Después del tercer y más duro año de lo que ahora califica como una depresión total, Venezuela ha perdido cerca de una quinta parte de su producción. Un gobierno con un gasto desbordado quedó malherido por el colapso de los precios del petróleo en 2014, al drenar los dólares de la economía, dejando muchos productos básicos en escasez y empujando la inflación a triplicar los dígitos.
A medida que los economistas tratan de determinar las cifras, los historiadores luchan por encontrar paralelos para tal caída, al menos desde la era republicana.
«Se podría decir que se trata de una economía en tiempos de guerra», dijo José Manuel Puente, economista del Instituto de Estudios Avanzados en Administración en Caracas. «Pero este año los números de Venezuela son peores que las economías en guerra», afirmó a la agencia Bloomberg.
Sin duda, ha habido peores resultados en esta década: Siria y Libia vieron que sus economías se contraían cerca de la mitad en medio de las guerras civiles, según el Fondo Monetario Internacional. Pero en 2016, Venezuela estaba sola. El presidente Nicolás Maduro pareció reconocerlo en uno de sus primeros discursos públicos del nuevo año.
«2016 fue el año más duro, largo y difícil que hemos conocido», dijo Maduro el lunes.
Pero hay que retroceder mucho más allá de la memoria viva, según el historiador Tomas Straka. «En términos de fenómenos como la emigración masiva, el hambre y el abandono de hogares, esto sólo es comparable con la Guerra de la Independencia«, dijo Straka, quien enseña en la Universidad Católica Andrés Bello, una escuela que lleva el nombre de un contemporáneo del libertador Simón Bolívar.
– Todo va hacia abajo –
Por supuesto, la devastación actual es en una escala más pequeña. Un montón de venezolanos ha huido del país y muchos que se quedaron atrás, tienen hambre.
En la panadería que dirige en el este de Caracas, Douglas Palencia, de 40 años, dice que produce casi la mitad de los panes que en 2014. La escasez de trigo es su mayor problema, pero otros ingredientes a veces se agotan. «Todos los días sentimos que estamos perdiendo algo más», dijo. «Estamos cortando constantemente. Todo se reduce: cantidad y calidad».
Cualesquiera que sean las dificultades para medir el declive de Venezuela, pocos economistas piensan que ha terminado. La economía se encaminará a reducir otro 2,4% en 2017, de acuerdo con el pronóstico promedio en una encuesta de Bloomberg. El FMI dice un 4,5%.
«La escasez va a ser tan mala o peor», dijo Puente. «Y ese es el escenario optimista».
Para leer el reporte completo de Bloomberg.
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