Farmeo: la forma en que los venezolanos sobreviven jugando videojuegos
Los venezolanos han recurrido a cientos de formas de conseguir algún tipo de remuneración reflejada en moneda extranjera y una que practican algunos jóvenes es el farming
Los venezolanos han recurrido a cientos de formas de conseguir algún tipo de remuneración reflejada en moneda extranjera y una que practican algunos jóvenes es el farming
La crisis económica que vive Venezuela ha empujado a cientos de personas a trabajar en la informalidad. Los venezolanos que buscan resistir se han reinventado en miles de maneras para buscar algún ingreso más representativo que, al menos, alcance para comer.
Buhonería, «bachaqueo«, gestoría, son algunos de los principales trabajos informales que se han generado a lo largo de esta crisis que ya suma tres años en hiperinflación.
Estos trabajos no son los únicos. Los venezolanos también han recurrido a varias formas de conseguir algún tipo de remuneración reflejada en moneda extranjera y una que practican algunos jóvenes es el farming.
Este método para generar ingresos es conocido en la jerga de los gamers como farmeo, proveniente de la palabra en inglés farming (cultivar), que consiste en recolectar recompensas del propio juego para luego venderlas por dinero real.
Uno de los juegos más populares en Venezuela para el farmeo es conocido como Runescape.
Runescape es un videojuego de rol multijugador masivo en línea, en formato Java, desarrollado por la compañía Jagex Ltd. con sede en Reino Unido.
Runescape es un juego donde los usuarios crean su propio avatar e interactúan entre sí en tiempo real y ejecutan minijuegos para recibir una recompensa, que normalmente son monedas de oro.
Estas monedas de oro —recompensa de la plataforma— funcionan como créditos o puntos para adquirir mejoras y herramientas dentro del juego que permiten al jugador ir creciendo dentro de la plataforma.
La dificultad del juego para conseguir esta recompensa radica principalmente en el tiempo que un jugador le dedica al farmeo. Mientras más juegue una persona, más monedas podrá obtener. Sin embargo, para generar una cantidad representativa de estos créditos, el usuario debe dedicarle una cantidad importante de horas al día.
José Rodríguez, de 23 años, nombre ficticio pues solicitó protección de su identidad para este trabajo, explicó que él mismo ha llegado a dedicarle entre 8 y 10 horas diarias al juego para tener monedas que posteriormente pueda vender.
En varios países, Estados Unidos entre ellos, existe una demanda de jugadores dispuestos a pagar dinero real para obtener estas monedas sin tener que invertir tanto tiempo en el juego. Esta variante generó una especie de mercado negro donde jugadores de distintos países le pagan a otros para tener las monedas y otros ítems que estos han ganado jugando.
Con el recrudecimiento de la crisis, este mercado ganó popularidad en Venezuela: el dinero que pagan otros jugadores por las recompensas del juego es mucho más representativo que el que puede percibir un venezolano en un trabajo formal ganando un sueldo mínimo que es de apenas de tres dólares al mes.
Rodríguez ya tiene aproximadamente dos años viviendo de los ingresos que saca del juego. En un principio compartía el tiempo entre un trabajo formal que poco le abastecía para luego terminar dedicándose de lleno al juego.
El jugador relata que los ingresos no son los más altos pero que le resulta económicamente mejor que trabajar en algún tipo de empresa.
Por otro lado, el farmeo en este juego tiene cierta dificultad: no es fácil producir mucho si el jugador es novato, cuenta Rodríguez. Además, los creadores del juego penalizan el intercambio de créditos dentro de la plataforma.
En primer lugar, producir una cantidad de dinero representativa toma tiempo, señala Rodríguez.
«Normalmente los primeros meses no ganas mucho, tardas un rato en aprender a jugar. Al tiempo es que le agarras la caída y empiezas a implementar tus propias estrategias», sentencia.
Luego está la posibilidad de ser «baneado«, o bloqueado, por movimientos atípicos que pueden hacer a los administradores determinar que una cuenta se está usando para el farmeo, o más específicamente, para el «comercio de oro«.
Rodríguez explica que los usuarios que se dedican a esto están preparados para un posible ban en cualquier momento. Las herramientas que tiene el juego para detectar anomalías en el uso de la cuenta son bastante precisas.
Esto hace que los jugadores tengan hasta una y dos cuentas de respaldo además de la principal. La idea es que estos avatares de reserva estén listos para producir en tanto se ejecute un baneo de la cuenta principal.
Para hacer el cambio de créditos por dinero real, los jugadores deben encontrarse en un punto dentro del juego y hacer un intercambio de ítems, que en este caso sería de monedas de oro.
Previamente, para vender las monedas, los jugadores pueden ingresar en las distintas páginas que hay para el comercio de oro y acordar con el comprador una tasa y punto de encuentro dentro del juego.
En Venezuela normalmente los cambios se hacen a bolívares. Rodríguez comenta que las ofertas en dólares son escasas en este rubro. Sin embargo, se pueden conseguir.
Para vender las monedas de oro también aplican ciertas condiciones. La más importante es que no se puede vender cualquier cantidad de créditos del juego. Hay un mínimo que normalmente ronda los 10 millones de monedas y mientras más grande es el monto mejor es la tasa a pagar.
Según Rodríguez, esta cantidad puede alcanzarse en dos días dependiendo de la cantidad de horas que un usuario le dedique a la plataforma y de su experiencia en ella.
Para el momento de esta redacción, la página Runescapetoday ofrecía aproximadamente $o,5 en bolívares por cada millón de monedas de oro del juego.
Un usuario activo como Rodríguez puede recolectar en una quincena aproximadamente unas 150 millones de monedas de oro, dependiendo de su experiencia y del tiempo que le dedique.
En ganancias esto se traduce en unos $65 quincenal, que al mes serían unos $130, 43 veces más de lo que representa un sueldo mínimo en Venezuela.
El intercambio a través de estas páginas se acuerda por una ventana de chat con la que el usuario habla directamente con el comprador. Una vez acordada la cantidad de créditos a vender, el jugador facilita los datos bancarios y el pago se hace vía transferencia.
Entre los riesgos de hacer esto, Rodríguez explica que no es recomendable vender las monedas de oro tan seguido ya que estos movimientos podrían generar una alerta en el juego y, como consecuencia, podría traer el cierre de la cuenta.
El farming no es una práctica inventada en Venezuela. En otros países también se da tanto con Runescape como con otros videojuegos.
Sin embargo, la delicada situación económica hace que el farming sea una actividad de mayor práctica en el país.
En Venezuela, Runescape es uno de los tres juegos más populares para el farming junto con Tibia y World Of Warcraft. Sin embargo, Rodríguez explica que la diferencia principal es que estos últimos no penalizan el farming, lo cual implica una ventaja para sus usuarios.