La acción anunciada la noche del miércoles por el presidente Nicolás Maduro se unió a la del fallecido mandatario Hugo Chávez, quien en 2008 vio nacer el bolívar Fuerte, cono que para ese momento apartaba de la vieja moneda tres ceros ante la fuerte inflación que para ese momento azotaba a Venezuela.
Así, en 11 años el país transitó por dos acciones que acabaron con ocho ceros, situación que obligará al Ejecutivo a realizar ajustes para que el mes próximo circule la nueva moneda, la cual tendrá anclaje al petro, la criptomoneda criolla impulsada por Maduro para esquivar las sanciones financieras de Washington.
Con una hiperinflación que podría ubicarse en 1.000.000%, según un estudio del Fondo Monetario Internacional, Venezuela transita una de las mayores crisis de la historia en el sector que la coloca al lado de otras dos naciones de la región. Esos países tomaron las medidas monetarias sin las soluciones deseadas.
Argentina contó con el caso más severo. En 1983, la nación dio paso al peso argentino, moneda que llegó con cuatro ceros menos que su antecesora; sin embargo, las fallas del sistema económico poco aguantaron un caos histórico, el cual reveló solo dos años después al Austral, con tres ceros menos que el elemento previo.
Este se sostuvo un tiempo más, pero las bases de la economía nacional no pudieron y nuevamente cuatro ceros se vieron suprimidos con la llegada en 1992 del peso Convertible.
Brasil fue otro de los países claramente afectados.
En un periodo similar al de Argentina, las grietas en un sistema en donde el cruzeiro se vio inhabilitado al presentarse el Cruzado (1986), eliminando tres ceros en comparación con la antigua moneda. Pero su valor se depreció con el pasar del tiempo, lo que llevó al gobierno a utilizar al Nueva Cruzado en 1989, otra vez con tres ceros sacrificados.
No obstante, la solución no dio en el clavo, quedándose en el camino y viéndose eclipsada por el Cruceiro Real, moneda que arribó en 1993 y que también dio por acabados con tres ceros, totalizando nueve en apenas siete años.
Pese a que las acciones de estos dos países contaron con más movimientos a su moneda, la hiperinflación no llegó a cifras tan altas como las que hoy padece Venezuela. Argentina tuvo su pico en 1989, con un porcentaje que se elevó al 3.079%, mientras que Brasil no pasó del 2.751 de 1990.
Mientras, aún con más preguntas que respuestas, la economía venezolana, según datos de la Asamblea Nacional, mira marchar 2018 con una hiperinflación de 4.684,3%.