«Señorita, eso cuesta Bs 1.600″, dijo a modo de advertencia el dueño de un abasto a una mujer que, sin hacer preguntas, examinaba un paquete importado de arroz basmati. Enseguida, devolvió el producto al estante. «No sé quién irá a comprar eso», murmuró el comerciante mientras se alejaba.
Eso no es lo único que los consumidores retornan al anaquel luego de revisar el precio. En un recorrido realizado por supermercados, abastos y tiendas en el este y oeste de Caracas se observó que los alimentos y exquisiteces por los que los clientes estaban dispuestos a pagar un poco más ahora tienen menor rotación por los altos precios (según los comerciantes) o están escasos.
En el caso de los arroces, el basmati se encontró con un precio de entre Bs 900 y Bs 1.600 el kilo, dependiendo de la procedencia y el empaque. En el mercado de Chacao, por ejemplo, un paquete de 255 gramos se comercializa en Bs 250, mientras que el arroz para risotto costaba Bs 450 (500 gramos) y el parboiled importado Bs 450 el kilo. El más costoso es el salvaje, que se puede conseguir hasta en Bs 2.500 el kilo.
Los frutos secos, además de escasos, mostraron alzas importantes en sus precios, de acuerdo a algunos vendedores consultados. En una tienda naturista en el este de Caracas un kilo de merey alcanzaba los Bs 3.900 y el contenedor estaba vacío. «Desde diciembre no nos llega», dijo una empleada. El pistacho lo ofrecían en Bs 3.570 el kilo.
Las almendras se vendían entre Bs 1.700 y Bs 2.300 el kilo. La leche de almendras solo se consiguió en 2 comercios visitados y el precio variaba entre los Bs 880 y Bs 937 el litro.
El jugo de arándano llega a Bs 325 el litro, mientras el de manzana clarificado marca Mott’s se consigue entre Bs 700 y Bs 1.000, dependiendo de la presentación.
Los productos del mar llegan cada vez con nuevos precios, expresó el encargado de una tienda especializada. Las entregas suelen ser una vez al mes. Por ejemplo, la última vez que recibieron salmón, tuvieron que venderlo a Bs 900 el kilo. «No sabemos a cuánto estará la próxima vez que llegue».
La langosta, uno de los más costosos, se ofrece a Bs 2.300 el kilo, mientras que las tiras de cangrejo (una de las presentaciones más comunes) cuestan entre Bs 850 y Bs 1.050. El kilo de los langostinos grandes rojos se vende en el mercado de Chacao en Bs 1.750, pero no había disponibilidad en ese momento.
-Los nuevos lujos-
Cada vez son más los productos que los consumidores usaban regularmente y que ahora desisten de comprarlos. «Yo hago un pastel de maíz pero cuando vi el precio del maíz en grano enlatado pensé: no lo voy a poder preparar más», señaló Amelia Muriel, ama de casa. La lata de 400 gramos costaba 485 bolívares en el supermercado más cercano. Admitió que las nacionales, más económicas, no las consigue.
El paquete de pan integral siete cereales de Oroweat y New York se comercializa en Bs 155 y Bs 142, respectivamente. «Antes me llevaba dos, ahora solo me llevo uno y otro integral normal, y lo voy rindiendo», expresó en el mismo establecimiento una joven que prefirió guardar su identidad.
Otra consumidora manifestó que solía comprar 200 gramos de jamón serrano para ofrecer a la gente que recibía en su casa. «La última vez que vi el precio decidí no hacerlo más», dijo. En las tiendas se consigue entre Bs 2.500 y Bs 5.000 el kilo, mientras que en los supermercados puede costar casi Bs 3.200 el kilo.
La Nutella, la mantequilla de maní y el Nescafé son de los antojos más costosos. El primero se encontró en Bs 1.600 el envase mediano y era el último que quedaba en el comercio. En el oeste de Caracas, el envase pequeño de mantequilla de maní marcaba Bs 650. El café instantáneo llegaba a Bs 1.300, y si se desea acompañarlo con un poco de Cremora debe desembolsar casi Bs 600 adicionales por la presentación de 400 gramos.
-Origen de la distorsión-
El índice nacional de precios al consumidor de alimentos y bebidas cerró el año 2014 en 102,2%. Es el primer grupo en alcanzar una inflación de tres dígitos, de acuerdo con el Banco Central de Venezuela.
Estos datos, sin embargo, no muestran la realidad completa ya que muchos de los productos de la cesta básica tienen precios controlados. El BCV mide el comportamiento de los artículos no regulados pero en diciembre de 2013 dejó de revelar el indicador, recordó Henkel García, director de la firma de análisis financiero Econométrica.
«Lo que está pasando es que el gobierno está entregando cada vez menos dólares al sector privado, incluyendo el de alimentos», señaló. Esto implica que los precios de muchos de los productos que no son de primera necesidad empiezan a encontrar su equivalencia en dólares a la tasa del mercado paralelo.
«Esos precios reflejan el costo que ya están teniendo los comerciantes. Ya los dólares a Bs 6,30 no alcanzan ni para alimentos ni para las medicinas», dijo.
El experto considera que la situación empeorará con la caída de los precios del petróleo, que se empezará a sentir con mayor fuerza en los próximos meses. «Se sentirá a partir de ahora porque la factura se cobra con entre 60 y 90 días de retraso».]]>