Amaral es el líder del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en la cámara alta y fue capturado en Brasilia. En la misma operación fue llevado a prisión André Esteves, CEO del banco de inversión BTG Pactual, en Rio de Janeiro y un abogado ligado al legislador.
«Es prisión preventiva. Fue apresado en Brasilia y ya llegó a la dependencia de la policía», dijo a la AFP una asesora de comunicación de la procuraduría de la república sobre la detención de Amaral.
Las fuerzas de seguridad actuaron a pedido de la fiscalía y con autorización de la Corte Suprema de Justicia luego que los investigadores detectaran «indicios de que el senador, junto con el abogado y el banquero, estarían obstaculizando las investigaciones», según relató una asesora del máximo tribunal.
El ministro de la corte, Teori Zavascki, ordenó el arresto para evitar que Amaral influyera sobre Néstor Cerveró, exjefe del área internacional de Petrobras que negocia un acuerdo de colaboración con la justicia a cambio de una reducción en su condena.
El exdirectivo ya enfrenta una condena a cinco años de cárcel por lavado de dinero.
Amaral es una de las espadas de la presidenta Dilma Rousseff en el parlamento y se convirtió así en el primer congresista en actividad en ser detenido por la causa que busca develar la gigantesca red de sobornos y desvío de dinero que drenó más de 2.000 millones de dólares de Petrobras.
Su captura vuelve a golpear en el centro del PT tras el arresto de José Dirceu, ex jefe de Gabinete de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y de su ahora extesorero Joao Vaccari. Incluso el propio Lula fue llamado a dar su testimonio ante la justicia.
El caso Petrobras es considerado el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil y sus revelaciones han regado de sospechas, acusaciones y desencadenado detenciones en la élite brasileña.
Hace 24 horas fue arrestado José Carlos Bumlai, un empresario agropecuario cercano a Lula.
Presidentes de algunas de las principales empresas del país, como Marcelo Odebrecht, que dirigía la constructora que lleva su apellido, permanecen detenidos desde hace meses en el estado sureño de Paraná donde se tramita la investigación de la esfera privada del escándalo.
El expresidente Fernando Collor y el actual jefe de la cámara de Diputados, el poderoso Eduardo Cunha, también fueron denunciados formalmente por el fraude.
De acuerdo con la investigación, las principales constructoras de Brasil formaron un cártel para manipular licitaciones de Petrobras mediante el pago de sobornos a directivos de la estatal vinculados a partidos políticos, que luego eran distribuidos entre los confabuladores. La tasa media de los sobornos fue estimada entre 1% y 3% del valor de los contratos.