“Hoy el kilo de pollo cuesta Bs. 24.500, mañana el precio será Bs. 26.000. Un pollo de dos kilos y medio cuesta hoy Bs. 61.500 y para mañana costará Bs. 65.000. Hemos decidido colocar dos listas de precios para informar a los usuarios los incrementos de precios que tenemos cada día. Los comerciantes tenemos que ajustar según nos ajusten los mayoristas, no podemos trabajar para perder”.
Esta explicación la proporcionó a El Estímulo una de las comerciantes que trabaja en el mercado de Quinta crespo, quien asimismo señaló que tanto el pollo entero como el despresado varía de precio cada vez que reciben mercancía.
Igualmente, los vendedores de huevos indicaron que el cartón de 30 unidades tiene un costo de 38.000 bolívares y el medio cartón lo ofrecen en Bs. 19.000. Ahora también ofrecen presentaciones de 8,6, 4 y 2 unidades, ya que muchas veces los clientes ni disponen de suficiente dinero para comprar el cartón o el medio cartón.
“Los comerciantes también somos pueblo, todos los días conocemos las quejas de la gente, algunos nos insultan, nos amenazan con mandarnos la policía. Pero al final a nosotros también nos toca comprar la comida con los precios que impone la hiperinflación. Queremos mantener abierto nuestro negocio, pero no es nada fácil que cada vez que recibimos la mercancía, viene con aumentos “, dijo otro de los comerciantes de Quinta Crespo.
Los concesionarios señalan que llevan muchos años trabajando en estas instalaciones, pues son negocios familiares que pasan de generación en generación y llegan a conocer a sus clientes. Pero en los últimos dos años han visto como ya la gente ha dejado de hacer grandes mercados, compran menos y también comen menos.
Aseveran que en el caso de las verduras, frutas y hortalizas, los consumidores ya dejaron de comprar por kilos y ahora adquieren estos alimentos por unidades, como ocurre con las papas, cebollas, tomates y pepinos.
María Iturbe y Enrique Abreu son esposos, tienen 65 años y 67 años respectivamente, son jubilados y para su sustento mensual solo cuentan con Bs. 80.000, la suma de ambas pensiones, que invierten en su totalidad en la compra de comida.
“Mi pensión la gasto en medio cartón de huevos, un kilo de harina de maíz y lo que queda en queso. La pensión de mi esposo la invertimos en un kilo de arroz, un litro de aceite y un kilo de pasta. No podemos darnos el lujo de comprar pollo, carne o pescado, tampoco frutas. Cuando nuestro hijo puede ayudarnos compramos algunas verduras y hortalizas. Mi esposo es una persona enferma y los médicos le han recomendado una dieta balanceada, pero esa dieta solo quedó en el papel, pues nunca la pudimos cumplir y pocas veces podemos adquirir los medicamentos que le han recetado”, dijo María Iturbe.
El queso blanco duro, que solía ser uno de los productos más económicos, aumentó en una semana su costo de Bs. 14.000 a Bs 24.500.