Economía

Se requieren entre 4 y 5 años de exportaciones para cubrir la deuda externa

El economista Ricardo Villasmil señaló que las medidas que se tomen para enfrentar a la situación económica deben constituir los andamios de un nuevo modelo, y no simplemente paliativos para atender la crisis que después tengan que revertirse.

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Foto: Cortesía

Buscar estrategias para elevar la disponibilidad de divisas es una prioridad dentro de un plan para equilibrar nuevamente la economía. El shock externo de los precios del petróleo, agravado por años de distorsiones, hace que las soluciones que se requieren para volver a la senda del crecimiento deban ser profundas y estructurales.

Durante su presentación en la 72° Asamblea Anual de Fedecámaras, el experto señaló que el actual modelo de gobierno crea un ciudadano sumiso, está orientado a repartir riquezas y crea condiciones que, paradójicamente, benefician a los que más tienen.

«Tropezamos dos veces con la misma piedra. Este último boom de precios petroleros se parece mucho al de los años 70. Caímos en políticas similares que nos dejaron mal preparados para la corrección de mercados que siempre se da y caen los precios del petróleo», indicó.

En el reciente periodo de bonanza, los altos precios del petróleo se volvieron a combinar con el abaratamiento de las importaciones y la apreciación del tipo de cambio. Se vuelve costoso producir en el país. «Cuando esto se acaba ya no hay forma de mantener las importaciones», dijo.

Al mismo tiempo, se expandió el gasto, incurriendo en un mayor endeudamiento externo e interno, a través de la emisión de dinero del Banco Central de Venezuela. El crecimiento de la deuda dejó al país en una posición muy vulnerable, sostuvo. «Los demás países exportadores sí aprendieron la lección de los años 70 y empezaron a ahorrar en la época de vacas gordas», indicó.

Explicó que los cronogramas de pago de deuda están muy concentrados en los años 2016-2020. En los próximos cuatro años el país debe pagar alrededor de $40 mil millones en compromisos externos.

Destacó que en el año 2006, los compromisos externos se cubrían con 5 meses de exportaciones, pero ahora para esto se requieren entre 4 y 5 años de ingresos.

«Por eso no nos quieren prestar, somos un país con muy poca capacidad de pago», dijo, refiriéndose a los mercados internacionales.

Ante la situación, para generar ingresos extra, el gobierno ha optado por medidas como liquidar las reservas internacionales, los recursos del Fonden (al cual le quedan unos $700 millones, según Villasmil) y algunas cuentas por cobrar, como las de Petrocaribe, con la desventaja de que son deudas de muy difícil recuperación. Los cálculos de Villasmil detallan que 84% de esta deuda por convenios energéticos se concentra en Cuba, seguida por Nicaragua y Haití. 

Estas opciones, aunque sirvieron para cerrar el déficit de la balanza de pagos en 2015, no podrán ser reutilizadas este año.

El economista explicó que en 2016 lo que se está viendo es que, con la proyección precios del crudo en alrededor de $30 el barril, los ingresos del año se calculan en unos $23,1 mil millones. Con este monto, si se hacen las mismas importaciones que en 2015, el déficit sería de $27 mil milllones, y crece a $38,2 mil millones si se suma el pago de deuda externa. Es una brecha muy amplia como para llenarse raspando la olla con estrategias repetidas.

Esta escasez de dólares también deja pocas alternativas para transformar el esquema cambiario, debido a que el BCV no cuenta con un soporte en divisas para permitir una flotación sucia del tipo de cambio.

– ¿2017? –

Villasmil estima que se cierre el año 2016 con una contracción de 40%-50% en las importaciones, una caída de 15% del PIB y una inflación de 700%. El déficit fiscal se calcula que termine en 15%, con 12 puntos financiados por emisión monetaria. La deuda, según el experto, ascendería a 100% del PIB calculado al nuevo tipo de cambio.

En este sentido, en 2017 se esperan condiciones de gobernabilidad difíciles, profundización de la falta de insumos y aunque se dará una ligera alza de los precios del petróleo, no servirá para sacar al país de la crisis. También se prevén mayores atrasos en los pagos a proveedores del sector público.

Para el economista, es necesario alcanzar acuerdos políticos y sociales y tomar algunas medidas de arranque, como levantamiento de algunos controles de precios. También enfatizó en la importancia de implementar programas de asistencia a las poblaciones más vulnerables.

En una segunda fase de medidas de recuperación, identifica como vital la negociación de un plan económico. «Esto no puede ser un grupo de técnicos negociando a puertas cerradas. Tiene que ser producto de un gran acuerdo nacional», expresó.

– Un poco de filosofía –

Luis Alejandro Caraballo, profesor e investigador de la Universidad de Los Andes, indicó que el cambio económico es una constante histórica del país.

«Con el cacao surge el empresariado venezolano», señaló durante su ponencia Desafíos del presente  en el marco de la 72° Asamblea Anual de Fedecámaras. Posteriormente, dijo, nació el cultivo del café como producto de un aumento en la demanda mundial de bebidas aromáticas. «Una demanda externa nos hizo cambiar la economía», dijo.

Explicó que, a pesar del gran esfuerzo productivo, Venezuela no pudo despegar del atraso durante el siglo XIX. Culpó de esto a las guerras civiles y el caudillismo. Pero al inicio del siglo XX, gracias a la revolución industrial, el país se inserta en un cambio económico. Con ello vino la explotación petrolera.

«Gracias a esos geólogos extranjeros que vinieron, al capital extranjero, logramos construir la economía que tenemos (…). Lo único que pusimos fue la sustancia y la mano de obra», señaló.

«Somos un país acostumbrado al cambio económico, y cada cambio económico viene con una transformación política», añadió. 

El investigador no ve al petróleo como una maldición, sino como lo que nos introdujo a la modernidad y al desarrollo. «El Estado venezolano es una hechura de dos fuerzas políticas: de las fuerzas armadas y los partidos políticos; dictadura y democracia», expresó.

Señaló la importancia de analizar la evolución del Estado venezolano: ¿por qué es centralista? ¿Por qué es burocrático? ¿Por qué tomaron para sí funciones que debían ser delegadas al sector privado? Esta conducta, aseveró, se traduce en la política económica de estos últimos 16 años.

En este sentido, reiteró la necesidad de que el empresariado local prepare las bases filosóficas del cambio económico que se avecina con el político. «El liberalismo económico no es extraño a la naturaleza del desarrollo de la economía venezolana. Solo la arrogancia gubernamental de la era democrática establecía que el proyecto de la nación es función de un partido que gane las elecciones», sostuvo.

Advirtió que la gran tarea es pensar sobre cómo ha de ser la economía y el Estado que se debe crear. «Ese es el compromiso», dijo. Así, instó a los empresarios a dejar de lado el petróleo, cosa que ya se inició en Arabia Saudita con los planes de diversificación.

«El petróleo ya no da para más, tenemos que crear una economía productiva y de mercado. Ya no podemos ser temerosos», expresó.

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