Venezuela

Félix Seijas: mayoría en Venezuela quiere un cambio y votará en elecciones de 2024

Las cosas no están definidas o muy fáciles ni para el chavismo ni para la oposición frente a un escenario de elecciones presidenciales previstas para 2024. La mitad de quienes se declaran chavistas manifiestan descontento con la situación del país y quienes aspiran a un cambio desde la oposición no están alineados con una opción ya definida.

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Elecciones, salida preferida por venezolanos

La mayoría de los venezolanos ha vuelto a mirar en el proceso electoral una vía para generar un cambio político en el país. Pero no se percibe como una salida definitiva si se entiende como el camino para generar los cambios necesarios que lleven a reorientar al país, su economía y sus instituciones.

El pasado 21 de julio el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPYG) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), realizó el evento cerrado Prospectivas II Semestre del 2022, con participación de especialistas en su Mesa de Análisis Coyuntural quienes expusieron los escenarios del entorno internacional, económico, social y político venezolano.

Al presentar los resultados de la encuesta de opinión pública realizada por el CEPYG UCAB a finales del mes de junio de este año, Félix Seijas, director de la firma Delphos, señaló que la mayoría de la población (72,5%) desea un cambio que le permita mejorar su situación actual y tener un futuro mejor.

Y ese cambio pasaría por la vía electoral: mediante la escogencia de un candidato único de la oposición a través de un proceso de primarias y, votando en las elecciones presidenciales programadas para finales de 2024.

Se busca desesperadamente un cambio

Consultado por El Estímulo, Seijas explicó que efectivamente esa mayoría de venezolanos quiere un cambio en sus condiciones de vida.

Pero ese bloque de quienes quieren un cambio en el país están divididos en dos grupos: una mitad (35%) anhela que ese cambio venga de manos de otros líderes distintos a quienes están hoy en el poder, desean algo diferente, es decir un cambio político y la otra mitad (35%) que aspira un cambio y estaría dispuesto a “que venga de donde sea”.

Plantean que incluso podría venir desde el chavismo.

Seijas explica que la desesperación de los encuestados por la situación del país es tal que también estarían dispuestos a aceptar un cambio, aunque sea desde el mismo chavismo.

El estudio de Delphos refleja que la mayoría de los consultados sostienen que el cambio en Venezuela no se ha producido porque “los líderes y los partidos han dado prioridad a sus intereses y no hay un líder en la oposición”, al tiempo que señalan que “la gente no sale a votar”.

La mayoría (73%) prefiere luchar sin correr riesgos, es decir, prefieren la lucha pacífica, y un sector de estos considera que hay que adaptarse.

Llama la atención que 66% esté en desacuerdo con que “hay que buscar la manera de irse del país” y 18,8% manifiesta que “está de acuerdo” con esa opción. Un aspecto que refleja el estudio es que existe un sector radical de 16% que manifiesta que estaría dispuesto a armarse para luchar.

El director de la firma Delphos señaló que la disposición de ir a votar en este momento es bastante alta, pero advierte que hay muchas variables por definir para saber exactamente cuál es la opción más confiable para el cambio.

Eleccions como plan A y B para mayoría de  Venezolanos, explica Félix Seijas
Félix Seijas, de la firma Delphos.

Elecciones con variables por definir

“Esa disposición a votar nos dice que en este momento hay un potencial importante, incluyendo a las personas que les gustaría que hubiese unas elecciones en las condiciones que ellos quieren y les gustaría participar en ellas. Pero faltan muchas variables por definir y la definición de este gran sector que quiere votar depende de cuando esas variables se vayan definiendo. Ese número a favor de la participación se irá decantando”, señaló Seijas.

Entre esas variables destacó lo que vaya a ocurrir con la selección de un candidato único en la oposición a través de una plataforma que ofrezca credibilidad para lo cual debe haber un acuerdo que ya está en proceso con el llamado a hacer primarias.

Indicó que la mayoría de los consultados opinaron que las primarias deben ser organizadas por la sociedad civil y no por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Otra de las variables a tomar en cuenta en opinión de Seijas va a depender del mensaje que se envíe para promover la participación y convencer a los electores de que a pesar de que no existan todas las condiciones favorables para unas elecciones transparentes, tampoco el gobierno tiene el poder para controlar el proceso totalmente y es limitado, especialmente si tiene que enfrentar a una oposición unida.

Elecciones y la balanza de los votantes

-De qué tamaño es ese bloque que dice no estar ni con el chavismo ni con la oposición pero que quiere un cambio para el país.

«Es aproximadamente 35% de la población. No es que estén dispuestos a inclinarse hacia uno o hacia otro lado, No lo dicen de manera explícita, no se identifican con ninguno de los dos bloques. Ahora, a nivel electoral, cuando el proceso se presente, la mayoría terminará votando por la oposición, no porque les guste, sino porque no quieren lo otro, porque desean un cambio».

-¿Cómo es en este momento la situación interna del chavismo? Tomando en cuenta la pérdida acentuada que el estudio estima en 25% en este momento. Además cuando usted se refiere al bloque chavista señala que existe un alto porcentaje insatisfecho con lo que está haciendo Maduro desde el gobierno. Líderes locales del chavismo han manifestado su descontento por el tema salarial y los malos servicios públicos.

«En el chavismo se detectan dos grupos. En total quienes se identifican como chavistas constituyen 25% y ese número se divide en dos bloques iguales. Un bloque que es el “chavismo duro” quienes se identifican como chavistas maduristas, que consideran que la revolución es la que tiene que estar en el poder a toda costa. No consideran ninguna otra opción, ni les pasa por la cabeza, y que si va a haber algún cambio debe ser a partir del mismo chavismo y a quien apoyan es a Nicolás Maduro».

«La otra mitad es un “chavismo crítico” que reconoce que las cosas no están bien. Ellos quisieran que la revolución estuviese en el poder pero desearan que hubiera un cambio interno para que de alguna manera la revolución empezara a responder a sus necesidades porque las cosas no están marchando bien y estarían dispuestos a apoyar a otras opciones. Pero en este momento no ven ninguna alternativa distinta que ellos consideren válida o que pueda ser mejor que la que están en este momento. Por lo tanto se siguen identificando como chavistas, pero ese es un tipo de seguidores que al chavismo le ha costado movilizar en las últimas elecciones. Tanto en las elecciones presidenciales de 2018 como en las regionales, le ha sido más complicado movilizar a ese chavismo crítico que está en este momento descontento». 

«Hay otro bloque de 10% que se ha desprendido y ya no apoya al gobierno actual porque considera que ya no hay nada rescatable en quienes conducen la revolución. Entre ese 10% si llegara a surgir alguna figura que pudiera rescatar el camino que ellos piensan que Chávez llevaba y que se perdió, podrían volver a apoyar al oficialismo».

-Ese porcentaje tan alto de chavismo descontento que quiere un cambio dentro del chavismo podría estar pensando en una opción distinta a Maduro para las próximas elecciones, ¿existe algún estudio o señal espontánea entre los consultados que hayan manifestado la necesidad de otro nombre para la presidencia en 2024?

«No hemos encontrado señales sobre eso por el momento. El chavismo nació siendo un movimiento personalista con una estructura vertical y así lo entienden. Allí hay uno que manda y los demás están por debajo. Y es Nicolás Maduro el que manda, entonces no se plantean la posibilidad de otro líder. Si eso llegara a plantearse de manera real, que no estuviese Maduro o que manifestara que no va a seguir aspirando a la presidencia, pues allí el chavismo pasaría a preguntarse quién podría ser el sustituto. Pero en este momento eso no ha ocurrido. La gran mayoría del chavismo acepta a Maduro como la única opción».

-En las elecciones del 21 de noviembre de 2021 (21N) el sector opositor fue dividido. La plataforma unitaria entró muy tarde en la contienda y tuvieron que competir con la Alianza Democrática, Fuerza Vecinal y otros grupos. En la sumatoria final logaron mayor cantidad de votos que el chavismo pero perdieron por la división. ¿Habrá condiciones para agrupar a esos sectores que han estado enfrentados y cada uno arrastra una cantidad importante de votos?

«Ese es el reto de la oposición entender que solos no puede nadie. La fuerza de uno de esos sectores es relativa porque una de ellas por sí sola no puede enfrentar al gobierno, no lo puede poner en riesgo al gobierno o incomodarlo. Ninguna de esas corrientes por sí sola pueda representar un peligro para el gobierno.

«Solo la unión es lo que lo produciría (el riesgo para el gobierno). La oposición tiene que entender que eso es así y tendrían que lograr los acuerdos que sean necesarios, aún con sus diferencias».

Félix Seijas

-Desde enero hay un proceso interno en los más importantes partidos de oposición que se han planteado una restructuración interna para adaptarse a esta nueva etapa. Estas transformaciones han partido de debates internos que reconocen errores cometidos en los últimos años. Otro aspecto que se destaca es que estos cambios los están liderando dirigentes jóvenes, “una nueva generación”, quienes son los que en este momento están conduciendo el aparato de los partidos ya que gran parte de los líderes conocidos están en el exilio, detenidos o inhabilitados. ¿Cuál es su visión?

«Los partidos políticos comenzaron a percibir su realidad interna y la situación es que se produjo una desconexión emocional entre sus estructuras y la población. En la medida en que este distanciamiento ocurre, los espacios que se van dejando nunca quedan vacíos, y otras estructuras comienzan a llenarlos, como ocurrió con la aparición de Fuerza Vecinal, Alianza Democrática u otros partidos».

«Las principales críticas que arrojan todos los estudios hacia las estructuras actuales de los partidos políticos de la oposición es que no existe una reorganización interna. Esa fue una de las críticas principales: “siempre las mismas caras”.

«También se percibe la desconexión que señalan los estudios que indican que las comunidades perciben que estas organizaciones son algo lejanas para ellos. Lo que están haciendo internamente es una respuesta a estos análisis. O se adaptan o seguirán perdiendo terreno. Pero, estas transformaciones internas no solo se tienen que dar, sino que la gente tiene que percibirlas como válidas. En la medida que eso ocurra fortalecerán su imagen frente a la población; de otra manera seguirán perdiendo terreno», explicó.

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