Economía

Hace 26 años el quiebre de la economía desató la ira en las calles

A 26 años de la revuelta popular conocida como el Caracazo, las enormes distorsiones económicas en materia fiscal, cambiaria y monetaria que llevaron al gobierno de Carlos Andrés Pérez a anunciar un paquete de ajuste que fue rechazado por la población son ahora peores.

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AVN | Francisco "Frasso" Solórzano

En la Venezuela de hoy hay muchas similitudes con el entorno económico de 1989 que dio paso al «sacudón».
«Tenemos algo parecido que entonces, pero los desequilibrios son más profundos», dice Pedro Palma, director de la firma Ecoanalítica, al referirse a las políticas introducidas por el gobierno Hugo Chávez y radicalizadas por Nicolás Maduro.
Existen grandes distorsiones con el agravante de que el aparato productivo no está operando a plenitud. «La producción está estancada, la escasez actual se explica en la destrucción del sector productivo, le han quitado empresas a sus dueños. Hasta hace poco los precios del petróleo daban para importar, pero ya no y como no hay para producir este año la inflación se proyecta en más de 100%», expresó Palma.
La inflación de 1988, año previo al anuncio de las medidas, fue de 35,5%, en tanto la de 2014 fue de 68,5% en medio de una economía en recesión.
Palma afirma que aunque haya parecidos, la situación no es la misma. «Pocos conocían del deterioro de la economía. Había una percepción de bonanza económica y de un consumo bastante alto. Las reservas internacionales se agotaron porque fueron utilizadas para financiar el gasto publico», dijo el economista, quien señala que hoy, la gente conoce de la crisis económica, padece los niveles de escasez y la elevada inflación y evalúa negativamente la gestión de gobierno.
«La escasez de hoy es peor que en 1989, pero el régimen reprime a su antojo y ello desmoviliza a la población», indica el economista Alexander Guerrero.
«La oposición de hoy no tiene bandera ni discurso y vive temerosa. El encarcelamiento de Antonio Ledezma, Leopoldo López y tantos otros, es una medida de defensa de la revolución. En el pasado, no se hizo nada de eso, por el contrario la movilización de la gente se hizo con colaboración de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, en manos de Acción Democrática», recuerda.
La devaluación del bolívar en 1983, conocida como el Viernes negro, condujo a una serie de políticas erradas que el gobierno de Pérez quiso corregir.
Pero CAP fue elegido presidente para un segundo período en diciembre de 1988 para que continuara la fiesta de su primer gobierno (1974-79). «Fue el creador de la primera gran bonanza y basó su campaña electoral en ello, en que volverían los buenos años», dice Palma.
Acudir al Fondo Monetario Internacional, aumentar el precio de la gasolina y de las tarifas de transporte público, en momentos en que la población no contaba con los recursos para asumir el impacto de las medidas, provocó desilusión y malestar en la gente que reaccionó airadamente con disturbios y saqueos en Caracas y Guarenas.
El último año de gobierno de Jaime Lusinchi en 1988, las tasas de interés estaban artificialmente bajas, se mantenía una ilusión de consumo, mientras las reservas internacionales financiaban el gasto público, recuerda Palma, quien indica que el déficit fiscal era de 9% del PIB.  Hoy se calcula en 20% del PIB.
Los desequilibrios eran tales que al asumir la presidencia, Pérez se propuso aplicar un programa que corrigiera las distorsiones.
Las medidas anunciadas fueron:
– Liberación de las tasas de interés.
– Liberación del control de cambio.
– Liberación de precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
– Aumento de las tarifas de servicios públicos como luz, agua, teléfono y gasolina.
– Reducción del déficit fiscal hasta un máximo de 4%.
– Congelación de cargos de la administración pública.
El paquete iría acompañado de las siguiente medidas sociales:
– Subsidios directos a los productos de la cesta básica.
– Programa de becas alimentarias para miles de estudiantes.
– Instalación de 42.000 hogares de cuidado diario.
– Plan de consolidación de barrios.
– Política de apoyo a microempresas.
– Consolidación de los ambulatorios de salud.
– Creación de la Comisión Presidencial para la Lucha contra la Pobreza.
26 años después, Venezuela demanda medidas de ajustes similares a las propuestas por CAP que permitan mejorar el funcionamiento de la economía. Pero e gobierno de Maduro no ha mostrado voluntad para acometer los cambios para eliminar las distorsiones.
Presionado por el desplome de los precios del petróleo, incorporó recientemente una tasa de libre flotación para la compraventa de dólares, pero decidió mantener el sistema con dos tipos de cambio fijos y subsidiados.
El gobierno promete incrementar próximamente el precio de la gasolina congelado desde 1997 y abonó el terreno aumentando 20% las tarifas del transporte urbano, a partir de este 1° de marzo.
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