Juan Pablo Olalquiaga, acompañado de representantes de las cámaras de industriales de los estados Carabobo, Aragua, Miranda y Lara, manifestó que las divisas que se utilizaban tradicionalmente para importar insumos y materias primas para elaborar productos, en este momento se usan para traer productos terminados.
«La industria nacional se está apagando. Mientras no haya materia prima disponible en planta no habrá trabajo ni se producirá en Venezuela y los consumidores seguirán sacrificándose en colas, con el temor de no saber si conseguirán lo que necesitan y de si podrán pagarlo”, indicó.
En rueda de prensa ofrecida desde Valencia, Olalquiaga señaló que muchos de los productos que elabora la industria venezolana se venden, por obligación gubernamental, a precios que hacen imposible aumentar sueldos y beneficios. “Por el contrario, la caída de la producción nos hace ver a diario, trabajadores que se devuelven a sus casas con salario básico, sin bonos de producción y sin una mínima expectativa de que este problema se pueda resolver en los próximos días, semanas o tal vez meses”.
Representantes de Conindustria y las cámaras de industriales del Carabobo, Aragua, Miranda y Lara, hicieron un llamado a los trabajadores del sector manufacturero para que apoyen los 5 puntos que desde este sector han planteado al gobierno y que permitiría reactivar de inmediato la producción.
Esta propuesta incluye la cancelación de la deuda a proveedores extranjeros para lo cual se pueden utilizar herramientas del mercado financiero; flexibilización del mercado cambiario mediante la creación de un mercado alterno de divisas legal, transparente y libre; adecuación y flexibilización del control de precios acompañado de subsidios de forma directa; recuperación de la capacidad productiva del sector industrial en manos de la administración pública con el apoyo e integración del sector privado; y el regreso de la Ley de Ciencia y Tecnología a su espíritu original.
“En términos generales, cuando vemos las cifras de la encuesta de Coyuntura, los niveles de producción estaban entre 40% y 50%, pero eso varía por sector”, dijo el presidente de Conindustria. “Hay muchos ejemplos de estas paralizaciones en la producción de galletas; untables y salsas; jugos, maltas y refrescos; atún y sardinas, quesos nacionales, alimentos para mascotas, empaques para productos lácteos como latas, laminados, cartón para UHT y empaques al vacío; pastas y cereales; colados y compotas. Situación similar se vive en la industria automotriz, donde las ensambladoras han trabajado apenas a 20% de su capacidad anual”, enumeró.