Agregó que el consejo de gobierno del BCE tiene «la determinación, la voluntad y la capacidad… para actuar y poner en marcha estos instrumentos».
Draghi emitió sus declaraciones el viernes durante una sesión de preguntas y respuestas en el Foro Económico de Davos, en Suiza.
Un día antes, el BCE mantuvo invariable sus principales tasas de interés y la compra de bonos como estímulo económico, pero señaló que buscaría mayores medidas de fomento en su próxima reunión del 10 de marzo.
La inflación anual alcanza apenas 0,2% en los 19 países que utilizan el euro como moneda y está muy por debajo de la meta del banco de poco menos de 2%, considerada el mejor nivel para un crecimiento sustentable y la generación de empleos.
Draghi se abstuvo de precisar cuáles instrumentos podrían ser utilizados.
En su reunión del 3 de diciembre, el banco amplió en seis meses hasta marzo de 2017 sus compras mensuales de bonos por 60.000 millones de euros.
Las compras estimulan la economía, en teoría, al colocar dinero nuevo en el sistema financiero con la expectativa de que los bancos lo pongan en circulación como préstamos.
El banco central también redujo la tasa de interés a los depósitos de bancos comerciales a menos 0,3% desde menos 0,2%, medida que penaliza a las instituciones de crédito por acumular capital en lugar de prestarlo.
El banco central también ofrece crédito barato e ilimitado a los bancos.
La economía europea crece modestamente y registra un alto desempleo de 10,5% aunque está en descenso.
Sin embargo, la fuerte caída del precio del crudo ha socavado los esfuerzos del BCE para incrementar la inflación.