecomunicaciones que involucra a más de 70 países en los que se concentra el 70 % de la población mundial, 75 % de las reservas energéticas probadas del mundo y que, con este megaproyecto, estarían en capacidad de elevar su contribución al PIB mundial de 33 % a 50%.

La construcción de la franja terrestre y de la ruta marítima necesitará de inversiones multimillonarias y generará beneficios no solo para China, sino también para todos los países involucrados, los cuales llevan a cabo negociaciones para mejorar las infraestructuras de transporte de personas y mercancías a lo largo y ancho de los seis corredores terrestres que conforman la Franja, así como la ruta marítima que la amplía. Con ese fin, gestionan el financiamiento necesario en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, el Banco de Desarrollo del BRICS, el Banco Mundial y otras instituciones multilaterales que han mostrado su disposición de financiar los proyectos de La Franja y la Ruta, toda vez que los países receptores de los créditos pueden desarrollar sus propias economías, incrementar sus ingresos y así garantizar la devolución de los préstamos.

El proyecto de infraestructura más grande del mundo

El objetivo es promover el desarrollo común de todos los países que participan, entre los cuales será posible una mayor comunicación y una conectividad más rápida a través de puntos intermedios en Asia, Europa y África. El plan se propone construir las infraestructuras necesarias y suficientes para facilitar el intercambio comercial entre todos los países participantes.

En este mapa estratégico de rutas ideado en Beijing, una Ruta parte desde China, pasa por el Canal de Suez, entra al Mediterráneo y por allí llega a varios países de la Unión Europea. Por la Ruta que surca el Mar Egeo se llega a Atenas y luego toma rumbo a Venecia, donde la Ruta marítima se conecta con las Rutas terrestres de la Unión Europea.

La Ruta de la Seda marítima hacia Oriente comenzará en la provincia de Fujian y pasará por Guangdong, Guangxi y Hainan, antes de dirigirse hacia el sur hasta el Estrecho de Malaca. Desde Kuala Lumpur, la Ruta seguirá a Kolkata y Colombo, luego cruzará el resto del Océano Índico en dirección a Nairobi, recorrer el Cuerno de África, atravesar el Golfo de Adén hasta llegar al Mar Rojo.

El Pacífico Sur también ha sido incluido toda vez que la segunda ruta marítima atravesará el Mar del Sur de China para dirigir su flota hacia los puertos del Pacífico Sur, por donde pasa el intercambio comercial con los países latinoamericanos.

La inversión China tiene al puerto del Pireo como nuevo centro logístico e incluye el desarrollo de una red de infraestructuras logísticas a través de los Balcanes y de Hungría También hay que mencionar los puertos construidos por China en Hambantota y Colombo, en Sri Lanka; la Zona de Cooperación Económica y Comercial China-Suez, en Egipto; la negociación de Kazajstán para que pueda realizar sus importaciones y exportaciones a través del puerto chino de Lianyungang, y una nueva alianza entre puertos en China y Malasia.

Para impulsar la Ruta Marítima de la Seda del siglo XXI, siete de los diez puertos más grandes del mundo están en China, lo cual le facilita no solo la exportación de mercancías, sino también la exportación de servicios de gestión portuaria.

Apoyo mutuo y beneficios compartidos

A cinco años de haberse puesto en marcha, la iniciativa Una Franja, una ruta ha evolucionado de una visión de futuro a una realidad concreta que, con su sola construcción, ya comienza a generar beneficios tangibles entre los países anfitriones de las rutas. De Mongolia a Malasia, de Tailandia a Pakistán y de Laos a Uzbekistán, se han puesto en marcha muchos proyectos, incluidos ferrocarriles de alta velocidad, puentes, puertos, parques industriales, oleoductos y redes de electricidad, donde se generan millares de empleos de calidad que permiten satisfacer las necesidades básicas y esenciales de los trabajadores y sus familias.

El crecimiento económico de China demuestra que el desarrollo de infraestructuras es una forma efectiva de estimular el crecimiento económico y el bienestar social. China ofrece su experiencia y capacidad económica y tecnológica para corregir las asimetrías y disparidades entre los países que participan en la Iniciativa. Su idea es convertir la iniciativa de La Franja y la Ruta en una referencia de las nuevas formas de integración económica y comercial basadas en los principios del apoyo mutuo y beneficios compartidos.

El presidente Xi Jinping ha dicho que «Lo que esperamos crear es una familia grande de coexistencia armoniosa» y ha dejado claro que el desarrollo de La Franja y la Ruta no recurrirá a maniobras geopolíticas injerencistas porque China no tiene la intención de interferir en los asuntos internos de otros países, ni de exportar su particular modelo de desarrollo económico y social, ni mucho menos de imponer su voluntad a otros.

La iniciativa Una Franja-Una Ruta está concebida como una plataforma de cooperación abierta para complementar capacidades y recursos en función de asumir conjuntamente retos y desafíos que cada país por separado no podría encarar ni superar. Con la colaboración coordinada y sostenible de todas las partes involucradas será posible avanzar rápidamente en este proyecto ganar-ganar. Justamente por esta razón, a solo cinco años de su lanzamiento, la iniciativa ha logrado el apoyo de más de 100 países y organizaciones internacionales, de los cuales más de 70 han firmado acuerdos de cooperación con China.

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