Decreto de Emergencia Económica va en contra de medidas necesarias
El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, acompañado de representantes de las cámaras regionales, denunció la crítica situación del sector productivo nacional.
El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, acompañado de representantes de las cámaras regionales, denunció la crítica situación del sector productivo nacional.
Indicó que haber resucitado el Decreto de Emergencia Económica va «en sentido contrario» a las medidas que se necesitan para recuperar la producción nacional. El sector considera que las premisas del decreto económico, basado en la teoría de una «guerra económica» no son ciertas.
«Se ha venido desindustrializando el país desde 2004», expresó. Indicó que el problema no deriva únicamente de la caída de los precios del petróleo. «El problema de fondo es que el país no está produciendo lo suficiente para atender las necesidades de los venezolanos», dijo.
Aseveró que la deuda de las industrias con sus proveedores continúa en $12.000 millones porque se ha liquidado «muy poco» para cancelar los compromisos. «Si acaso han habido liquidaciones han sido muy puntuales (…). No entendemos por qué (las reservas) han bajado con los ingresos que tuvimos en los últimos 10 años».
Señaló que el país no requiere importar productos terminados sino materias primas. «Las medidas tienen que privilegiar la producción nacional».
Se refirió a las posibilidades de nuevas expropiaciones, que surgen con el decreto, e indicó que hay suficiente evidencia de que los resultados de las nacionalizaciones no han sido positivos, pues se han vuelto menos eficientes que las privadas.
Listó las dificultades que existen por cada sector. Precisó que 60% de los medicamentos que se consumen en Venezuela son importados, cuando antes 70% se manufacturaban el país. En el sector farmacético se pasó de 17.000 puestos de trabajo a 9.000.
En cuanto al sector metalmecánico, las trabas recaen en la insuficiencia de acero líquido y las pocas obras de infraestructura que demandan de los productos de esta industria.
El ramo del vidrio también enfrenta problemas de materia prima. La de artes gráficas carece de papel, que se adquiere a través del Estado, y tampoco cuenta con las tintas y pegas necesarias.
El sector de autopartes está trabajando por debajo de 30% de su capacidad, lo cual calificó de lamentable porque esta industria tiene la capacidad instalada para exportar.
El sector de envases no consigue la hojalata ni el polietileno necesario para mantener el nivel productivo de la industria.
La industria química esta trabajando entre 30% y 50% de su capacidad, también por falta de materia prima.
Incluso el sector licorero se ha visto afectado por la enorme carga tributaria y la escasez de melaza para la elaboración del ron.
«Hemos planteado propuestas al gobierno para resolver esta crisis y hemos recibido de vuelta bofetadas. Se nos ha tildado de ladrones», sostuvo.
Dijo que no se ha encontrado en el Ejecutivo la capacidad de entender la complejidad de la economía para corregir las distorsiones. «También es falta de disposición a tomar las acciones», expresó.
Entre las medidas que se requieren para estimular la economía, Olalquiaga mencionó la necesidad de pagar a los proveedores internacionales a través de la titularización de la deuda; legalizar el mercado paralelo de divisas para poder traer la materia prima de forma inmediata y que pueda transferir los costos reales a los precios de los productos; privatizar empresas públicas; y rescatar la tecnología que se ha venido perdiendo los últimos años.
Al ser consultado sobre la afectación de los cortes eléctricos sobre la industria, señaló que «no afecta más porque no hay producción. Nuestro principal problema es la falta de materia prima».
Añadió que el sector padece de nóminas abultadas en proporción con la productividad. No obstante, «se ha venido disminuyendo de forma natural la plantilla de trabajadores directos como consecuencia del cierre de empresas».