Consumo

La crisis económica se camufla entre las ventas vintage

Los mercados vintage se han popularizado en Venezuela desde inicios de 2010, marcando un contraste entre una alternativa de cambio para el consumo de las nuevas generaciones y una crisis por satisfacer necesidades económicas.

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Por Stephanie Lozada Madriz @Stephi_Graff Foto: Cortesía Vintage Market

Las nuevas modalidades para comercializar productos de segunda mano abarcan desde Marketplace, publicaciones en Facebook e Instagram y hasta mercados de las “pulgas” al estilo anglosajón. En estas instancias se puede conseguir de todo, como teteras y botellas de whisky a medio tomar.

El primer enfoque de los emprendedores es la plataforma de presentación de sus propuestas. Alfredo Sánchez, director de Negocio Pyme, empresa de asesoría para emprendimiento, destacó el papel de Internet y las plataformas e-commerce como vitrina de estos proyectos.

“A través de la web se pueden realizar esos mercados secundarios y sobre todo en páginas como OLX o Mercado Libre, que contribuyen a una comercialización eficiente, menos costosa y más segura”, afirma.

El punto de la seguridad es una de las razones por las cuales los venezolanos entran en este negocio. La mayoría de estos comerciantes emergentes, según el experto, se vale de las viejas pertenencias como catapulta para el éxodo que marca tendencia en el país.

“Las personas desean mantener sus proyectos seguros, y si se realiza una venta masiva, en muchos casos, es para comprar divisas e irse del país; es por esto que apuestan a la prudencia”, advirtió Sánchez.

Las variables que intervienen en el desarrollo del mercado secundario, según los analistas, son distintas, la mayoría enfocadas en el área socio-emocional: el impulso de un modelo de negocio innovador, satisfacer de manera coyuntural el déficit de capital, la personalización de piezas para generar experiencias de ventas más “íntimas”, y por último una tendencia a transformar los estereotipos de consumo.

– Consumidores, paradigmas y conexión con el mundo –

La nueva generación de consumidores busca maximizar el dinero en múltiples satisfacciones, de acuerdo con la experiencia de los voceros.

Carlos Brandt, presidente de ‎ProEmprendimiento, organización dedicada a orientar a nuevos empresarios 2.0, afirma que la fidelidad de marca ha mermado por la busca de exclusividad y mayor identidad.

“La gente no compra cosas ni personas, sino emociones. Las grandes marcas no satisfacen individualidades y es por eso que nace esta tendencia. Algunas marcas han permitido que los usuarios intervengan en los modelos para brindar experiencias personalizadas”, indicó.

La crisis ha modificado el consumo venezolano, direccionándolo a la reutilización y customización de los productos en general, pero los “gustos” han migrado de “golpe” por la escasez y el desabastecimiento.

El nuevo mercado de «antigüedades» preservadas no es un fenómeno netamente nacional. Esta tendencia de reutilización y ahorro también está atada a una nueva conducta de la generación Millenialls.

Una muestra de la globalización de esta transformación es la cadena de tiendas KU, empresa estadounidense que desde diciembre de 2015, instauró la venta de ropa de segunda mano con vestigios de “Hollywood”. Estos locales se ubican en la mayoría de los centros comerciales de Venezuela y evocan al Boho chic, los estilismos de inspiración bohemia y hippie.

Bajo esta corriente, también se consiguen los fashion trucks, camionetas adaptadas para ser tiendas ambulantes de ropa usada.

“Los millenials no tienen los tapujos de marcas, buscan valor en los objetos, y así construyen nuevos modelos de negocios y es una tendencia que esa generación trata de rescatar y confeccionar”, señala, Brandt.

Por su parte, Gioan Verni, organizadora de Vintage Market, explica que su negocio ha sido impulsado por la crisis, pero también se ha “consolidado como una costumbre, un ‘flea market’ tradicional como en todas las grandes ciudades del mundo”.

– Desafíos al bolsillo –

El patrón de consumo, la forma de comprar y en qué gastar varían por la calidad y oferta de los bienes que se pueden adquirir. Mientras en el mundo se venden productos de segunda mano por conciencia ecológica, en Venezuela se hace por lucro.

Según estudios de Datanálisis, el venezolano destina 66% del sueldo a la compra de alimentos y productos de aseo personal. El otro 33% a la compra de ropa, calzado y pago de educación.

El índice de precio al consumidor en el rubro de calzado y vestimenta durante 2015, tuvo una variación de 146,5%.

Por su parte, el informe de confianza del consumidor en Latinoamérica de la firma Nielsen, señala que el principal método de ahorro en Venezuela es reducir la ingesta de comida en la calle en 62%, siendo el único país en esta categoría. Mientras que el optimismo por su economía mermó a 58 puntos.

– Mercado virtual –

En Facebook se pueden encontrar más de 200 fan page donde la mayor oferta son de calzado y prendas de vestir, con precios que van desde Bs 4.000 (franelas de damas) a Bs 30.000 (vestidos para fiestas). En cuanto al calzado, se puede encontrar sandalias desde Bs 7.000 hasta botas montañeras en Bs 60.000, que contrasta notoriamente con los precios de estos artículos de primera mano, donde un par de zapatos para excursiones está en el orden de Bs 90.000 en tiendas.

En estas dos categorías no hay discriminación, hay para todas las tallas, gustos y edades; también se puede hallar accesorios de vestir y por último, electrodomésticos y utensilios de cocina.

A principios de octubre de 2016, esta red social se incorporó al mundo del Marketplace, un servicio de compra y venta, que combina dos “ventajas”: conocimiento “real” del vendedor/comprador y comunicaciones directas a través de Facebook Messenger.

En la mayoría de las cuentas de Facebook, al igual que en Instagram, donde se posicionan las ventas a través de los Hashtag en cuentas exclusivas para publicaciones de segunda mano, el mercado va dirigido a la mujer venezolana.

Sin embargo, también existen grupos especializados de ciclistas, excursionistas y otras disciplinas deportivas, donde los equipos pueden ser caros y se saca provecho de ello.

Para aquellos que tienen juguetes o ropa de bebé “casi nuevos”, PollitoIngles.com le brinda la opción de publicar aquello que su bebé no usa, mientras no transgreda las normas de salubridad y ventas prohibidas por la Sundde. En este formato, Ugandi.com recolecta ropa usada en muy buen estado, para venderla a través de su vitrina, la Internet.

Estas dos modalidades de negocio, iniciaron sus operaciones en 2010 y 2013, respectivamente, y representan los comienzos tangibles de las ventas de segunda mano en Venezuela en Internet.

Pero la mayor exposición para productos usados se da en Mercado Libre, donde la diversidad es la cualidad que diferencia a este e-commerce de los demás medios de comercialización. Se puede encontrar desde libros hasta artículos de ferretería y todo a precios “competitivos”.

Pese a que esta página empezó operaciones con este concepto de venta en Argentina, la dirección actual es ser la tarjeta de presentación de las pymes latinoamericanas.

– Al aire libre –

El recurso de las ventas de garaje al estilo norteamericano, también ha sido una alternativa que ha crecido desde 2012, donde Vintage Market, una empresa de ventas de productos usados se ha dado a la tarea de facilitar stands a vendedores un domingo de cada mes, en Chacao y El Hatillo, donde concurren más de 500 personas en promedio por evento.

Sus promotores afirman que la mayor demanda la tienen artículos de colección y prendas de segunda mano, al igual que Retro Mercado, popularizado por el local comercial Quinta Bar, donde se mantiene un concepto bohemio.

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