Empresas y Negocios

Cervezas artesanales ganan espacio pese a trabas legales

La exclusividad de las cervezas artesanales no es intencional. Un marco legal limitado impide a este producto, en algunos casos de altísima calidad, masificarse y superar las barreras de una producción informal y de baja escala.

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La lucha de los cerveceros artesanales parece sencilla pero no lo es: formalizarse. Hace apenas dos meses ganaron la primera batalla con una decisión de la Consultoría Jurídica del Seniat. El organismo permitió la entrada del rubro dentro del marco regulatorio artesanal establecido en la providencia 0165, lo cual abrió la posibilidad de que las empresas puedan establecerse legalmente.

Algunos de estos emprendimientos tienen años en el mercado. Es el caso de Cervezas Yaracuy. Uno de los dos socios fundadores, Daniel Álvarez, relató a El Estímulo que empezaron a hacer las primeras pruebas hace 4 años en la cocina de su casa. “En Caracas no teníamos espacio. Mi familia tenía una casa en Yaracuy que estaba vacía desde hacía 17 años, entonces nos fuimos para allá”, recuerda.

Esta decisión le mereció el nombre a la cerveza. “La etimología de Yaracuy tiene que ver con lo femenino, lo seductor. Como la cerveza”, dice. En poco tiempo, el inmueble se les hizo pequeño y alquilaron un galpón al que mudaron su equipamiento.

Pese al crecimiento del negocio en general, Álvarez indica que su informalidad les impide a los productores ampliar su rango de comercialización y resulta un obstáculo a la hora de solicitar permisos y acceder a créditos.

Pero el tipo de elaboración, en algunos casos rudimentaria, no parece manchar la reputación del producto. La cerveza artesanal Norte del Sur ganó el mes pasado la medalla de bronce en el concurso internacional Copa de Cervezas de América 2015, donde se probaron más de 600 marcas.

El emprendedor tras Norte del Sur que también funge como presidente de la Asociación de Cerveceros Artesanales de Venezuela (ACAV), Alexander Jiménez, indicò que el objetivo del gremio es el de promocionar que la industria se desarrolle formalmente, pues se trata de un producto que cumple con altos estándares de calidad.

Detalló que la Asociación está conformada por 105 personas y sus miembros están divididos entre entusiastas y personas jurídicas. Tan solo 12 marcas operan formalmente y otras 40 personas están en proceso de legalizarse.

El principal problema recae en la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas. Esta normativa establece, en su artículo 3, que todas las materias primas deben ser de origen nacional. La cerveza requiere de insumos como cebada malteada, lúpulo y levadura, todos importados, por lo que el Seniat no puede asignar a los productores una licencia artesanal.

La legislación también establece un techo a la producción artesanal de 20.000 litros al año. Esta norma fue diseñada para limitar la producción de licores basados en destilación, que tienen altos volúmenes de alcohol. En cambio, la cerveza se produce por fermentación, los volúmenes de alcohol son muy bajos y sus efectos no son nocivos, explica un texto publicado en el portal de asesoría en el área, Cervezarte.

Ante la necesidad de reformar la ley, y toda la burocracia que un proceso de tal magnitud pudiera acarrear, los cerveceros celebraron la decisión del Seniat de incluirlos en la providencia 0165, aunque no es suficiente. “Seguimos teniendo el tope de los 20.000 litros, pero al menos podemos legalizarnos”, expresó Álvarez.

Pero el Estado tiene todavía otra deuda pendiente con los cerveceros y es la elaboración del reglamento de la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas. Esta norma es la que determinará los pasos para que los productores artesanales puedan registrarse y obtener la autorización respectiva.

-Artesanal vs. industrial-

Álvarez explicó que en los EEUU, país que considera punta de lanza en cuanto a la cerveza artesanal, existen tres tipos de cerveceros: los caseros, los artesanales y los industriales.

“Allá una empresa artesanal puede ser del tamaño de Regional”, señaló.

El factor que diferencia la cerveza artesanal de la industrial no es el tamaño de la producción. Un ejemplo más local es el de las empresas Tovar y Destilo, que pese a tener una producción elevada que les permite operar legalmente no son consideradas industriales.

“La diferencia es la calidad de los ingredientes. Las industriales ofrecen una cerveza estándar”, indicó.

En el mundo de las cervezas artesanales existen más de 15 tipos de cerveza, señaló Jiménez. “La diferencia es que tienen una función de deleite, de gourmet”, opina. La producción por ser más limitada los ha hecho más exclusivos. “Hemos visto que la gente se está acercando al producto porque buscan nuevas experiencias”, sostuvo.

La industrial es tipo lagger, que tienen un proceso de fermentación más agresivo por lo que generan más alcohol y tiene un mayor rendimiento económico. Las cervezas ale, preferidas por muchos fabricantes artesanales, generan apenas un tercio de la utilidad de las lagger, detalló Álvarez.

Además, el pequeño productor debe importar sus insumos con recursos propios, la mayoría de las veces sin financiamiento. Los cargamentos de materia prima se adquieren en conjunto entre varios fabricantes.

Eso hace que el producto sea más costoso y que los despachos sean mucho más pequeños. “No llegamos ni siquiera a 1% del consumo, incluyendo Tovar y Destilo”, señaló Jiménez. Para llegar a ese porcentaje se necesitarían 35 fábricas del tamaño de las dos grandes del sector artesanal.

Pese a que ambos fabricantes afirman que se ha incrementado la demanda, Jiménez advierte que la producción total del gremio subió apenas 10% el año pasado, frenado principalmente por las trabas legales.

Aunque la decisión del Seniat abrió una ventana para el sector, Jiménez reconoce que los costos de la formalización son muy altos, lo cual representa un reto para la ACAV. “No hay incentivos para hacerlo”, dijo. Se requiere un capital inicial de $50.000 y $80.000 para adquirir el equipamiento adecuado, y una producción mínima de 80.000 litros al año para generar rentabilidad y expansión. Lo positivo es que, de lograrlo, el retorno es rápido. “Cómo en un año se recupera la inversión”, señaló el directivo.

-Oportunidad de mercado-

Los consultados también coincidieron en que la cerveza artesanal es para degustar y compartir, al contrario de la industrial que, según afirman, tiene más una función de refrescar. “Hemos visto que la gente que se acerca busca nuevas experiencias”, afirma Jiménez.

Jesús Sánchez, distribuidor y emprendedor de Birra CCS, observa que “el consumidor de cerveza artesanal es muy diverso, pero en general es una persona que busca algo más, que se enfoca en la variedad y calidad de los productos, y que quiere saber más sobre la cerveza que bebe, su historia, más allá de consumirla como un producto para refrescar”, explicó a través de un correo electrónico.

El encarecimiento y la escasa disponibilidad de otros licores debido a las restricciones en el acceso a las divisas también contribuyeron a la penetración de las cervezas artesanales. No obstante, Sánchez indica que no fue algo deliberado. “En general, las artesanales tampoco pueden considerarse baratas por lo que no necesariamente el precio es un factor. Yo creo que tienen mérito propio de ser un producto de calidad hecho en el país a pesar de todas las dificultades”, expresó.

Para Álvarez, de Cervezas Yaracuy, su producto está diseñado para compartir. “La ocasión de consumo es similar a la que estamos habituadas para el vino”, dijo.

Eso también las diferencia de las industriales. “Son productos distintos, tienen costos diferentes, se consumen en diversos volúmenes. Nadie se toma más de 2 artesanales en una sola sentada, al contrario de otras cervezas donde alguien puede consumir muchas botellas, por lo tanto no creo que los volúmenes de ventas de artesanales impacten en los de otras cervezas o viceversa”, indica Sánchez.

Aunque no se consiguen en cualquier lado, Jiménez recomienda buscar las marcas a nivel local, ya que el ámbito de distribución es muy reducido. “Hay en toda Venezuela”, aseveró.

En Caracas pueden conseguirse en algunos bodegones y restaurantes, aunque, según los propios fabricantes, la mejor forma de obtener información sobre una marca determinada es a través de las redes sociales. “Cada vez más sitios abren las puertas a las diferentes propuestas de cervezas artesanales que existen”, declaró Sánchez.

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