Entrevista

Aunque cueste creerlo, 2024 es el mejor año desde 2016, explica Alejandro Grisanti

Economista Alejandro Grisanti, uno de los socios de la consultora Ecoanalítica, desgrana en esta entrevista cuáles son sus razones objetivas para decir que estamos menos mal que en 2023. Precios y consumo dan algunas claves.

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Inflación en Venezuela en 2024 lejos de 2018

El economista Alejandro Grisanti, especializado en temas energéticos y de mercados de deuda  financiera, señala que es importante no politizar el análisis, para ofrecer sus apreciaciones de cara a un 2024 que ya pinta bien complejo y comienza a tomar calor en febrero, mes tradicionalmente acontecido.

Es un año electoral y hay muchos factores que alimentan la incertidumbre, pero en la economía, en comparación con el pasado reciente, hay indicadores clave de una leve mejoría, lejos de ser suficiente, pero mejoría al fin. Es la conclusión que uno saca después de esta conversación remota.

Pero más allá de los mercados financieros, de las empresas, del escenario político y geopolítico, cómo está impactando hoy la situación de la economía en la vida de la gente común en Venezuela?

“Yo creo que el 2024 va a ser un año mejor que el 2023 y posiblemente va a ser el mejor año de los últimos ocho o 10 años”.

“Lo que estamos viendo es que este va a ser el año con menor inflación, va a ser el año con mayor tasa de crecimiento y desde 2016 de mejor poder adquisitivo. Yo no estoy hablando de política, yo estoy hablando de números, de economía y de capacidad de compra. Uno no puede y no debe politizar el análisis: el 2024 va a ser el mejor año de los últimos ocho o nueve años medido en reposición de capacidad de compra”.

Alejandro Grisanti, economista, socio de Ecoanalítica

Por estos días escala la confrontación retórica entre altos personeros del gobierno de Nicolás Maduro y del gobierno de Joe Biden; está sobre la mesa la posibilidad de que EEUU quite sus licencias a la estratégica industria petrolera venezolana; el chavismo esgrime nuevas demostraciones de fuerza con actos en la calle, mientras la candidata unitaria María Corina Machado sigue recorriendo Venezuela para reafirmar su postulación a unas presidenciales que a esta hora no tienen fecha definida.

Alejandro Grisanti y el escenario del 2024

En este contexto, ¿qué puede esperar el ciudadano común para los próximos meses y qué se espera de los grandes indicadores del desempeño económico, como inflación y Producto Interno Bruto (PIB), tipo de cambio, consumo y actividad industrial?

Grisanti se encontraba en Nueva York cuando conversó por teléfono con El Estímulo. Mantiene la prudencia de los buenos economistas y alude a estudios de campo de su firma Ecoanalítica para reforzar parte de sus conclusiones.

2024 más allá de los mercados

Por estos días también se han dado otro platanazo los precios de los bonos de la deudavenezolana –que pueden ser negociados en el mercado secundario- con lo que termina por ahora una recuperación vista desde octubre, cuando el gobierno de Joe Biden permitió otra vez las transacciones de estos papeles medianteuna licencia de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros).

Esta esta semana casi todos los bonos de deuda cayeron a entre 8% y 13%.

Losvolátiles bonos de deuda venezolana suelen cotizarse a nivel de papeles basura, un término del mercado especulativo que ilustra un alto nivel de riesgo, pero también la posibilidad de buenos márgenes de ganancias en caso de una recuperación…y grandes pérdidas en caso contrario.

Los bonos pues, son otro indicador de confianza de ciertos agentes económicos.

Los de Venezuela suelen estar en promedio entre 13% y 19% de su valor facial, aunque el más barato cae a 8% y el más caro, como el PDVSA 2020, emitidopor el gobierno de Maduro en 2016 poniendo como garantía la petrolera Citgo, filial de Pdvsa, ha llegado al 84%.

Pese a la fragilidad de los acuerdos de Barbados firmados entre el gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria, con auspicios del gobierno de Biden, algunos escenarios como los manejados públicamente por Ecoanalítica proyectaban a finales de 2023 un crecimiento en torno al 10% de la economía de Venezuela para este 2024, gracias a las licencias.

El escenario base preveía un crecimiento en torno al 4%.

Grisanti observa que es muy temprano para volver a sacar números, a pesar de las declaraciones que han ocurrido de bando y bando, por lo que hay quetener cautela en el análisis.

Pero la economía, observa, responde a una serie de factores en su conjunto y en el caso de Venezuela hoy el de las licencias es uno, pero no es el único.

Ya antes de las licencias de octubre había muestras de crecimiento de producción de petróleo por la previa flexibilización de las licencias a la petrolera estadounidense Chevron (vigentes desde ya hace un año) y las otorgadas a compañías petroleras europeas (como la española Reposl, la italiana ENI y la francesa Maurel).

“La primera impresión mía es que pareciera que algunas empresas van a poder seguir operando y por consiguiente produciendo”, dice.

Coincide con otros analistas en que no todavía se están viendo grandes flujos de inversión en el sector petrolero, precisamente porque existe esta incertidumbre.

Dicho sea de paso, este es un sector intensivo en capital y con proyectos de largo plazo de maduración.

“Sin embargo, con el sistema de flexibilización que ya tenías sí se le permite a las empresas petroleras hacer labores de mantenimiento, extraer y comercializar ese petróleo en los Estados Unidos, y eso todavía está presente”, como es el caso de la licencia a la estadounidense Chevron.

El cierre del año pasado la producción de petróleo de Venezuela, sumando la generación propia de Pdvsa y la de las empresas contratistas,fue de 797.000 barriles por día (bpd) , según los reportes directos del gobierno a sus socios de la OPEP, y de 745.000 bpd según las fuentes secundarias (lo que incluye a operadores del mercado de futuros, navieras, capitanías de puertos y armadores).

La pregunta es si se mantendrá en 2024 ese crecimiento de la producción en Venezuela.

“Nosotros veíamos un crecimiento moderado de alrededor de un 15% en el 2024. Y posiblemente disminuya (dentro del crecimiento) a algo más cercano a entre 8 y 10% (con respecto a 2023). Pero todavía vemos la posibilidad de un crecimiento entre 50 mil y 70 mil barriles por día (bpd) para este año.Es decir, que cerremos el año a niveles de 850 mil, a 875 mil barriles por día», señala Grisanti.

«Si bien Venezuela llegó a producir dos millones y medio de barriles en un pasado más lejano, es importante destacar que viene de producir 350 mil barriles por día en junio de 2020, por lo que ha habido un incremento importante en los últimos cuatro años», señala.

Según el Fondo Monetario Internacional, en Venezuela el PIB (valor de la suma total de riqueza en forma de bienes y servicios que produce una economía)llegará en 2024 a unos $97.000 millones, comparado con los apenas $57.000 millones contabilizados en 2021.

Otros analistas destacan que con ese PIB Venezuela sigue siendo una de las economía máspequeñas de América, por debajo de la de República Dominica, Panamá y Ecuador, por ejemplo.

Grisanti señala al respecto que una de las razones que explican el comportamiento sobre el papel del PIB medido en dólares en Venezuela es que las tasas de expansión o de caída reflejan la fuerte distorsión de precios, los impactos de las devaluaciones y de la fuerte inflación (e hiperinflación, si vamos un poco más atrás).

Apartando esas reservas, Grisanti habla de un crecimiento de entre 4% y 8%, dependiendo de si renuevan o no las licencias a la industria petrolera en abril.

“Pero esto reflejando que el tema de la licencia es un factor más dentro del cúmulo de cosas que estamos viendo en las empresas petroleras”, aclara.

Entre mejor o menos mal

Respecto a la situación general de las personas, Grisanti cita estudios recientes como los de Consultores 21 que revelan cierta reposición de la capacidad de compra.

“Por su puesto podría ser aún mejor, o menos malo si al final los gobiernos de Estados Unidos y de Venezuela llegan a un acuerdo y se mantienen las licencias”.

La última encuesta de Consultores 21, sobre el cuarto trimestre de 2023, revela que para el 35% de los consultados «La inflación, la economía» era el principal problema familiar. Aunque sigue dominando la lista, hay un menor predominio comparado con el cuarto trimestre de 2022, cuando la cifra era de 44%.

Para el 33% la inflación sigue siendo el principal problema del país.

“Pero claramente allí vamos a tener un venezolano este año que va a estar un poquito mejor o un poquito menos mal de lo que ha estado en los últimos tiempos, pues va a tener mayor capacidad de compra, vas a tener sectores que van a seguir creciendo como el sector alimentos y cuidado personal, que van muyligados a temas de consumo masivo”, como alimentos, «y eso es algo que se viene recomponiendo y hay que digerir y entender muy bien también a la hora de trazar escenarios políticos”, recalca.

Para algunos observadores, y hasta para las personas comunes que sufren la peor parte de la crisisvenezolana, puede ser difícil digerir y entender este tipo de señales. Pero es importantemanejar evidencias, datos concretos más que posiciones políticas, coincide.

Por otro lado, ¿cómo decirles a las personas que éste va a ser un año mejor año si se mantienen los problemas estructurales de la economía, como la crisis energética profunda, la ausencia de crédito y los bajos salarios en el sector formal de la economía, especialmente en el sector público?.

“Voy a ser polémico”, dice Grisanti al explicar que todavía están terminando de amar bases de datos que no han terminado de actualizar, y analizando evidencias.

Por ejemplo, ciertos datos arrojan la percepción de que el sector eléctrico ha mejorado o está menos mal, cuando se mide por el número de apagones, por acceso a la electricidad por territorio.

“Estamos empezando a encontrar evidencias de recuperación del sector eléctrico, estamos empezando a encontrar evidencia de importante incremento en los consumos proteicos”, dice al aclarar que todavía los números son muy bajos pero en efecto se vienen recuperando.

Para el 9% de los encuestados por Consultores 21, las fallas de electricidad son el principal problema personal, el mismo nivel que la falta de agua y el desempleo.

“¿Que se fueron siete millones de personas y esto por supuesto también hace que lo que queda lo puedas repartir entre menos gente y esa pueda ser parte de las causas? Pero al final creo que es importante digerir que has tenido una recomposición en los últimos dos o tres años, que no era clara, no era evidente, y que está allí pues”, señala Grisanti.

¿Podría ser sostenible?

«Por ejemplo los números de inflación. En este caso, los números van a ser menos malos. ¿Qué quiero decir con esto? Venezuela entróen una hiperinflación, los precios llegaron a multiplicarse por 1.500 en un año, reconocido por el Banco Central. Lo que valía un bolívar el primero de enero cerró el 31 de diciembre en 1.500 bolívares”, dice al recordar la inflación del año 2018, para el cual el BCV admiteuna variación acumulada de los precios del 130.000 por ciento de diciembre a diciembre de ese año, por debajo de los cálculos de fuentes privadas.

«Nosotros para febrero vamos a pasar de tener una inflación de dos dígitos, por debajo del 100% acumulado en los últimos 12 meses. ¿Que es una una inflación altísima?, es una inflación altísima. Que es una inflación que traemuchas distorsiones, que hay que tener una inflación de un dígito, hay que tener una inflación de un dígito. Pero cuando tú pasas de una inflación de 150 mil por ciento a una inflación que en febrero puede estar en alrededor de 90% oye, es un avance significativo. Es que lo quiero comentar”, sostiene.

“Como lo han logrado? Bueno, has tenido un importante incremento en el flujo de caja, los dólares están entrando en los torrentes oficiales y lo ves porque el Banco Central tiene una mayor capacidad de intervención en el mercado cambiario. Han logrado estabilizar el mercado cambiario y utilizar un ancla cambiaria», señala.

«O sea, han tenido un reacomodo que creo que es importante después de la inmensa destrucción que hubo, pero yo creo que es importante destacarlo».

Alejandro Grisanti

Admite que el salario real, sobre todo del sector público, no llega a 5 dólares por mes, y con él se han perdido las jubilaciones, las pensiones, las prestaciones, las vacaciones de los trabajadores asalariados.

«Ciertamente, en los salarios, el gobierno ha hecho un ajuste bestial, un ajuste inhumano de su gasto público para poder reducir la inflación. Y la principal variable, o la más clara es la de salario, las prestaciones sociales», señala.

«Pero también creo que es importante separar lo que es ingreso de lo que es salario. Y dependiendo de los sectores de los que estamos hablando, se han venido incrementando los ingresos. No te genera pensión, no te genera prestaciones sociales, o sea, no te generan los beneficios», eso, admite es contradictorio.

«Pero sí estás teniendo un incremento del nivel de ingreso y vas a tener un incremento en el nivel de ingreso y en el poder adquisitivo en el 2024 versus el 2023».

«Que ese ingreso no va a ser contabilizado en prestaciones sociales, es cierto. Y que hay que volver a lograr eso es totalmente cierto. Pero sí va a haber un incremento que creo que es importante en el poder adquisitivo incluso de los trabajadores públicos, que fue donde recayó más fuerte el ajuste de los últimos cinco años».

¿Y ustedes ven entonces un aumento de la inversión privada en este año que se mantenga con fuerza, comparado con el año pasado, por lo menos, o con años anteriores?

«Yo creo que tú tienes unos sectores donde la inversión… <hí sí me cuesta ponerle algunos adjetivos, pero sí tienes unos sectores donde la inversión ha venido acompañando el crecimiento en el consumo. O sea, cuando la economía se contrajo tantoy el nivel de ingreso se contrajo tanto, cuando tú tienes una recuperación de ese nivel de ingreso, ¿qué ves? Bueno, alimentos…la proporción de gente que no come tres veces al día se ha reducido desde por encima del 50% a niveles por debajo del 25», dice al citar otra vez la encuesta de Consultores 21.

«Lo que quisiéramos, por supuesto, es que el 100% de los venezolanos puedan comer tres veces al día. Entonces, has tenido un incremento fuerte en la demanda de alimentos y creo que has tenido una inversión que yo no te diría fuerte, pero que sí ha venido acompañando para poder responder a ese incremento de demanda», señala.

Falta de crédito

¿Ve entonces la posibilidad que al menos deje de caer el valor de los activos fijos en Venezuela, de los inmobiliarios, por ejemplo, y que las personas puedan tener expectativas de conseguir mejores precios, sobre todo esa diáspora, que dejó bienes aquí y que no encuentra qué hacer con ellos?

«Yo creo que cayeron a un nivel absolutamente irrisorio, en los años 2017, 18, 19. Yo creo que esa caída se ha frenado y 2021, 22, 23 ha tenido un repunte…bastante importante. Por supuesto, los precios hoy todavía no reflejan lo que eran para los que compramos en los 90 o en los 2000. Pero sí han tenido una recuperación importante. Y ese es un mercado en el cualquier crecimiento que haya va a ser muy lento, puesto que como la diáspora venezolana es muy grande,hay mucha gente que quisiera vender, con lo cual siempre vas a tener un poco de sobreoferta inmobiliaria».

Admite que la falta de crédito es uno de los grandes problemas de la economía venezolana.

«No solo es el problema para el sectorinmobiliario, una de las grandes restricciones para la economía venezolana es la ausencia de crédito. Al final la cartera de crédito estamos hablando que es de 1.200 millones dólares, cuando en los años buenospodía ser casi 100, 120 mil millones de dólares. Efectivamente una de las grandes restriccionesque evita que la economía crezca más es la ausencia de crédito».

¿Cómo restituir el crédito a la economía?

«Lo primero es que el gobierno está negado a la dolarización. La permite como un mal necesario, pero no quiere avanzar, no quiere permitir toda la flexibilidad que tienen las cuentas en dólares. No hay una cámara de compensación bancaria para cuentas en dólares, donde el Banco Central regule que se pasen bolívares y haga el neteo, digamos, de salidas y depósitos de los bancos. Yo no creo que vayamos a una dolarización que te permitiría reactivar el crédito».

Pero observa que en la medida que la inflación siga bajando y que baje por debajo de dos dígitos y se empiece a estabilizar, aunque todavía está «en niveles altos, muy altos, en la comparativa internacional» podríamos ir caminando hacia allá.

«En esa misma medida que se reduzca la inflación vas a tener reactivación del crédito», dice al aclarar que no ve este año esa reducción de la inflación a niveles similares al 40% o 50% que en el pasado tuvo Venezuela.

Ustedes los economistas, los inversionistas, todo el mundo tiene una palabra clave, confianza. ¿Puede regresar la confianza en Venezuela para todo esto que hemos hablado?

«Lo veo lejos, creo que estamos muy lejos de eso,pero sí creo que pueden crearse nichos donde los empresarios encuentren oportunidades y donde se puedan reactivar y mejorar algunas cosas», remata Grisanti.

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