«Es difícil exagerar la extensión de la ruptura en la economía venezolana», apuntó Obstfeld en una conferencia de prensa, para añadir que resulta «difícil de discutir porque está en un estado de colapso».
El FMI presentó este lunes la actualización de sus previsiones sobre el desempeño de la economía global este año y añadió en su nota que Venezuela experimentaba un «colapso de actividad», pero sin indicar la magnitud del retroceso.
El funcionario del Fondo, sin embargo, admitió que las previsiones de la entidad crediticia sobre Venezuela «deben ser tomadas con advertencias». «No tenemos relaciones con ellos en más de una década sobre sus políticas económicas», explicó.
En las previsiones que había distribuido en abril, el FMI ya había previsto para este año una caída del 15% en el PIB de Venezuela, y una hiperinflación de casi 14.000%. Para 2019, el FMI había previsto una caída del PIB del 6%.
De confirmarse ese escenario, la economía del país petrolero sudamericano experimentaría una contracción de casi el 50% en los últimos seis años.
Este lunes, Obstfeld apuntó que prevén «en los próximos años una contracción de dos dígitos» en el PIB de Venezuela, sumada a una hiperinflación que se equipararía «solamente a la de Zimbabwe» y el período entre las dos Guerras Mundiales.
El funcionario además apuntó que la situación económica en Venezuela representa una presión adicional a los países vecinos por la migración.
«Como en otras partes del mundo, hay aquí un desafío enorme para absorber a esos migrantes. Por supuesto, no hay aquí un problema de idioma, pero tendrán que ser asimilados», apuntó.
En su informe de este lunes, el FMI mantuvo sin cambios su previsión de un crecimiento global de 3,9% este año, pero rebajó sensiblemente, de 2,0% a 1,6%, su expectativa para América Latina y el Caribe.