Economía

Productores de papas cultivan caraotas y fresas por falta de semilla

Los productores de papa de la región andina y el centro del país no han tenido alternativa: tras años sin recibir semillas de calidad (importadas), se han visto en la necesidad de cambiar de rubro, y mientras algunos han echado mano de un cultivo tan disímil como la fresa, otros han utilizado sus tierras para cultivar caraotas y tubérculos que nada tienen que ver con su área de experticia.

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Foto: Pixabay

“Desde hace dos años no llega semilla importada a Táchira y Trujillo, y por eso muchos productores tuvieron que cambiar de rubro”, afirma Gerson Pabón, productor de papa en Táchira, quien estima que la superficie sembrada en la región andina –donde se produce más de 50% de la cosecha de este tubérculo- se ha reducido 75%.

Fresas, hortalizas verdes y caraotas son algunos de los rubros a los que se están viendo obligados a migrar los productores de papa, lo que ha provocado la disminución en la oferta y, obviamente, el aumento de precio del tubérculo. “En la zona de Cabimbú, Trujillo, prácticamente todos los productores están sembrando fresas para evitar la quiebra”, dijo el también director de Fedeagro.

Recordó que desde 2011 el gobierno nacional asumió la compra de semilla importada proveniente de Canadá –la de mejor calidad-, pero debido a problemas presupuestarios desde el 2014 los cargamentos de semilla han sido insuficientes, por lo que los organismos del Estado solo ofrecen semillas nacionales de segunda y tercera generación.

“Nos ofrecieron semillas nacionales de segunda generación cuyo rendimiento es muy bajo, por lo que muchos productores desistimos del crédito ofrecido por el Fondas (Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista)”, dijo Aldemaro Ortega, vocero de los productores de la zona alta de Carabobo, quien ratifica lo informado por Pabón.

Según explicó Ortega, el rendimiento por hectárea con semilla importada es de aproximadamente unos 17.000 kilos, mientras que la semilla nacional apenas produce unos 3.500 kilos por hectárea. “Es un rendimiento muy bajo que nos afecta directamente”, dijo.

De allí que la siembra de papa en los cuatro municipios con vocación en el estado Carabobo haya caído 50% en el actual ciclo, por lo muchos productores se han dirigido a otros cultivos, específicamente caraotas, el mejor rubro dadas las condiciones climáticas y de temperatura de la zona.

“Ya hay unas 200 hectáreas sembradas y se espera que para fin de año llegue a 400 hectáreas”, dijo, explicando que la cosecha se da en apenas 65 días y con rendimientos de 1.300 kilos por hectárea que pueden representar cerca de un millón de bolívares en ganancia neta.

Siendo los valles altos de Carabobo la principal zona productora de papa de uso industrial, Ortega dijo que esto tendrá serias consecuencias para este sector de la economía, y apuntó que la principal empresa del ramo comenzará a importar semillas con recursos propios y a dólar libre, por lo que estima un alza considerable en el costo de producción.

No obstante, dijo que el arribo será insuficiente, pues de las 80.000 toneladas de semilla que normalmente se importaba, solo se planea traer 25.000 toneladas.

Pabón y Ortega piden al gobierno retomar la importación de semilla, pues de los contrario la cosecha del próximo año será aun menor.

Sube y baja

Aunque la situación ha traído como consecuencia una reducción de la oferta de papa y el consecuente aumento de precio de este importante tubérculo en la dieta venezolana, también es cierto que el cambio de rubro ha beneficiado el suministro de leguminosa al mercado, un producto más que escaso en los últimos meses.

Ello explica en parte la presencia de una mayor cantidad de caraotas, en especial entre los llamados ‘ferieros’, vendedores que llegan directamente desde la región andina a ofrecer sus productos en las distintas ciudades del país, y ofrecen el producto hasta 55% por debajo del precio del producto empacado.

En efecto, en estos puestos la caraota roja o negra se expende en Bs 3.000 el kilo, mientras que el grano empacado se vende en los supermercados a un promedio de Bs 3.600 el medio kilo.

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