Francisco de Miranda, Negro Primero, Guaicaipuro, Luisa Cáceres de Arismendi, Simón Rodríguez y Simón Bolívar repiten sus imágenes en los nuevos billetes que saldrán en circulación entre la segunda quincena de diciembre y hasta febrero. La imagen fue publicada en la mañana de este miércoles por el semanario Quinto Día y confirma que no se utilizarían nuevas imágenes para las notas.
Se pudo conocer, además, que la primera remesa de billetes (Bs 500 y Bs 5.000) consistirá en aproximadamente 43 millones de piezas repartidas entre ambas denominaciones. Con la necesidad de readecuar la programación de los cajeros automáticos, los nuevos billetes saldrán a la calle a través de las taquillas de las instituciones financieras. El grueso de las notas (40 millones) serán del billete de Bs 500, que estaría en circulación en la segunda quincena del mes de diciembre.
Es, además, la primera vez en la historia de la numismática venezolana que se reutilizan todos los billetes de una serie, en este caso la de 2007, primera y única desde la reconversión monetaria; para denominaciones mayores. No se pudo conocer por qué los otros dos billetes que fueron presentados a consideración en el diseño original (Antonio José de Sucre y Rafael María Baralt) no fueron tomados en consideración.
Pese a que se desconoce cómo serán las monedas, el pasado domingo 4 de diciembre el Banco Central anunció a través de un comunicado que circularán piezas de Bs 10, Bs 50 y Bs 100.
En los últimos días se sumó un nuevo fenómeno a la fuerte escasez que viven los venezolanos: la falta de efectivo en los cajeros automáticos y oficinas de atención al público, hecho que según la Asociación Bancaria de Venezuela es consecuencia del proceso de introducción de la nueva gama de billetes de más alta denominación que, aunque muchos economistas sostienen que es necesaria la medida parece llegar un poco tarde por la inflación que asfixia la economía venezolana: en torno a 500% en promedio este 2016.
Con una inflación que coloca a Venezuela con la variación de precios más alta del mundo, es evidente que la política monetaria anunciada por el régimen chavista el 30 de diciembre de 2007, el llamado “bolívar fuerte”, ha sido un rotundo fracaso. El mejor ejemplo está en la reconversión de la moneda, una estrategia que ocho años después solo ha servido para ratificar que se trató de un cambio inocuo que no resolvió los problemas del país.