El estadio de la Universidad Central de Venezuela (UCV) enfrentó en la jornada inaugural a los fanáticos de los Tiburones de La Guaira y Leones del Caracas, pero también a los fanáticos con los precios de los boletos, comida y bebidas, que reflejan una inflación galopante que, de acuerdo a la medición de la Asamblea Nacional, acumula 536% en los primeros nueve meses del año.
Los 9.724 espectadores que asistieron al primer Tiburones–Leones de la temporada se encontraron con que los precios en los quioscos de comida son muchos más caros este año. Las cotufas ofrecidas por Cinex en Bs 15.000, las raciones de cuatro tequeños (Tequechongos) en Bs 14.500 y las empanadas en Bs 4.000 son las opciones más económicas, en contraste con los choripanes o sánduches que pueden costar hasta Bs 50.000.
El fanático que gana un sueldo mínimo integral (incluye bono de alimentación) de Bs 325.544, tendrá que pensarlo dos veces antes de presenciar un partido de su equipo favorito.
– No todos pueden –
Las puertas del Universitario se abrían para recibir por primera vez en esta temporada a su público. Los puestos de cervezas eran los más concurridos. Gavera tras gavera llegaban, mientras que los empleados no paraban de despachar a los clientes.
La cerveza Zulia tiene un precio de Bs 3.000, las demás, Bs 2.500. La famosa jarra, que otrora se regalaba, se puede comprar por Bs 12.500 e incluye tres cervezas.
Un aficionado que disfrutaba de su segundo choripán de la noche, dijo a El Estímulo que los precios de las entradas y la comida les parecía bien. «Lo que me parece mal es la organización. Llegué a las 12:30 pm a comprar mi entrada y recién la compré en el primer inning”. El juego inició a las 7:00 pm.
Esta queja fue expresada por varios fanáticos. Además de la dificultad para comprar los boletos, el tráfico para llegar al estadio cubría varias cuadras. Carros estacionados en doble fila dificultaban el avance de la cola, la cual supuso más de una hora para los conductores. Al llegar al estacionamiento se exigía Bs 3.000, en efectivo, para acceder a un puesto.
Otro seguidor del béisbol dijo que los precios “están en un precio intermedio. Ahorita las cosas suben, suben y suben, y para que ellos (comerciantes) puedan subsistir aquí con un negocio en Venezuela, tienen que mantener los precios así. Claro, para el venezolano común, una persona que gane sueldo mínimo, esto es una locura. No tiene sentido”.
Para adquirir su entrada tuvo que pagar más de cinco veces su precio: “La compré revendida. Marca Bs 8.000 y la pagué en Bs 45.000. Yo sabía que no iba a poder comprar por taquilla por la cola. Eso es una mafia igualito”.
Una pareja de jóvenes que recién llegaba al estadio mucho tiempo después de haber empezado el juego, encargaba dos hamburguesas en Juanchi’s, por las que pagaron Bs 64.000.
En la cola, analizaron el costo de las entradas: “Recuerdo que el año pasado la entrada que compré hoy por Bs 7.000, estaba en Bs 2.000, no tiene sentido la diferencia que hay con lo que va a seguir sucediendo con los precios”.
La chica de la pareja acotó que la salida al estadio hoy es un lujo. «El costo de la entrada como tal no, venir para acá y tomarte algo ya son como mínimo Bs 100.000”.
Su acompañante comentó indignado que la tienda de los Leones estaba cerrada, mientras que la de los Tiburones no tenía camisas de béisbol, sino franelas, que además rondan los Bs 90.000.
“Pensamos que iba a estar un poco flojo porque es el primer juego y día martes. Pero gracias a Dios las ventas han estado bastante buenas”, dijo un joven que trabaja para Tequechongos.
“Por la situación país, yo te podría decir que ahora todo está caro para el bolsillo del venezolano. Pero sí hay cosas económicas. Nosotros vendemos en Bs 14.500 cuatro tequeños”, indicó.
Dos aficionados observaban el menú de un local y coincidieron en lo alto de los precios: “Absurdamente caro. Todo va de Bs 40.000 a 50.000. Lo que está bien es la cerveza”, hizo la salvedad uno de ellos.
Un fanático de La Guaira, quien hace más de 17 años va al estadio, argumenta que los precios no están mal si se comparan con los de la calle: “Eso depende del bolsillo de cada quien. La gente que no tiene la posibilidad ahorita prefiere abandonar esto e invertir el dinero en otra cosa”, afirmó.
– Apuestan al fervor –
Juan Hernández, socio de Food Factory Truck y Food Factory CCS, se estrena esta temporada con el camión de comida “El Negro”. La empresa ofrecía servicios de catering y asistía a ferias gastronómicas para dar a conocer sus productos.
Ofrecen varios tipos de choripán –a Bs 25.000 cualquiera de ellos– en los que mezclan diversos sabores para lograr un sabor venezolano con un toque de otros países.
Su mesa estuvo llena a lo largo de la noche. Despacho tras despacho generaban buena sensación para los dueños. Hernández comentó que, más allá de hacer negocio, están buscando posicionar la marca esta temporada: “Le apostamos a eso. A la marca y a pasarla chévere”.
Algunos aficionados preguntaron si los precios de las comidas aumentarían con el avance del campeonato. “Tratamos de cubrir nuestro inventario, prepararnos con mucha antelación. Los proveedores con los que trabajamos nos mantienen los precios, lo que más nos varían son los de los vegetales, pero tampoco es algo significativo”, dijo Hernández.
Además, con un monto de alquiler que no va a variar, ya que está preestablecido en el contrato, Hernández concluye que es rentable tener un local en el estadio, pero se necesita planificar bien.
Gabriel Madrid llevó una nueva variedad de comida para esta temporada de la pelota criolla. Después de más de dos años esperando tener presencia en el estadio, su empresa, Ceviche Bar, ofrece distintos tipos de ceviches entre Bs 42.000 y Bs 45.000. “Aquí nos estamos estrenando para ver qué tal nos va, apostando por este país».
«Se dice que el ceviche no es un plato típico para el estadio o para un partido. Y la idea es esa, romper un poco los esquemas. Tenemos un público femenino muy seguidor porque la mujer se cuida y todo eso”, acotó Madrid.
Sin duda, Ceviche Bar trabaja con productos de costos elevados, por lo que los precios no se encuentran entre los más económicos de los locales. “Estamos viendo cómo lidiamos con la hiperinflación. Yo voy a tratar de mantener los precios, pero es una cuestión que se me puede escapar de las manos”, concluye.
Otra de las curiosidades de los puestos de comida es Maní con Todo, que además de este producto, ofrece donas, helados y refrescos.
El encargado de este local afronta con entusiasmo su primer año: “Nosotros somos optimistas. Hemos invertido bastante y tenemos fe en los muchachos que contratamos, que tienen ganas de trabajar y de hacerlo bien. Todo es motivación y entusiasmo, y bueno, yo creo en mi país”.