Banca y Finanzas

Oro, petróleo y bonos: el cochino dinero en juego por acuerdo de Barbados

Experto financiero y asesor de inversiones Jorge Piedrahita, del Fondo Copérnico, que invierte en bonos de la deuda venezolana, evalúa en esta entrevista algunos intereses que entran en el acuerdo de Barbados y su impacto en la economía.

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Jorge Piedrahita es un experto inversionista financiero con carrera en Wall Street y amplio conocimiento de los llamados mercados emergentes de América Latina, en especial de su natal Argentina, de Ecuador y de Venezuela, donde opera el Fondo Copérnico, especializado en la recompra de los malogrados bonos de la deuda externa venezolana.

Sus conocimientos sobre la situación de América Latina en general y de Argentina y Venezuela en particular, tienen una aplicación práctica: sirven para hacer dinero, o en todo caso para conjurar pérdidas, moderar expectativas, tomar posiciones, invertir o desinvertir. Para trazar pistas de la relación entre la economía y la política.

En esta conversación de manera remota con El Estímulo, Piedrahita aborda el tema de los bonos de la deuda pública de Venezuela, esa que según algunas otras fuentes asciende en total a unos 160.000 millones de dólares, incluyendo más de $65.000 millones en bonos de deuda financiera que se encuentra en situación de impagos (default) de su capital e intereses desde 2017.

Piedrahita explica que hay pendientes de pago unos $58.000 millones en principal de bonos, más unos $30.000 de intereses caídos, más los «Promissory Notes» (letras de cambio de las cuales nadie sabe cuántas se emitieron).

«A finales del 2024 la deuda total estimada incluyendo intereses caídos será de unos $220.000 millones aproximadamente», anticipa el experto.

Para efectos de los mercados financieros de Estados Unidos, uno de los cambios más importantes asociados al acuerdo de Barbados, firmado entre el gobierno de Nicolás Maduro, parte de la oposición y con el determinante respaldo del gobierno de Joe Biden, es que el Departamento del Tesoro, a través de su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), haya levantado la prohibición de negociar los despreciados bonos venezolanos en los mercados financieros secundarios.

Esto ha movido un poco las cotizaciones de estos papeles, vistos como bonos basura desde hace ya años, pero que según algunos análisis tienen el potencial de generar dividendos rápidos si mejoran sus cotizaciones y adquieren cierta liquidez y profundidad en el mercado.

La entrevista con Piedrahita ocurre en el contexto de estos anuncios de acuerdos, alivio de sanciones, pasos y contra marchas. En los últimos días el gobierno de Nicolás Maduro emprendió un proceso de judicialización bajo cargos penales a los miembros de la oposición que organizaron la elección primaria del 22 de octubre, de donde salió electa por abrumador mayoría la líder María Corina Machado como candidata unitaria de la oposición.

Días después, el Tribunal Supremo de Justicia, el brazo judicial del chavismo, declaró nula esa elección y ordena confiscar todos los documentos de este proceso interno de la oposición.

«La del TSJ es una acción sin coherencia que posiblemente no hayan pensado bien. Posiblemente tenga el efecto de subir la popularidad de María Corina Machado», como sucedió con la inhabilitación, señala Piedrahita al observar que esa decisión genera mucha critica en los Estados Unidos a la administración Biden, que había suspendido sanciones contra el gobierno de Maduro unos pocos días antes.

«Lo cual los obliga a actuar con firmeza, vale decir la respuesta será contundente y clara, pero gradual, para darles la oportunidad de rectificar», dice sobre Estados Unidos y las previsibles acciones en respuesta a la decisión anunciada por el TSJ.

«Tenemos ahora una potencial ruptura en un período muy corto, cuando la tinta de las firmas del acuerdo de Barbados aun no se seca».

Jorge Piedrahita

El levantamiento de sanciones sobre los bonos de deuda externa venezolana en el mercado secundario ha sido, de hecho, el primer impacto concreto de la flexibilización de las sanciones financieras.

Jorge Piedrahita, Fondo Copérnico.

«Lo que vemos nosotros es positivo porque teníamos toda una serie de suscripciones que no se estaban moviendo a través de los sistemas de clearing (compensación de títulos y verificación de historial en transacciones financieras) por temas de sobrecumplimiento», explica.

Esto significa que las empresas financieras se cuidan al extremo de no trasgredir las regulaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en lo que concierne a las sanciones económicas contra la República de Venezuela, su Banco Central, y la petrolera estatal Pdvsa. Entonces ahora pueden atender con más agilidad las demandas del mercado de estos papeles y las liquidaciones de operaciones.

«Para nosotros es positivo, se nos está comenzando a abrir ese tema. Lo otro que también hemos visto es que hemos recibido, sobre todo en las últimas horas, varios llamados de personas o entidades pensando en inversiones en efectivo», en papeles de Venezuela, agrega.

Explica que en Copérnico son fundamentalmente tenedores de papeles y ahora están recibiendo preguntas de personas que no tienen bonos, y se interesan en invertir algún dinero en esta situación.

Los negocios del petróleo y gas

Luego de la firma de este acuerdo en Barbados los Estados Unidos responden el día siguiente con una serie de modificaciones al régimen de sanciones, especialmente en petróleo y gas. Según el gobierno de Nicolás Maduro esto permite una reinserción de Venezuela en el negocio petrolero mundial.

«Lo primero a mencionar es la suspensión, la palabra clave aquí es suspensión, que tiene un significado de temporalidad, la suspensión de las sanciones al sector de petróleo y gas», explica Piedrahita.

Señala que en este acuerdo el gas tiene más importancia, tal vez, geopolítica que el petróleo hoy en día. «Eso está avalado por un fuerte lobby y necesidades de los europeos», que necesitan diversificar sus fuentes de acceso al gas natural.

«Cuando uno lo piensa, en realidad Estados Unidos no cedió mucho en eso, porque en realidad lo que otorgó es algo que estaban buscando obtener. Estados Unidos buscaba ayudar a sus principales socios geopolíticos a tener acceso a fuentes alternativas de gas natural».

Destaca que el efecto temporal de estas medidas «no es inmediato», porque los proyectos en los cuales se está trabajando de gas natural tienen un proceso de ejecución posiblemente de 18 meses, y se verán a principios del 2025.

«Pero es importante comenzar en algún momento, y parte de la urgencia fue dada, creo yo, por la situación de Israel versus Hamás y Hezbolá. En donde cualquier analista cuando construye escenarios estaría pensando que un escenario podría ser un embargo por parte de los países productores que incluirían no solo petróleo, pero también gas natural», dice sobre la relevancia geopolítica que adquiere la condición de Venezuela, con sus reservas y su industria de los hidrocarburos.

Observa que en el corto plazo esto no tiene un efecto importante, pues en el sector petrolero, cuando se decide comenzar siempre es un proceso lento. Durante los primeros seis meses, en lo mejor de los casos, estás excavando nuevos pozos.

Venezuela todos los años tiene que hacer nuevas perforaciones y utilizar técnicas secundarias solamente para mantener la producción constante, y contrarrestar la declinación natural de los yacimientos.

Entonces, para subir esta producción con fuerza necesita taladros y, en el mejor de los casos, en seis meses esos taladros estarán perforando nuevos pozos, pues se necesita también infraestructura, electricidad para estas operaciones, por lo cual «el efecto cantidad va a ser limitado de acá a finales del 2024».

Pero el detalle está en la mejora de los precios de la producción actual, que según el último reporte de la OPEP se ubica en unos 733.000 barriles por día (bpd).

«Yo miro el efecto precio. Vale decir, el hecho de que a estas compañías les van a permitir comercializarel petróleo de Venezuela en los mercados internacionales, eliminando o reduciendo sustancialmente los descuentos a los cuales se está operando, a través de intermediarios desconocidos. Ahí tienes un efecto precio positivo para Venezuela», señala.

En efecto, para evadir las sanciones, el gobierno de Venezuela había estado vendiendo su petróleo a través de un complejo entramado de agentes secundarios que determinaba un enorme descuento de hasta 40 dólares en el precio del barril respecto a lo que reportan las ventas directas, según otros analistas.

Piedrahita señala que también se espera un aumento en la cantidad de petróleo a vender. Por un lado, la petrolera estadounidense Chevron, principal aliado internacional de Pdvsa, ya tiene en marcha un plan para aumentar su producción. El resto de los proyectos de otras compañía tendrá un efecto en la segunda mitad del año 2024.

«Pero ambos efectos te dan un número de, vamos a decir, unos siete mil millones de dólares (de ingresos adicionales), tal vez un poquito más, en una economía de 80 mil millones de dólares (el tamaño del Producto Interno Bruto de Venezuela). Creo que uno puede concluir que el crecimiento del Producto Bruto va a ser a tasas superiores al 10%» en 2024, señala.

«Esto para Maduro tiene un beneficio claro, cualquiera que sea su posición inicial. Pero ahí podemos tener una mejora en el margen su competitividad si el país tiene un pequeño boom económico. Ese es el beneficio para Maduro», observa el experto.

El negocio del oro

Destaca Piedrahita que es en la suspensión de las sanciones al sector aurífero donde, a su criterio, está el tema más interesante en lo político. Se hizo través de la Licencia 43, que «autoriza transacciones que involucran a la CVG Compañía General de Minería de Venezuela», (Minerven).

La explotación en el sector de oro se basa en operaciones artesanales en donde ciertos miembros de la coalición gobernante tienen sus propias operaciones, minas.

«Entonces los Estados Unidos les acaba de otorgar una patente de corso en una actividad que se sabe que es ilegal, controlada por miembros de la coalición de Maduro. Esa es una escapatoria política importantísima para dicha coalición porque los beneficia en forma directa a ellos personalmente. Por consiguiente, si hubiera que retrotraer las sanciones porque la cuerda política se comienza a tensar, yo te diría que el primer cambio va a estar dado en el sector del oro, en donde esa suspensión temporal se elimine rápidamente», señala.

Otro tema importante a destacar es que se haya sacado al Banco Central de Venezuela (BCV) de la lista como entidad restringida.

En el año 2021, el Fondo Monetario Internacional emitió Derechos Especiales de Giro (una especie de moneda contable de la institución) por 650 mil millones de dólares. De ese monto, más de $5.000 millones correspondían a Venezuela.

«Nunca se los otorgaron porque dentro del Fondo Monetario no se llegaban a poner de acuerdo en quién era el gobierno de Venezuela. Ahora, si no tienes sancionado al Banco Central, eso abre una ventana de oportunidad para que se pongan de acuerdo y el Banco Central reciba esos Derechos Especiales de Giro. Eso creo que es un elemento importante», destaca Piedrahita.

Volviendo a los bonos

Respecto a los bonos, se eliminan a diferencia de suspender (como en el petróleo y el oro) las restricciones a las negociaciones con estos activos financieros.

«Eliminar para mí tiene un significado de permanencia a lo largo del tiempo, y por eso creo yo que la eliminación de las restricciones al trading (operaciones), son permanentes y no van a cambiar a lo largo del tiempo».

De la misma forma que esta licencia que se le otorgó a la petrolera Chevron en 2022 para volver a operar en Venezuela era una puerta que se abría pero que iba a costar muchísimo cerrar, y lo más probable es que se abriera aún más, «esta suspensión de las sanciones en el sector petrolero y gasífero es una puerta que se abre y que posiblemente se mantenga abierta por un largo tiempo», señala.

«Entonces, si fuera a haber un cambio, porque la cuerda política se tensa, comienza por el sector del oro», una especie de beneficio instantáneo que puede ser sacado rápidamente, recalca.

El filón de la política

Lo que sucedió el 22 de octubre con la elección de María Corina Machado como líder indiscutible de la oposición, con un números de votantes que el chavismo no esperaba debe tener muy preocupado al gobierno en estos momentos, destaca Piedrahita.

«Entonces, cuando yo combino la tremenda flexibilidad que mostró los Estados Unidos, ese pragmatismo cruel, duro, ese pragmatismo que le permitiría incluso abrir múltiples negociaciones frente a individuos con un peso específico importante dentro de la coalición gobernante, esto puede ser una herramienta muy poderosa en esforzar ciertas situaciones», dice sobre el escenario político.

«Y luego, combinado también con una María Corina que privadamente me dicen que no es la misma María Corina de hace diez años atrás. Es una María Corina que entiende que es una situación en donde hay que sentarse a negociar, está dispuesta a hacerlo, en donde entiende que hay que tener un nivel pragmático. El pragmatismo de los Estados Unidos, combinado con esta posición de María Corina, me permite pensar que el próximo paso natural en esto es desarrollar rampas de salida para la coalición gobernante o para miembros de la coalición gobernante», señala.

Esto es lo único «que va a producir cierta magia, porque si no les vas a dar alguna salida a algunos de ellos, esa coalición va a seguir siendo, se va a encerrar sobre sí misma».

Explica que entonces, con referencia a los bonos, el haber eliminado las sanciones a las operaciones trae una nueva serie de compradores.

Pero también el hecho de que haya habido esta suspensión de las sanciones en el sector petróleo y gasífero, permite prever un mejor PIB. Y un mejor Producto (tamaño de la economía), la quita, el descuento de la deuda en una negociación o reestructuración futura debería ser menor, aunque va a seguir siendo muy importante.

En las primeras jornadas tras estos movimientos hubo subidas en los precios de los bonos venezolanos, movidos por los mismos participantes que ya tenían posiciones. Nuevos participantes se han ido incorporando y se espera que se sumen otros en estas semanas, de acuerdo a los tiempos burocráticos de dentro de cada institución, explica.

«Las decisiones dentro de ciertos fondos tardan semanas en producirse, si no más».

Por ejemplo, los bonos venezolanos tenían un peso relativo de cero en el índice de JP Morgan (una referencia del mercado mundial de estos papeles), y en la medida en que en JP Morgan se forme un peso relativo superior, se genera cierta demanda institucional de aquellos fondos de inversión que hoy no tienen a Venezuela en su cartera.

«Entonces allí vamos a tener otra fuente de demanda por estos papeles. Dónde se establece un balance entre oferta y demanda. Creo que es demasiado temprano para establecerlo, simplemente porque el mercado no es completo, o sea, no todos los potenciales jugadores forman parte del mercado hoy en día. Entonces tenemos que dejar varias semanas para que estos jugadores se incorporen y tengamos más claridad con referencia a elementos como la forma en la que se va a manejar el índice de JP Morgan», aclara.

Hasta ahora el Fondo Copérnico, que Piedrahita asesora, había recibido la gran mayoría de sus inversiones en especie, de personas o empresas que tenían bonos y los suscribían al fondo durante un proceso de evaluación. Simplemente el fondo les compra los bonos, emitiendo acciones al inversionista.

Copérnico maneja unos 400 millones en bonos venezolanos y el valor en dólares de esos papeles dependen justamente de los vaivenes en el mercado y de las expectativas.

Por ahora, Barbados ha abierto el mercado y va a haber alguna demanda de especuladores sobre estos papeles, que históricamente se han cotizado en torno a 20% del valor facial (impreso en la emisión) y que han estado en niveles de 15 a 17% de esa referencia y hasta en 10% y 11%.

En definitiva, este mercado responde a un escenario donde hay un jugador muy importante, como lo es Estados Unidos y ciertos miembros de la comunidad internacional, que han puesto algo de muchísimo valor en frente a la administración Maduro, en un intento de romper el status quo, argumenta Piedrahita.

«Entonces, ahora tal vez, no sé con qué nivel de probabilidad, tal vez ni siquiera muy elevado en este momento, pero puedes ver una ventana de apertura a una solución a esta situación que estaba paralizada. Entonces, eso naturalmente lleva a cierto entusiasmo, creo que es parte de lo que explica el interés (todavía marginal) de inversores potenciales en efectivo en esta situación», añade sobre los bonos.

Ese interés «puede ser más importante en las próximas semanas, pero yo creo que hay que dejar que pase el tiempo para que esta situación se desarrolle un poquito más», aclara.

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